Nueva patada hacia delante: la Fed abre la puerta a una posible subida de tipos en diciembre

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dayblakelydonaldson, Flickr, Creative Commons

Una vez más, y ya van 55, la Reserva Federal decidió no variar sus tipos de interés durante su reunión de octubre. Sin embargo, la institución no descarta llevar a cabo una primera subida de tipos antes de fin de año, ya que la economía estadounidense continúa expandiéndose a un ritmo moderado. “Con su declaración de ayer, la Fed dejó claro que quieren que el mercado considere la reunión de diciembre como una posibilidad real para la primera subida de tipos”, afirma Ken Taubes, director de inversiones de Pioneer Investments en Estados Unidos y cogestor del Pioneer Funds Strategic Income, que opina que “el comunicado fue algo más agresivo de lo que la gente esperaba”, lo que interpreta como una señal de que la Fed muestra algo más de confianza en la economía en la economía que el consenso de mercado.

Pese a que la posibilidad de una subida en diciembre podría provocar más volatilidad a corto plazo, Taubes está convencido de que la Fed no endurecerá su política monetaria tanto como para frenar la economía. “Hace tiempo que mantenemos que la Fed debería empezar a subir sus tipos en 2015 desde los niveles extremadamente acomodaticios del 0%-0,25% donde los mantiene desde diciembre de 2008”.

Rick Rieder, director de inversiones del equipo de renta fija fundamental de BlackRock y cogestor del BGF Fixed Income Global Opportunities Fund (FIGO), coincide en que la declaración del pasado miércoles abre la puerta a una posible subida este año, pero le asigna una probabilidad “de aproximadamente el 50%” porque estima que “si los datos vuelven a registrar debilidad en el cuarto trimestre, la decisión podría posponerse hasta principios de 2016”, una posibilidad que “refuerza la opinión que mantenemos desde hace tiempo de que la autoridad monetaria podría haber dejado pasar su oportunidad”.

De hecho, la evolución de los datos económicos resultará clave para la decisión de la Fed. Como apunta Patrick Maldari, especialista sénior de renta fija en Aberdeen, en declaraciones a Bloomberg, “la tasa de desempleo ha caído del 5,7% al 5,1% pero el ritmo de creación de empleo se ha ralentizado significativamente, pasando de una media de 205.000 nuevos puestos de trabajo al mes durante los ocho primeros meses del año a tan solo 139.000 en el periodo agosto-septiembre”. Maldari también subraya que otros indicadores como la confianza de los consumidores, la inflación y los datos de manufactura han resultado claramente decepcionantes. “La actividad económica se ralentizó en el tercer trimestre y creemos que este deterioro llevará a la Fed a posponer otra vez la primera subida de tipos”.

Tras la declaración, el dólar estadounidense se apreció mientras que las rentabilidades de los bonos del Tesoro estadounidense cayeron, sobre todo en el tramo de la curva a cinco años.

Una subida de tipos tendría efectos positivos

“Se tiende a pensar que cuando la Fed empiece a aumentar sus tipos de interés desde los niveles actuales, la economía se ralentizará”, explican los expertos de J.P. Morgan Asset Management. “En nuestra opinión, esta idea es errónea, ya que la relación entre los tipos de interés a corto plazo y la demanda agregada no es lineal y, de hecho, las primeras subidas de tipos estimularían la demanda agregada, si bien es cierto que llevarlos por encima de cierto nivel podría frenarla”. Para demostrarlo, en la casa estadounidense han analizado los efectos más habituales de las subidas de los tipos de interés a corto plazo sobre seis factores: rentas, precios, riqueza, tipos de cambio, expectativas y confianza. “Nuestro análisis sugiere que la Fed debería empezar a subir sus tipos cuanto antes, no porque la economía sea lo suficientemente robusta como para soportarlo, sino más bien porque está débil y le vendría bien la ayuda”.

En los mismos términos se expresa Rick Reider: “Hay quien sugiere que la política de tipos de interés cero no tiene ningún coste mientras la inflación se mantenga débil, pero nosotros no estamos de acuerdo. De hecho, esta política tiene un profundo coste social, ya que los ahorradores, a los que se les ha privado de rentabilidad, están subvencionando a los que se han endeudado. Irónicamente, al mercado laboral podría irle mejor en un entorno de tipos más normalizado que podría animar a los baby boomers a jubilarse –si pueden confiar en que generarán rentas suficientes durante esa etapa– permitiendo así que las generaciones más jóvenes avancen en sus carreras”.