Analizamos la tendencia del dólar y las próximas elecciones en Reino Unido

Keith_Wade
Cedida por Schroders

TRIBUNA de Keith Wade, economista jefe de Schroders. Comentario patrocinado por Schroders.

En contra de lo que manda la tradición de defender una divisa fuerte, Donald Trump ha comenzado a abogar por una depreciación del dólar. Si bien su capacidad para influir en el dólar es limitada, existen razones para confiar en la probabilidad de que la fortaleza del dólar se revierta. Desde que el dólar protagonizó una drástica apreciación, el sector comercial ha lastrado el crecimiento económico.

El dólar se ha visto apuntalado por el endurecimiento de la política monetaria estadounidense en un momento en el que el resto de bancos centrales mantienen sus políticas acomodativas. Sin embargo, la relación entre los tipos y las divisas no es sencilla. Las divisas suelen anticiparse a los movimientos de los tipos de interés, ya que los inversores ajustan sus previsiones de rentabilidad. Cuando los tipos de interés varían frente a una divisa, el valor de esta debe caer hasta un punto en el que ofrezca el suficiente potencial de apreciación para restablecer el equilibrio. Esta es la base del overshooting (sobrerreacción): una divisa se adelanta en gran medida a las variaciones en los tipos, para luego estabilizarse o apreciarse cuando se materializan dichos cambios.

Esto concuerda con los ciclos previos de ajuste monetario de la Fed en los que, en vez de producirse una apreciación del dólar al mismo tiempo que la subida de los tipos de interés del país, la situación fue diferente. Nuestro análisis de ocho ciclos anteriores revela que, por norma general, el dólar suele depreciarse ligeramente o mantenerse plano después de las subidas de tipos por parte de la Fed. Hoy parece suceder algo parecido: el dólar subió drásticamente antes de que la Fed empezara a endurecer su política monetaria, pero ahora está retrocediendo al haber superado su valor a largo plazo.

Un dólar más débil eliminaría un factor deflacionista en la economía estadounidense. Los precios de las importaciones aumentarían más rápidamente, lo que haría subir la inflación. Sin embargo, ello también podría sumarse a las presiones deflacionistas en Europa y Japón, lo que posiblemente generaría problemas para el BCE y el BoJ. Los inversores en estos países también tendrán que estar atentos a las fluctuaciones del euro y el yen si se produjese un movimiento significativo en el dólar, dada la correlación negativa que estas divisas tienen con sus respectivos mercados de renta variable. Para los mercados emergentes, el fin de la apreciación del dólar supondría un alivio, ya que disiparía los temores de que unas condiciones monetarias más estrictas en EE.UU. se extiendan a las economías emergentes a través de la deuda denominada en dólares.

En cuanto a Reino Unido, la población británica volverá a las urnas una vez más. May argumenta que necesita celebrar elecciones para reforzar su postura en las negociaciones del Brexit y para conseguir el mejor resultado posible para el Reino Unido. Los inversores recibieron positivamente el anuncio, lo que impulsó la libra hasta su nivel más elevado frente al dólar desde septiembre de 2016.

Theresa May se ha quejado de que otros partidos y miembros de la Cámara de los Lores han intentado boicotear el proceso, pero quizá la oposición a sus planes provenga de su propio partido. Con una mayoría de tan solo 17 escaños en la Cámara de los Comunes, la primera ministra se encuentra en una posición difícil. Los planes de un Brexit demasiado suave o el incumplimiento de algunas promesas podrían llevar a los miembros de la línea dura de su Gobierno a votar en contra del acuerdo final. Por otro lado, si el acuerdo con Europa resulta ser muy duro, la facción más europeísta de su partido también podría votar junto con los partidos en la oposición para paralizar el acuerdo final.

Por lo tanto, May necesita una mayoría más amplia, reforzada por parlamentarios nuevos, jóvenes y ambiciosos que no se rebelen en su contra. Recuerden que la primera mujer en ostentar este cargo en la historia del Reino Unido no fue derribada en las urnas, sino por su propio partido.

Como inversores, aprovechemos esta situación mientras dure. Consideramos que la economía del Reino Unido probablemente se ralentice próximamente, dado que los hogares se ven lastrados por el aumento de la inflación. De hecho, estamos observando indicios que apuntan a que los hogares empiezan a apretarse el cinturón. Mientras que la confianza de los consumidores y las empresas se mantenga en niveles elevados, es probable que su liderazgo en las encuestas de opinión se traduzca en una rotunda victoria en las elecciones. Algunos piensan incluso que podría obtener la mayoría más amplia desde la Segunda Guerra Mundial.