Antonio Moreno Espejo, in memoriam

CNMV
CNMV

Ayer falleció en Madrid Antonio Moreno Espejo, director de Autorización y Registro de Entidades de la CNMV. 

Antonio era, antes que todo lo demás, por encima de todo lo demás, un hombre bueno. Y esa bondad lo permeaba todo. Su compromiso de servidor público lo vivía Antonio desde la bondad, con lo que esta conlleva de generosidad, de empatía, de deseo sincero de ayudar al prójimo. En los desacuerdos, inevitables entre supervisor y supervisado, una podía rechazar su posición; lo que no podía era dudar de la convicción de Antonio, ni del enraizamiento de ésta en su voluntad firme de cumplir con su mandato de proteger a los inversores, que él entendía también como un deber de ayudar al desarrollo del mercado.

Por eso fue doblemente vil la insidia bajo la ya completamente desautorizada Operación Parqué, que tanto daño le hizo y a la que nadie que hubiera cruzado una mirada con él podía, sin enfermedad del alma, dar fe; también por eso ha sido doblemente de agradecer el reciente reconocimiento público de su hombría de bien que, sin nombrarlo directamente, ha hecho el presidente de la que siempre fue su casa, CNMV.

Antonio era también un hombre lleno de curiosidad intelectual, nunca satisfecho con el mero deletreo de la norma, o su aplicación mecánica, atento siempre a la finalidad buscada por la regla, y a las distintas formas en que ésta podía satisfacerse, y dispuesto siempre al debate intelectual. Buen ejemplo de esa curiosidad fue su vinculación con FIDE, en cuyas discusiones resultaba un contrincante tanto más formidable cuanto que, a un conocimiento exhaustivo de la realidad unía una humildad sincera; jamás, y han sido muchos años, usó un argumento que habría sido tan inapelable en la discusión como fútil en el plano de las ideas: su autoridad.

Servidores públicos como Antonio hacen mejor no sólo la Administración a la que sirven, sino a toda la sociedad y pocos debe haber que vayan a ser recordados con tanto afecto.

Del hueco que sentimos los amigos no es esta ocasión de hablar.