Multicrédito versus retorno absoluto en renta fija

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Foto: Nil Castellví, Unsplash

Escasean las rentabilidades ajustadas a la inflación en renta fija en esta época de tipos de interés ultra bajos o incluso negativos y reducidos diferenciales de rentabilidad a vencimiento en crédito. De manera que los inversores de bonos han recurrido a diferentes estrategias de renta fija, siendo las más populares los fondos multiactivos de crédito y los productos de retorno absoluto en renta fija. A pesar de sus diferencias, rivalizan por el mismo inversor que busca un enfoque flexible capaz de generar rentabilidades incluso en el entorno actual. Pero nada obliga a elegir entre una u otra. 

Tal y como explica Andrés Sánchez Balcázar, director de bonos globales en Pictet AM, sus diferencias son suficientes para que sean complementarias. De hecho, la correlación entre sus rentabilidades tiende a ser relativamente baja.

“Las de multicrédito pueden proporcionar acceso a valores más atípicos y menos líquidos, con posibilidad de mayor rentabilidad. Por su parte, las estrategias de retorno absoluto en renta fija bien equilibradas pueden aprovechar tendencias macroeconómicas, reducir riesgo y generar rentabilidades reales positivas. Así, los inversores, mediante la selección de gestores que sepan sacar lo mejor de cada una y su combinación, pueden mejorar la diversificación y las rentabilidades ajustadas a riesgo totales a largo plazo”, subraya.

En concreto, las estrategias de multicrédito adoptan un enfoque más de selección de valores y suelen inclinarse más por calificaciones crediticias high yield que grado de inversión.

“Ello facilita rentabilidades especialmente buenas cuando tipos de interés y volatilidad del mercado son bajos y los diferenciales de rentabilidad a vencimiento en deuda empresarial respecto de la soberana estables o se reducen. Su ámbito de inversión puede ser muy amplio y algunas incluyen deuda privada, préstamos, deuda bancaria subordinada y otros. Así que suelen ofrecer mayor diversificación que la asignación directa a high yield. Además, pueden alternar entre grado de inversión y high yield”, revela. 

A su juicio, al captar primas de liquidez, las estrategias de multicrédito suelen generar mayores rentabilidades, por término medio, que sus equivalentes de retorno absoluto a lo largo del ciclo de mercado. “En una estrategia típica, hasta el 80% de la rentabilidad es atribuible a variaciones de diferenciales de rentabilidad a vencimiento. Pero es posible diversificar fuentes de rentabilidad de manera uniforme entre diferenciales, tipos y divisas y mantener una cartera líquida en todo momento”.

Las estrategias de renta fija de retorno absoluto

El universo de estrategias de renta fija de retorno absoluto tiende a ser, por definición, mucho más amplio, abarcando todos los instrumentos que ofrece el mercado de bonos, estilo y fuentes de exceso de rentabilidad. “En muchos casos, estas carteras invierten en crédito, a menudo divisas, productos de tipos de interés, incluso derivados, para gestionar el riesgo, manteniendo la exposición deseada y cubriendo riesgo no deseado. Pueden obtener mejores resultados en períodos de tensión crediticia o tipos de interés volátiles”. 

Hay que tener en cuenta que el rasgo que probablemente más caracteriza a estas estrategias son las posiciones de protección del capital/mitigación del riesgo, lo que puede mejorar las rentabilidades ajustadas al riesgo.

“Por ejemplo, una estrategia de retorno absoluto de renta fija puede protegerse frente al riesgo de inflación y de subida de tipos de interés mediante una posición de duración negativa. También implica que tiendan a quedarse rezagadas en mercados alcistas de diferenciales crediticios. Efectivamente, son menos sensibles que las estrategias de crédito multiactivas a variaciones en los mercados de crédito. Así, tienden a poner más énfasis en factores macroeconómicos al construir la cartera”.

Estrategias de multicrédito

Ahora bien, las estrategias de retorno absoluto en renta fija tienen una menor asignación a high yield que las otras. Por lo tanto, suelen requerir menos capital obligatorio, lo que aumenta su atractivo entre compañías de seguros sujetas a Solvencia II. 

“De hecho, las inversiones en crédito, asignaciones a préstamos o deuda privada y bonos emergentes suelen ser menos líquidas que las de deuda soberana y divisas de mercados desarrollados, así que las estrategias de crédito multiactivas, que invierten mucho en dichos activos, suelen ser menos líquidas que sus equivalentes de retorno absoluto. Por ello, su riesgo de corrección brusca o de minusvalías considerables desde máximos a mínimos es mayor, sobre todo en períodos en los que la liquidez se evapora, como ocurrió marzo de 2020 y diciembre de 2018”.

El caso es que las estrategias de retorno absoluto de renta fija no son homogéneas y su éxito depende en gran medida de la habilidad del gestor. Lo mismo puede decirse de las de multicrédito, donde la dispersión de rentabilidad es igualmente elevada.  “Ambas dependen de la capacidad de los gestores para alternar entre inversiones en el momento oportuno. Así que las comprobaciones resultan primordiales, posiblemente más en las segundas, dado que concentran inversiones en una gama más reducida y menos líquida”, concluye.