Beneficios de la gestión activa en renta variable japonesa

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Foto cedida

TRIBUNA patrocinada por Capital Group, de Mario González y Álvaro Fernández Arrieta, Directores de Distribución de Capital Group para Iberia.

Como es por todos sabido, muchos mercados de valores a nivel mundial ofrecen a los gestores activos margen para generar retornos superiores. Entre otros destaca el mercado japonés, ya que presenta altos índices de ineficiencia. Las reformas puestas en práctica en el país han revitalizado su estancada economía creando oportunidades muy en el segmento corporativo, por lo que la selección de valores sigue siendo fundamental.

Las medidas puestas en marcha por el primer Ministro Shinzo Abe han hecho que la bolsa japonesa vuelva a situarse en niveles que no se habían visto en décadas, lo que ha reavivado el interés de los inversores por tener exposición a esta región. En este sentido, a pesar de que la adopción de una estrategia pasiva podría ser vista como una posible opción no podemos olvidar que Japón ha sido históricamente un mercado para la selección de compañías y todavía a día de hoy sigue siéndolo.

El valor añadido del análisis propio y fundamental

En primer lugar, el importante volumen de la bolsa japonesa lo convierte en un terreno fértil en el que encontrar interesantes compañías. Es el cuarto mercado del mundo por capitalización mundial (4,6 billones de dólares) y está formado por más de 3.800 empresas cotizadas. No obstante, este no es el único motivo por el cual resulta atractivo decantarse por un enfoque activo. Como comentábamos anteriormente, el mercado de valores japonés es ineficiente, lo que da lugar a oportunidades en cuanto a las valoraciones que pueden ser aprovechadas por gestores activos.

Una de las variables que determina el grado de eficiencia de un mercado es sin lugar a dudas, la cobertura de los analistas. Cuantos más analistas estén cubriendo una empresa, más rápidamente pueden compartir su información. En este sentido, el mercado japonés se sitúa muy por detrás de otros mercados desarrollados como el norteamericano o el británico. De media, 13 analistas cubren cada empresa del Nikkei 225, frente a los 23 del S&P 500 Composite o del FTSE 100.

Y el análisis y cobertura es incluso menor para el caso de las compañías de pequeña y mediana capitalización. Este sector incluye numerosas empresas de muy buena calidad y que además cuentan con sólidas perspectivas de crecimiento. Muchas de ellas son incluso de vital importancia para la cadena de valor global. Otras ofrecen una exposición pura a determinadas industrias frentea la amplia diversificación de los conglomerados. Por tanto, a través de un minucioso análisis bottom up, los gestores activos pueden descubrir perlas que pasan inadvertidas para la mayoría. Fijémonos por ejemplo en el caso de Sysmex: aunque resulta familiar solo para un reducido grupo de inversores, se trata del mayor proveedor mundial de herramientas para análisis de sangre, situándose incluso por delante de gigantes del sector sanitario como Abbott.

En cuanto a las valoraciones, muchas empresas pertenecientes a este segmento cotizan con importantes descuentos, lo que hace que parezcan incluso más interesantes. Sin embargo, es importante ser selectivo. Es cierto que hay empresas que cuentan con bajas valoraciones simplemente porque el mercado las ha ignorado. Pero también hay empresas que sólo están baratas porque sus perspectivas de crecimiento no son positivas.

Abenomics y los cambios en la gobernanza corporativa

Asimismo, tampoco podemos pasar por alto el efecto de Abenomics. En los últimos años Abenomics se ha convertido en el principal motor para las inversiones en Japón, aunque parte del programa incluye reformas que son difíciles de valorar en el mercado. Esto convierte a Japón en un destino privilegiado para los stock pickers con perspectivas a largo plazo y que son capaces de identificar aquellas empresas que están preparadas y listas para el cambio.

En este sentido, las nuevas medidas en relación al gobierno corporativo ya están empezando a dar sus frutos y muchas empresas que se han comprometido a implementar reformas en este campo ya han sido recompensadas por el mercado. Sin embargo, anticipar qué empresas finalmente las pondrán en práctica no es tarea sencilla.

El conocimiento y el análisis local, respaldado por una red de analistas a nivel global, constituyen la clave. Conocer el estado financiero de una empresa es una cosa, pero entender su cultura es otra bien distinta y para ello será necesario un análisis con sesgo y presencia local, que incluya reuniones periódicas con los directivos de la empresa con el fin de comprender el punto de vista del consejo de administración de la entidad y detectar así potenciales cambios en la dirección corporativa. De hecho, empresas que finalmente han avanzando en la dirección correcta, en un primer momento eran candidatos poco probables de hacerlo.

Este es el caso por ejemplo de Fanuc, líder mundial de la industria robótica que sorprendió al mercado al anunciar un aumento en el ratio de dividendos y proponer la recompra de acciones. Reformar la mentalidad corporativa en Japón llevará tiempo, pues su gobierno corporativo está todavía bastante por detrás del de otros países desarrollados. En efecto, los últimos descubrimientos de irregularidades contables en Toshiba no son más que un ejemplo de que esta brecha aún sigue existiendo.

Exposición pero con carácter conservador

Por último hablemos de la gestión del riesgo, otro aspecto en el que la gestión activa también cuenta con una amplia ventaja frente a la pasiva que, en el caso de caída del mercado, no es capaz de proteger al inversor. Además, los inversores pasivos son también vulnerables a determinadas exposiciones sectoriales no deseadas. Por ejemplo, en febrero de 2011, los inversores que replicasen el índice MSCI Japan Index tenían un 1,43% de exposición a Tokyo Electric Power, con independencia de si tenían un punto de vista positivo sobre esta empresa o no. En marzo de 2011, un terrible terremoto creó un desastre nuclear en la central de TEPCO en Fukushima, lo que desplomó su precio de cotización.

Por el contrario, la gestión activa puede proteger mejor frente a las caídas. Los gestores con más experiencia en el mercado gestionan la exposición de sus carteras en función de sus propias convicciones, sin prestar atención al índice de referencia. Pueden evitar compañías que, presentes en el índice, tienen valoraciones muy caras o invertir en nombres fuera del índice, pero con perspectivas atractivas. Además, pueden aumentar su posición de liquidez durante períodos bajistaso volátiles. De hecho, suele ser generalmente en los momentos de caídas generalizadas en los que estos gestores añaden alpha y ofrecen un auténtico valor añadido.

En definitiva, gestión activa combinada con sólidas capacidades de análisis desarrolladas a través de una red de analistas con presencia mundial y unas perspectivas a largo plazo son los elementos fundamentales para una estrategia exitosa que invierta en Japón