Nunca antes ha entrado tanto dinero en ETF de oro: tres razones por las que aún tiene sentido incluirlo en las carteras

Oro
Sterin, Flickr, Creative Commons

La relajación que se ha visto en los mercados en las últimas semanas y que ha hecho posible que muchos índices bursátiles cerraran el segundo trimestre del año con ganancias no vistas en mucho tiempo no ha evitado que muchos activos se enfrenten a este segundo semestre del año con rentabilidades negativas en el conjunto del año. Pero si ha hay un activo que no tiene ese problema ese el oro, que acumula en el año rentablidades del 19%.

Además, esas ganancias del oro han sido muy aprovechadas por los inversores ya que según los datos que acaba de publicar World Gold Council, los ETF de oro registraron su séptimo mes consecutivo de flujos positivos, añadiendo 104 toneladas  en junio -equivalente a 5.600 millones de dólares o el 2,7% de los activos bajo gestión- llevando las tenencias mundiales a nuevos máximos históricos de 3.621 toneladas. Y viendo los flujos acumulados en el conjunto del año, estos ascienden a 39.500 millones de dólares, lo que, según explican, “está significativamente por encima del nivel más alto de entradas anuales, tanto en términos de tonelaje (646 t en 2009) como de valor en dólares (23.000 millones de dólares en 2016). Para situar esta fortaleza de la demanda en su contexto, las entradas del primer semestre también son significativamente superiores al nivel récord de varias décadas de compras netas del banco central registrado en 2018 y 2019”.

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La duda está ahora en si esos positivos flujos y, sobre todo, su potencial alcista se repetirán de cara al segundo semestre del año. Y ahí los expertos lo tienen claro: pese a que puede haber una cierta volatilidad en el precio del oro y pese a las altas valoraciones que presenta, hay más posibilidades de seguir viéndolo al alza que a la baja. Y por varios factores.

Uno de esos factores es el aumento del endeudamiento derivado de las políticas monetarias y fiscales que bancos centrales y gobiernos han puesto sobre la mesa para limitar el negativo efecto que está teniendo el COVID-19 en la economía mundial. “El aumento del endeudamiento y las presiones inflacionarias, sólo pueden presentar una amenaza real a más de un año a futuro o inclusive, más allá del horizonte de estimación a un año contemplado en estas perspectivas. No obstante, dado que los inversores anticiparán estos problemas potenciales, creemos que la demanda de oro seguirá siendo elevada a medida que vayan buscando coberturas para los crecientes problemas de deuda”, afirman desde Wisdom Tree. Y es que, según explica Sean Markowicz, responsable de estrategia, estudios y análisis de Schroders “los aumentos sin precedentes del gasto fiscal combinados con el estímulo monetario aumentan la posibilidad de que la inflación supere los niveles fijados como objetivo. Los gobiernos podrían estar preparados para tolerar una mayor inflación a fin de erosionar sus cargas de deuda que se disparan. En ese caso, se esperaría que el oro se fortaleciera aún más a medida que los inversores buscaran refugio en medio de los temores de que su moneda se estuviera depreciando”.

Otra razón es que el oro se ha ganado el estatus de cobertura rentable al tiempo que otras históricas coberturas como pueden ser los bonos pierden potencial de revalorización a corto plazo.  “Cuando los rendimientos reales (es decir, ajustados a la inflación) se acercan a cero o se vuelven negativos (ya sea porque las expectativas de inflación suben o los rendimientos nominales bajan), el coste de oportunidad de poseer un activo de rendimiento cero como el oro disminuye. Esto es lo que ha sucedido recientemente”, explica Markowicz.  Una idea en la que coincide Evan Brown, responsable de la estrategia Multiactivos de UBS AM:  “El oro, un activo históricamente caracterizado por sus cualidades defensivas, parece ofrecer ahora una forma más equilibrada para llegar a una recuperación económica que requiere tipos de interés históricamente bajos y la expansión de los balances del banco central y del gobierno a un ritmo sin precedentes”.

Por último, hay que tener en cuenta que el oro se beneficia también de la debilidad del dólar, que se espera que se mantenga al menos en el corto plazo y más teniendo en cuenta que en noviembre se celebran en EE.UU, con toda la volatilidad que ello implica. Según apunta François Rimeu, estratega senior de La Française AM  “podríamos ver que el valor del dólar disminuye a medio plazo dado el contexto económico general: Actualmente el dólar está caro, si se juzga por la métrica clásica, es decir, el tipo de cambio efectivo real, Estados Unidos tiene un persistente déficit por cuenta corriente que es negativo para su moneda, los tipos de interés reales han ido disminuyendo de manera constante en EE.UU, llegando a cero en marzo de 2020 y el mercado parece estar posicionado muy largo en el dólar”.