4%-1%=3%

Kamil Molendys, Unsplash

Si hay algo que le está quitando el sueño a esta industria es, sin duda, el impacto que tendrá la actual guerra de depósitos sobre los fondos de inversión. Es indudable que existe una clara relación causa-efecto entre ambos productos, en gran medida sustitutivos a ojos del inversor español. En España existe el ahorro y se tiene poco aprecio por la inversión, por el largo plazo. Los depósitos y los fondos, no son exactamente lo mismo, si bien la mayoría de la gente los utiliza de manera sustitutoria. Los fondos son y serán siempre un buen instrumento de ahorro, pero son el mejor instrumento a la hora de invertir que existe.

Pero ¿es para tanto? ¿Debemos hacernos el hara-kiri? Los pocos discursos que he tenido oportunidad de leer hasta ahora son cuanto menos pesimistas, como si el mundo se acabara o como si estuviéramos en la España de 1898. El recuerdo de los años de sequía sigue ahí y las heridas no han cicatrizado en un sector que hace bien poco se vio penalizado por unos depósitos que captaban la poca atención de un mundo en plena Apocalipsis.

¿Estamos ante la misma situación? En mi opinión, la situación actual no es la misma y cualquier comparación que se haga sería errónea. Ahora los fondos, como instrumento financiero, están mucho mejor posicionados, tienen mayor razón de ser y sin duda tienen una mayor visibilidad, formando parte central de la propuesta de cualquier entidad financiera.

Analicemos los principales elementos que están detrás de esta “Guerra de los Depósitos”: 4%...poco que decir, irrefutable desde el punto de vista del ahorrador español. Con los tipos bajo mínimos (al 1%), el 10 años al 4%, el juego de los spreads agotado y con una Bolsa española titubeante, interesante ¿verdad?. Pero sin llevar al alarmismo tenemos que analizar y ver que no existen “duros a pesetas”. ¿por qué se lanzan las entidades a esta guerra sin cuartel? ¿Por qué ofrecen un 4% si los tipos están al 1%? ¿qué riesgos se están asumiendo? Es evidente que se trata de una guerra comercial, iniciada por aquellos que se consideran en una mejor situación financiera, con la clara intención de captar nuevos clientes y poner bajo presión a aquellas entidades de solvencia dudosa. Lo que sucedió en el 2008-09 fue fruto de otra necesidad, mucho más vital y crítica para las entidades que lanzaban depósitos.

Si somos capaces de analizar estos motivos podemos determinar que puestos a asumir riesgos, mediante instrumentos como los fondos podemos llegar a:

· lograr rentabilidades similares con un mayor componente diversificador,

· acceder a una propuesta mucho más flexible en el tiempo y con capacidad de adaptación,

· una alternativa fiscalmente más eficiente,

…Ah! Y lo más importante, acudan a una entidad soliciten ese 4% y verán lo que le dicen, seguro que le ponen todo tipo de trabas: “usted ya es cliente, no puede” (je,je,…y por eso encima les tengo que dar las gracias por serlo!); “tiene usted que domiciliar el recibo de las clases de judo de su hijo, la nómina de su primo…etc” (un infierno); “este 4% es sólo válido para el primer año” (eso sí, firma una carta de permanencia de 3 años… no se preocupe que ya lo recuperaremos de otra forma, piensa impávido el director de la oficina!); “el 4% es para cantidades limitadas y usted es asquerosamente rico, me está ofendiendo con su patrimonio” (contesta un empleado de banca ante la solicitud de suscripción de un depósito por 70,000€). En fin, que letra pequeña tienen muchísima y hay que tener cuidado. Señores de la industria, no se amilanen ante esta iniciativa, trabajen para que la oferta de fondos de inversión siga siendo una opción atractiva a ojos del inversor español y si no están de acuerdo en cómo piensa ese inversor trabajen para que este esté mejor preparado a la hora de elegir.