Auge de los activos alternativos: ¿qué implicaciones tiene para gestoras y depositarios?

activos alternativos

El escenario de bajos tipos de interés ha obligado a los gestores a ampliar el abanico de inversiones de cara a optar a una mayor rentabilidad. Esto ha traído al primer plano a los activos alternativos, que se han ido haciendo un hueco en las carteras obligando, también a los depositarios, a adaptarse a sus peculiaridades.

Así lo han explicado responsables de gestoras y depositarios en una mesa redonda celebrada en el marco del Insights Depositaría; un coloquio organizado por FundsPeople, patrocinado por BNP Securities Services, Caceis y Cecabank, y en el que participaron también Arcano, Inveready y Solventis.

Más interés por el inversor minorista

“En la inversión alternativa si asumes cierta iliquidez tienes la posibilidad de acceder a una rentabilidad atractiva asociada a un riesgo razonable”, explica Pablo Sanz, director de Operaciones en Arcano. En la entidad observan cada vez más interés por parte del inversor minorista y eso, al final, también lo notan a la hora de desplegar una estrategia.  Una visión que comparte Eduard Feliú, CFO de Inveready, donde destacan el mayor apetito del inversor, tanto que “ha acelerado la generación de vehículos de la demanda que hay”, asegura.

Este tsunami de los últimos años también ha llevado a Solventis a adaptarse e incluir en su oferta este tipo de productos para sus inversores. En opinión de Juan Carlos Canudo, director de Gestión en Solventis, “pasarán de ser alternativos a complementarios o casi obligatorios”.

Pero su auge no solo ha obligado a las gestoras a adaptarse, sino también a los depositarios, que actúan como bóveda de protección del inversor. Para Andrea Cardamone, responsable de Supervisión de Depositaría en BNP Paribas Securities Services, la acogida de estas inversiones “ha supuesto un cambio desde el punto de vista operativo debido a las inversiones en cartera que, a diferencia de las IIC y FP, se materializan mayormente en activos no custodiables”, comenta. En su opinión, los tres pilares fundamentales de la depositaría son “el control del efectivo, el registro de las posiciones ligado al control de la propiedad y la supervisión”, enumera. En este sentido, “la creación de equipos especializados y la inversión en tecnología han sido la clave para poder llevar las obligaciones del depositario, aportando eficiencia operativa a las gestoras”, justifica.

Un sistema de control para la selección

En concreto, en el caso de las Instituciones de IIL hay que establecer “un sistema de control para que los procedimientos de selección de activos por parte de la gestora cumplan los criterios exigidos por la normativa”, apunta José Carlos Sánchez-Vizcaíno, director de Supervisión de Depositaría en Cecabank. En los FIL también es diferente “la verificación de los términos, la adecuación operativa y el alineamiento con la normativa de todos los acuerdos celebrados con intermediarios principales. Un participante en la industria alternativa que en España no estaba tan arraigado, pero va cogiendo tracción y merece una atención especial”, arguye.

Por otro lado, los depositarios en España se tienen que adecuar a la revisión de los estados reservados específicos de las IIC de inversión libre y de la supervisión del cumplimiento de coeficientes y límites legales de aplicación a estos vehículos.

Alfonso de Pablos, responsable de Depositaría Instituciones Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones en Caceis, añade a lo anterior que, ante la falta de una cámara de compensación bursátil y de un depositario central, “al final, es el depositario el encargado de verificar que la propiedad pertenece al vehículo de inversión, mediante la revisión de documentación y contratos, garantizando que los flujos derivados de esos contratos se realizan correctamente”. Pero todos estos cambios no han hecho sino “enriquecer” más la actividad de los depositarios, en su opinión.

Las palancas de crecimiento

Todos ellos coinciden en que las palancas para este crecimiento se basan en la demanda de los inversores más que en el lanzamiento de vehículos específicos, ya que la proliferación de estos productos se vio truncada tras la crisis de 2008 y su volumen actual es marginal sobre el total del patrimonio en fondos de inversión (inferior al 1%). Por eso, Sánchez-Vizcaíno, de Cecabank, cree razonable pensar que “el interés en estos productos alternativos ha venido como respuesta a la demanda de las bancas privadas y clientes institucionales porque ofrecen una descorrelación de los mercados y aportan una rentabilidad adicional”.

Eso sí, su crecimiento a futuro está también ligado al desarrollo normativo, sugiere Cardamone, de BNP Paribas Securities Services, porque, “aunque la gestión alternativa pueda representar una válida opción para obtener retornos más atractivos, este tipo de activos no tienen apenas cabida en las IIC tradicionales” debido a los límites establecidos por la regulación actual. En esta línea se muestra también De Pablos, de Caceis, que aboga por “fomentar y favorecer estos activos a todo tipo de inversores institucionales, no solo IIC sino fondos de pensiones y aseguradoras, con el fin de fomentar una base de clientes más rica y diversificada”.

Además, en opinión de Feliú, de Inveready, su papel va más allá de hacer ganar dinero a los inversores: “Somos un canalizador de la economía ayudando al crecimiento”, sugiere.

En concreto, hay productos que en opinión de los expertos han tenido muy poco desarrollo en España, como el Fondo de Inversión Libre (FIL), al que desde Solventis instan a dar más recorrido, o los Fondos de Inversión a Largo Plazo Europeos (FILPE), que desde Arcano ven desaprovechados por la falta de flexibilidad en la política de inversión.

Capital riesgo e infraestructuras

A la hora de invertir en capital riesgo, desde las gestoras apuntan una serie de aspectos a destacar. En primer lugar, avisar al cliente de que son inversiones más ilíquidas. En ese sentido, Feliú, de Inveready, reconoce que cada vez más se ven obligados a realizar prórrogas en las duraciones, inicialmente previstas en 10 años, para poder maximizar el valor. Desde Solventis, Canudo apunta a buscar las oportunidades en las fases bajas del ciclo (aunque sea difícil) y asegurar una inversión continua a lo largo del mismo para tener rentabilidades sólidas en promedio. Por último, no englobar todas las inversiones bajo el mismo saco: “Hay que analizar de verdad el activo subyacente”, recomienda Sanz, de Arcano.

¿Qué valor añadido aportan aquí las entidades depositarias? Para Sánchez-Vizcaíno, de Cecabank, la participación del depositario fortalece el sistema en su conjunto: “Nuestra intervención, ya sea mediante la interposición en determinadas operativas o mediante la propia supervisión de la actividad de la gestora, permite a los vehículos de inversión y a las gestoras cumplir con sus obligaciones e instrumentar las inversiones de forma eficiente y con la máxima seguridad. Velamos por mantener el equilibrio entre la protección del inversor, el cumplimiento de las funciones encomendadas a cada interviniente, la salvaguarda de las responsabilidades de las entidades y la eficiencia operativa de todos los participantes”, concreta.

Esta salvaguarda es también uno de los principales objetivos para De Pablos, de Caceis: “Se está creando una capa de control que da protección a los partícipes, que es el fin último del depositario”. Este valor se ejerce con cuatro palancas: un modelo operativo eficiente (gracias a la tecnología) integrado por los procesos de supervisión y control; pertenecer a un grupo sólido y global; hacer un excelente control del riesgo; y ofrecer servicios de valor añadido a los clientes, enumera.

También ha colaborado con las gestoras “a facilitar la transición al no tan nuevo marco normativo”, para lo cual confiar en entidades independientes y especialistas, que cuenten con equipos expertos locales y no externalizados que aportamos ese plus de cercanía, y sean referencia en la depositaría de IIC, FP y EPSV, ha ayudado sin duda a las gestoras a realizar esta travesía con éxito”, añade Sánchez-Vizcaíno, de Cecabank. Además, también ha ayudado, continúa el experto, “a que a este tipo de inversiones se incorpore el cliente no institucional o de manera transfronteriza”.

Servicios adicionales ligados a los vehículos

A lo anterior, desde BNP Paribas Securities Services añaden también, que, apoyándose en las capacidades de la entidad financiera, “se pueda complementar con servicios adicionales ligados a los vehículos, salvaguardando las necesarias murallas chinas o conflictos de interés que pueda haber entre las distintas áreas”. Al final, explica Cardamone, “el banco se convierte en un verdadero partner que puede proporcionar una oferta completa de servicios a las gestoras, como son la depositaría, la administración, el middle office, la monitorización de la cartera y solución de data anlytics.

Con respecto a los fondos inmobiliarios, los depositarios ofrecen servicios pero no ven recorrido en este activo, truncado tras la crisis de las subprime y cuyo relevo tomaron posteriormente las socimis, que no tienen obligación de tener depositario. Sí que ven recorrido en el caso de las infraestructuras, cuyo apetito se ha visto generado por los incentivos fiscales o la inversión en infraestructuras sostenibles.