N+1 SYZ: “Recesión no, japonización sí”

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tomanouc, Flickr, Creative Commons

N+1 SYZ confía en que no estamos ante la típica desaceleración macroeconómica sino que EE.UU. y Europa están empezando a asumir que se han japonizado. En este entorno, señalan desde la entidad, los mercados han ido poniendo un nombre distinto al ogro cada pocas semanas desde verano: primero fue China, luego la caída de las materias primas, después el high yield y ahora los bancos europeos.

Pero ninguno de ellos, destacan, es suficientemente fuerte como para provocar una recesión. “El problema es que tenemos economías débiles que se están amparando en los bancos centrales para sostener su crecimiento en lugar de hacer reformas estructurales para ser más competitivos”, contextualizan. Y el peor en este caso, afirman, es Europa.

Después del año pasado, donde el viento soplaba a favor del viejo continente (el euro se desplomo y ayudo a exportadores, y el precio de la energía cayó) y esta región creció un 1,5%, N+1 SYZ se plantea que pasaría si el euro se depreciase algo más contra el dólar y el petróleo se apreciase. O qué, por otro lado, la crisis de la renta fija y de los bancos europeos provocase el encarecimiento de la financiación.

Pues bien, en la banca privada creen que los bancos están ante serios problema de generar ingresos, pero no ante problemas de solvencia. Su preocupaciones es que, si los bancos lo pasan mal, podrían restringir y encarecer el crédito en Europa, lo que equivale a un encarecimiento de las condiciones de financiación. “Seria malo para la economía europea”, determinan.

En este contexto, en N+1 SYZ están reduciendo riesgo en los perfiles más conservadores vendiendo convertibles, aunque los mantiene en los más agresivos. Siguen siendo positivos en crédito, sobre todo a medida que se incrementa el nivel de riesgo, pero hay factores técnicos que le preocupan.  “Objetivamente, una rentabilidad del 3% en un bono investment grade senior con tipos de interes al 0% en Europa es muy atractiva”, reflexionan.

Pero lo que les preocupa es que ha entrado mucho dinero en renta fija (una parte importante no profesional) y al mismo tiempo, las mesas de intermediación (proveedores de liquidez), han reducido mucho su capacidad. Por tanto, subrayan, “estamos ante una casa muy grande llena de gente que podría querer salir a la vez… por una puerta cada vez más pequeñas”.

En este sentido, consideran que existe la posibilidad de que el precio de los activos de renta fija se deteriore sustancialmente por debajo de un precio razonable. No ven que exista problema para quien haya invertido en directo y lo mantenga hasta vencimiento, pero si a través de un fondo donde se puede sufrir el efecto de los reembolsos y las consecuencias sufridas por las ventas, así como el peligro de que ante la iliquidez, los gestores vendan lo más fácil manteniendo en cartera las posiciones más ilíquidas. En definitiva, “optar por un fondo cerrado o por posiciones directas” les parece una buena opción.

Emergentes

Además del movimiento anterior, en las próximas semanas van a incrementar su peso en emergentes contra Europa por diversificación. Dado que su cartera tiene en cuenta que EE.UU. no entra en recesión pero que la desaceleración es un hecho, piensan que han aumentado las posibilidades de ver un dólar depreciándose contra todas las monedas, incluida el euro.

“Si el euro se aprecia, Europa no podría conseguir crecer al 1,5%, máxima si el precio de las materias primas rebota”, apuntan. Por el contrario, creen que los países emergentes se beneficiarían mucho de un dólar débil y de la apreciación de las materias primas. Además, añaden, “las valoraciones son muy atractivas”.

Tal y como indican, “creemos que en los próximos meses podríamos ver un rally en bolsa y renta fija emergente tras tres años de fuerte castigo y queremos reducir la concentración en Europa”.