Anclaje y sobreconfianza el 14 de diciembre de 2016

interrogacion
Rodaniel, Flickr, Creative Commons

El pasado mes de diciembre, el grupo de investigación en Behavioral Finance de la Universidad Pontificia Comillas en colaboración con Funds People llevó a cabo una master class con profesionales y colaboradores de la encuesta mensual sobre la que se calcula el Índice de Confianza del Inversor Institucional.

La sesión comenzó con la intervención del profesor Francisco Villanueva, que hizo un repaso de la evolución de las finanzas desde su perspectiva clásica hasta las nuevas contribuciones del behavioral finance. Seguidamente, las profesoras Natalia Cassinello y Teresa Corzo expusieron, con la participación de los asistentes, los sesgos cognitivos y emocionales a los que se puede enfrentar un gestor en su día a día.

Los asistentes participaron respondiendo una serie de preguntas a lo largo de la sesión que permitió ilustrar cada uno de los sesgos, así como la autoevaluación de los participantes. A modo de ejemplo, vamos a ilustrar los resultados obtenidos a la hora de evaluar el sesgo cognitivo de anclaje y el sesgo emocional de sobreconfianza.

El sesgo de anclaje, como definieron Tversky y Kahneman en 1974, se pone de manifiesto al realizar estimaciones numéricas, cuando previamente se ha recibido un punto de partida o cálculo incompleto. A los asistentes con el fin de probar este sesgo se les formuló la siguiente pregunta: Un lápiz y una goma cuestan 1,10 euros en total. Si el lápiz cuesta un euro más que la goma, ¿cuánto cuesta la goma?

Para responder a esta pregunta, sólo sería necesario despejar la incógnita en la siguiente ecuación matemática: X + (1+X)= 1,10 donde X es el precio de la goma. Así pues, la respuesta correcta sería 0,05 euros, aunque los participantes por efecto del anclaje tienden a decir 10 céntimos. Sin embargo, como Tversky y Kahneman detectaron, el público es incapaz de plantear y resolver esta ecuación de manera sencilla. El resultado obtenido en la sesión impartida valida esta observación, ya que el 18% de los asistentes contestó correctamente.

Por otro lado, también se evaluó la sobreconfianza de nuestros participantes, que como ya conocemos es otro de los sesgos característicos y hace referencia al exceso de confianza en las capacidades del inversor. Tres fueron las preguntas contestadas por los asistentes sobre aspectos cotidianos y que incluso afectan a la autoestima personal: ¿Controla el efecto del alcohol mejor que la media? ¿Conduce mejor que la media? ¿Sabe emplear su tiempo mejor que la media?

Estadísticamente, los resultados tenderían al 50% asumiendo que los participantes no mostraran sobreconfianza. El resultado de la master class en las dos primeras preguntas pone de manifiesto la existencia de dicho sesgo en los participantes, ya que casi el 60% considera que tolera mejor el efecto del alcohol y el mismo porcentaje considera que conduce también mejor. No ocurre los mismo con la tercera pregunta, que arroja un resultado más equilibrado, ya que sólo el 46% de las respuestas admiten que emplean mejor su tiempo que la media.

Estas mismas preguntas, como recordarán, fueron incluidas en la encuesta Índice de Confianza del Inversor Institucional del pasado mes de diciembre, donde el perfil de los participantes muestra un nivel de sobreconfianza aún mayor llegando a unos porcentajes del 60%, 67% y 58%, respectivamente. Quizás, el hecho de haber rellenado la encuesta de forma online y no presencial contribuya a favorecer este sesgo.

Desde el grupo de investigación de Behavioral Finance de Comillas-ICADE, queremos reiterar nuestro agradecimiento a los asistentes a la master class y a los participantes que mes a mes colaboran en la elaboración del ICII.

BehaCFAFuente: Informe realizado por CFA Institute en base a 724 participantes.