Afrancesados en la corte de Carlos IV

jaime
Máximo García

TRIBUNA de Jaime Pérez-Maura, director de Desarrollo de Negocio de Allfunds Bank.

Hay que tener cuidado con lo que uno desea, puesto que no siempre las cosas son como las percibimos. Corría el 1808 y España estaba plagada de afrancesados deseosos de cambio, con anhelos de fraternidad, igualdad y legalidad, hartos del yugo absolutista de un Carlos IV. Lo que vino después ya lo conocemos. Ni fraternidad, ni igualdad, ni legalidad, hubo cambios pero no necesariamente buenos, con
el Napoleón low cost al frente. Si algo sirvió este episodio fue para retomar nuestras cosas pendientes con fuerzas renovadas, tener una mayor autoestima y quedarnos con lo mejor de lo que venía del exterior, algo que por lo general tendemos a considerar mejor que lo que tenemos en casa.

Con nuestra industria pasa algo parecido, algunos anhelan modelos de distribución de fondos que no tienen que ver con nosotros al 100%, que se asientan en principios a los que moralmente elevamos a los altares y lo que es peor, algunos muestran una actitud beligerante con nuestra industria hablando de una superioridad de fuera que no es tal; algunos se convierten incluso en yihadistas de conceptos como "el cliente quiere pagar", "los bancos te engañan" o "habrá más arquitectura abierta". Es algo así, como cuando Guardiola habla de fútbol, parece que
el único fútbol que hay es el inventado por él.

Hay más de un afrancesado hoy en día dando lecciones sobre un modelo de distribución que no tiene en cuenta el mercado en el que vivimos, gente que intenta que el Athletic juegue al tiki taka, como si fuera el único modelo posible. Los cambios que se están produciendo son continuos e imparables, pero tenemos que buscar dentro de nosotros, en vez de imponer realidades externas (RDR) que no tienen que ver con nosotros. Lo importante es que progresemos poco a poco a un modelo mejor y más sostenible. Las referencias exteriores son buenas, pero se convierten en falsa religión si las elevamos a la categoría de verdades universales.