“No es cuestión de ganar un año y perder al otro: buscamos generar alfa de manera consistente”

Griffin
Foto cedida

Apenas una semana después de que Mornigstar le otorgase al Schroder ISF European Special Situations el premio al mejor fondo de inversión en la categoría de Renta Variable Europa Gran Capitalización, uno de sus gestores, Paul Griffin, ha visitado España para desgranar la estrategia que le ha permitido situarse en el primer cuartil a uno, tres y cinco años, ofreciendo a sus partícipes una rentabilidad superior de manera recurrente frente a su índice de referencia. “No queremos ser los ganadores un año y los perdedores al siguiente: nuestro objetivo es generar una rentabilidad entre cuatro y cinco puntos por encima del mercado año tras año”, afirma.

En una presentación celebrada en Madrid, Griffin reveló cual es el método que le permite al equipo alcanzar este objetivo. “Buscamos generar alfa con baja volatilidad a partir de una selección de valores que se hace con arreglo a los fundamentales y siempre con el objetivo de crear una cartera diversificada, compuesta por entre 50 y 55 compañías, en la que caben empresas con diferentes negocios, estilos, modelos de crecimiento e incluso tamaños”. Para garantizar que los factores macroeconómicos no tienen un efecto sobre la rentabilidad, la cartera está diversificada por temas. “Nos concentramos en la selección de negocios como motor de la creación de valor”, indica el gestor de Schroders.

Precisamente, el ‘stock picking’ es uno de los dos pilares sobre los que se sustenta la filosofía de inversión que siguen en el fondo. “Cada acción en cartera lo está porque obviamente confiamos en su favorable evolución, no por una mera cuestión de benchmark”, asegura. Pero… ¿qué hace que una compañía cuente con un modelo de negocio que se prevea que crezca? “Existen varias características que hacen probable el éxito futuro de una compañía. A veces estos factores son intangibles, si bien en otros casos se pueden evaluar, como por ejemplo el hecho de contar con una tecnología única, el ser líderes de su mercado o el tener un buen equipo directivo”.

Este último aspecto es, a su juicio, clave ya que “una empresa con un buen negocio puede no funcionar por la mala gestión de sus directivos. Por ese motivo, una parte importante de nuestro trabajo es reunirnos con ellos para conocer en profundidad la compañía”, señala. El otro pilar sobre el que, en opinión de Griffin, se cimenta el éxito del fondo es la construcción de la cartera. El objetivo es claro: diversificar el riesgo haciendo una búsqueda siguiendo diferentes estilos de inversión, de compañías que generen sus beneficios por diferentes vías, vinculadas y no al ciclo económico, diversos tamaños…. “Tratamos de crear un buen mix de diferentes tipos de negocios”, afirma.

En términos generales, el experto señala que el equipo busca compañías de gran calidad, con crecimiento estructural, estabilidad de los beneficios y buenos balances, independientemente de cual sea tu tamaño. Esto lo evidencia el hecho de que el 38% del fondo está formado por empresas con una capitalización superior a los 20.000 millones de euros y un 40% esté invertido en compañías con un tamaño de entre 1.000 y 10.000 millones. Esta diversificación por capitalización también la extrapolan a nivel regional, sectorial o incluso a la hora de repartir la cartera en empresas con características ‘value’ y ‘growth’. Es el factor clave para la reducción de la volatilidad de la cartera”, indica.

La valoración es, asimismo, un aspecto importante, aunque Griffin considera que aquí el inversor debe ser especialmente cuidadoso. “El valor, en mi opinión, no se encuentra ni en las entidades financieras periféricas ni tampoco en el sector utilities. Cuando se sigue un estilo basado en la valoración, es fundamental ser muy disciplinado y no dejarse llevar por los precios”, asegura. Según explica, Europa es un gran mercado para los selectores de valores. “Muchas empresas europeas se han visto injustamente castigadas simplemente por el hecho de ser europeas. Para aprovecharlas, resulta  crucial abstraerse del ruido y centrarse en los catalizadores de las empresas”, señala.

A la hora de hacerlo, Griffin señala que una de las ventajas de Schroders es el hecho de contar en sus filas con nueve analistas con una dilatada trayectoria profesional en la industria. De hecho, de media, el equipo cuenta de media con 13 años de experiencia en el sector, la mitad de los cuales los han pasado en la gestora. Leon Howard-Spink tiene 15 años de experiencia como gestor de renta variable europea. Lanzado en el 2006, el Schroder ISF European Special Situations ha logrado cosechar una rentabilidad anualizada del 2,3% frente al 0,6% del índice, con datos a 31 de enero para la clase de participación A. Actualmente, mantiene unos activos bajo gestión de 1.665 millones de euros.