Ojo al petróleo: así cambia las cosas el rally del precio del barril

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geoftheref, Flickr, Creative Commons

Un ataque con drones destruyó la mitad de la producción de petróleo saudí, lo que ha provocado una de las mayores interrupciones del suministro de crudo, ya que alrededor de 5,7 millones de barriles diarios (equivalente al 5% de la producción mundial) han sido retirados del mercado de la noche a la mañana. Aunque no se espera escasez de suministro, el ataque ha disparado el precio del barril hasta los 70 dólares, un nivel del que podría no bajar a corto-medio plazo. “Mientras el mercado reevalúa el riesgo de alteraciones en la oferta de crudo saudí, esperamos que los precios incorporen una prima de riesgo geopolítico de entre el 5% y el 10%”, revelan James Trafford y Justin Teo, analistas de inversiones en Fidelity.

No se sabe todavía cuánto durarán los cortes, pero según los medios estos podrían durar varias semanas. En este sentido, los expertos de la gestora consideran que, si Aramco confirma que el impacto durará poco, los precios podrían estabilizarse, aunque probablemente se mantengan entre 3 y 5 dólares por encima de los niveles anteriores. Si durara más, los efectos serían más significativos y podrían empezar a incidir en los futuros a largo plazo del petróleo, que suelen influir en las reservas energéticas.

Si bien lo sucedido no es excesivamente perjudicial para los mercados petrolíferos, al existir suficientes reservas de petróleo a nivel mundial y el excedente de producción de la OPEP y de otros productores podría compensar este déficit, no hay que subestimar las amenazas a la oferta mundial de petróleo y tampoco el impacto que puede tener para la economía y los mercados este repentino subidón de la cotización del oro negro. “Este incidente podría reducir el apetitivo por el riesgo de los inversores y les recuerda lo fácil que pueden ser descarrilados los escenarios base”, afirma Stefan Kreuzkamp, director de Inversiones de DWS.

En lo que respecta a los países productores, el escenario cambia. “Los beneficiarios evidentes de la subida del precio del crudo son las empresas y países productores de petróleo que no se han visto afectados por el reciente ataque, aunque este beneficio sea sólo temporal. Por otro lado, la pérdida de producción será el impacto negativo más significativo que sufrirá Arabia Saudí como resultado del ataque, pero el país también se enfrenta a una segunda amenaza: en el peor de los casos, la prevista salida a bolsa de la empresa petrolera estatal saudí Aramco se ha vuelto improbable o, en el mejor de los casos, dará lugar a unos ingresos significativamente inferiores a los previstos”, augura Volker Schmidt, gestor senior de Ethenea.

En lo referente a los mercados, también. Nuevos temores a una recesión, unas curvas de tipos más planas, un dólar fortaleciéndose… Todos ellos son escenarios que ganan enteros debido a la fuerte variación del precio del petróleo. Y es que, no es lo mismo un barril a 60 dólares que cotizando un 15% más caro, sobre todo a nivel macro. Una interrupción prolongada de las exportaciones de petróleo de Arabia Saudí podría añadir presión al mundo desarrollado, que se vería afectado por una desaceleración de la producción manufacturera.

“Las perturbaciones en la oferta del mercado del petróleo (incluyendo tensiones geopolíticas, enfrentamientos armados directos en el estrecho de Ormuz y dificultades de muchos productores como Irán, Venezuela, Siria o Libia) ya han llevado el sentimiento empresarial a mínimos récord y lo que acaba de ocurrir en Arabia Saudí es otro shock de oferta que esta vez afectará al consumidor”, asegura Patrick Zweifel, economista jefe de Pictet AM.

Consecuencias sobre la política monetaria

Es más: el ataque con drones a las instalaciones saudís podría provocar un viraje en la política monetaria que siguen los bancos centrales, para quienes la subida del precio del barril “supone un buen recordatorio de que no poseen todas las llaves para controlar los riesgos económicos”, apunta Didier Saint-Georges, miembro del comité de inversiones de Carmignac.

Podría alterar incluso la política monetaria de la Fed. “Es una amenaza para su estrategia de flexibilización. Esta misma semana, el tono acomodaticio podría ser menos moderado, provocando un aplanamiento de la curva americana”, auguran desde ING. En la firma holandesa esperarían que el impacto de un aumento sostenido en los precios del petróleo sea negativo para el crecimiento real, haciendo bajar las tasas reales en los mercados desarrollados. La subida del crudo también podría tener efectos claros sobre la inflación.

“Durante el último año, la bajada de los precios del petróleo ha contribuido a reducir la inflación, lo que a su vez ha permitido a los bancos centrales de todo el mundo emprender una política monetaria más acomodaticia. Sin embargo, una escalada de las tensiones en Oriente Medio provocaría un aumento de los precios del petróleo, causando una presión al alza sobre la inflación. En este escenario, los bancos centrales se verían obligados a cambiar su enfoque de estimular el crecimiento económico a controlar la inflación, lo que a su vez sería doloroso para los mercados de renta variable”, explica Remi Olu-Pitan, gestora de multiactivos de Schroders.

Con todo lo sucedido en los últimos días, el mercado ha visto tres variables que tardará en olvidar: "la vulnerabilidad de este tipo de instalaciones es la primera, seguido por el peligro que supone una subida del precio del petróleo, más aún si esta es sostenida. Por último, las tensiones geopolíticas que podrían desencadenarse entre el triángulo EE.UU, Arabia Saudita e Irán. En definitiva, que la volatilidad está ahí para quedarse hasta finales de año", concluye Patricia López del Río, responsable de renta variable en Credit Suisse Gestión.