Multiactivos, el paso intermedio entre la renta fija y la variable

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Los fondos multiactivos han sido uno de los productos que más interés están generando este año entre los inversores, tanto españoles como internacionales. Así lo confirma Carla Bergareche, directora general de Schroders para España y Portugal, que ha explicado en la presentación de su fondo multiactivo Schroder ISF Global Dynamic Balanced que precisamente esta división ha sido la que más ha crecido por volumen y entradas de dinero el año pasado.

Desde la firma han detectado un interés especial por este tipo de vehículos de inversión por parte de los inversores de renta fija que quieren entrar en renta variable pero antes prefieren dar un paso intermedio. Gregor Hirt, gestor del fondo y responsable del equipo multiactivo de Europa continental, ha visitado España para compartir su visión del mercado y responder a las preguntas de los inversores. El fondo tiene un track record de cuatro años (fue creado en 2009) y acumula una rentabilidad del 19% desde entonces.

Este fondo, a pesar de no tener un índice de referencia y poder invertir en toda clase de activos (incluyendo fondos de Schroders y de otras gestoras), sí que cuenta con una serie de restricciones dirigidas básicamente a proteger a los inversores de los riesgos a la baja de los mercados. Por ello, aunque pueda invertir en todo tipo de activos y utilice derivados para hacer coberturas, al menos un 40% debe estar invertido en posiciones defensivas (liquidez, bonos gubernamentales y bonos de alta calidad).

Gregor Hirt explica que su equipo de inversión estudia a fondo cada clase de activos para poder entender cuál es su potencial y qué riesgos subyacentes tienen, un estudio que les lleva a concluir que distintos activos pueden compartir los mismos riesgos implícitos, por lo que la mera diversificación por clase de activo puede ser inútil. “En realidad no nos importan las clases de activo, nos importan los riesgos subyacentes y su correlación”, concluye Hirt.

El fondo tiene como objetivo proporcionar crecimiento del capital, procurando que su valor liquidativo neto (NAV) no caiga más del 10% en periodos de 12 meses consecutivos. Así, si la cartera cae un 5% desde el NAV más alto, se empiezan a reducir riesgos; si pasa del 5% al 7%, entonces un mínimo del 70% debería estar invertido en activos defensivos, de los cuales un 35% deberían estar en efectivo. Finalmente, si la cartera cede de ese 7% al 9%, se deben incrementar las posiciones defensivas hasta el 90% de la cartera, todo en efectivo.

Algunas de las decisiones tácticas tomadas recientemente –el gestor de Schroders puntualiza que, aunque no son traders, sí les gusta introducir ideas nuevas a mediados de cada mes- han sido el cierre de la posición en la India y la del Topix, al considerar en este último caso que Shinzo Abe tendrá muy difícil implementar la tercera flecha de su política. Otras decisiones importantes han sido la entrada en emergentes por primera vez en dos años, a través del Kospi coreano y posiciones largas en Taiwán.