Certidumbre de incertidumbre

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Foto cedida

Niveles récord de desempleo en toda la zona euro. Dudas sobre la deuda soberana de Italia y España. Recaída en la recesión en el Reino Unido. Desaceleración económica en China. Elecciones en Francia, EE.UU. y otras democracias importantes. Reformas normativas. Cuestiones pendientes sobre las políticas de crecimiento en la zona euro. Decir que los acontecimientos actuales han impactado a los inversores es quedarse corto.

En una encuesta  que hemos realizado a individuos con grandes patrimonios del Reino Unido y EE.UU., los inversores declararon tener preocupaciones críticas en relación con el riesgo. De hecho, para el 70% de los inversores británicos, el riesgo equivale a la pérdida de principal, y el 61% prefiere la seguridad a la rentabilidad, mientras que el 47% de los inversores estadounidenses dicen que limitan sus inversiones por el temor a perder dinero.

En otro estudio reciente preguntamos a asesores financieros del Reino Unido y EE.UU. por las mejores estrategias para avanzar. Casi la tercera parte de los asesores británicos afirma que la división tradicional del 60% en renta fija y el 40% en renta variable ya no es la mejor forma de buscar rentabilidad y gestionar el riesgo. Casi la mitad considera que, para lograr resultados, es necesario sustituir las técnicas tradicionales de diversificación y construcción de carteras con nuevos enfoques.

Por tanto, ¿cómo avanzar en momentos de incertidumbre?

A nuestro juicio, el enfoque correcto es algo que denominamos Durable Portfolio Construction (Construcción de carteras duraderas). Es un concepto de inversión que intenta proporcionar un equilibrio más estable gracias a la gestión del riesgo, la gestión de la volatilidad y la mejora de la diversificación en las carteras individuales e institucionales.

El riesgo es lo primero para las carteras duraderas

En los últimos años, la construcción de carteras se ha convertido en un proceso de selección de inversiones con vistas a generar un nivel de rentabilidad específico. En cambio, nosotros pensamos que ha llegado el momento de considerar el nivel de riesgo que el inversor está dispuesto a asumir y de determinar qué parte de ese riesgo debe estar asignado a cada posición específica de una cartera. En nuestra opinión, el riesgo (medido por la desviación estándar) ha sido más previsible que la rentabilidad de la mayoría de las clases de activos.

Ha llegado el momento de prestar más atención a las correlaciones.

Si la crisis ha puesto de relieve una verdad esencial es que la auténtica diversificación puede ser difícil de conseguir. Y si las correlaciones entre clases de activos tradicionales tienen propensión a aumentar en los periodos de tensión, es mucho más crítico encontrar aquéllas que mantendrán sus correlaciones en esas condiciones.

En consecuencia, nos parece vital ampliar el conjunto de inversiones a partir del cual se construyen las carteras con la incorporación de estrategias long/short, divisas, materias primas, activos inmobiliarios y otros activos. Partiendo de este punto, el objetivo es identificar aquellas inversiones con potencial para reducir el riesgo o mejorar la rentabilidad. Las que no cumplan una de estas dos funciones deben ser eliminadas.

Ha llegado el momento de integrar más inversiones alternativas.

Con independencia de que el objetivo sea mejorar la diversificación, gestionar el riesgo de la cartera o conseguir alfa, las inversiones alternativas están jugando un papel cada vez más importante en la construcción de carteras para una amplia gama de inversores. Lo que está claro es la necesidad de ampliar el conjunto de herramientas a disposición de los profesionales de la inversión.

Dada la falta de fe en las estrategias tradicionales de asignación de activos que exhiben todos los mercados de inversión, las inversiones alternativas pueden ser una oportunidad significativa. En su forma más sencilla, la incorporación de una asignación a inversiones alternativas, incluso pequeña, puede reducir la volatilidad sin una disminución sustancial de la rentabilidad. Este paso por sí solo parece abordar el problema que más desconcierta a los inversores.

También ha llegado el momento de utilizar más inteligentemente las clases de activos tradicionales.

Renta variable para la revalorización del capital y renta fija para conseguir estabilidad. Durante muchos años, estos fueron los principios esenciales que guiaron la construcción de carteras. Sin embargo, dadas las perspectivas de continua volatilidad y tipos de interés bajos, puede ser el momento de considerar de manera distinta cómo y por qué utilizamos estas clases de activos tradicionales.

En un lado de la ecuación, la renta variable puede hacer algo más que proporcionar potencial de rentabilidad:

1. Renta variable que genera un alto grado de confianza para ayudar a ampliar el potencial de rentabilidad.

2. Pueden implementarse estrategias de renta variable cubierta que utilizan opciones put y call para ayudar a compensar la volatilidad.

3. Los valores que pagan dividendos pueden ayudar a mejorar la estabilidad de la rentabilidad gracias a los ingresos.

En el otro lado, las inversiones en renta fija pueden utilizarse para muchos fines:

1. Los TIPS o las estrategias de bonos que tienen en cuenta la inflación pueden ayudar a proteger contra el riesgo de inflación.

2. Los títulos relacionados con crédito y a tipo variable pueden servir de aislamiento frente a unos tipos crecientes.

3. Las estrategias de bonos multisectoriales pueden ofrecer exposición a una gama más amplia de activos de renta fija y reducir la dependencia de la deuda pública.

4. Y, al igual que sus homólogas de renta variable, las estrategias de rentabilidad absoluta pueden contribuir a gestionar el riesgo.

Ha llegado el momento de reconsiderar la construcción de carteras.

Estas ideas en absoluto son una panacea para los muchos problemas a los que se enfrentan los profesionales de la inversión en los actuales momentos de incertidumbre, pero, desde luego, son un buen punto de partida. Natixis Global Asset Management ha puesto en marcha un debate global sobre la construcción de carteras más duraderas y ha creado el Centro de Investigación de Construcción de Carteras Duraderas como centro de excelencia virtual.

Para llegar a algunas soluciones, hemos recurrido a nuestros propios profesionales de la inversión y a los de nuestros gestores de inversiones asociados en busca de nuevas ideas sobre estrategias de inversión y construcción de carteras. Estamos realizando investigaciones primarias con instituciones, intermediarios e individuos de todo el mundo para comprender mejor sus actitudes y percepciones en relación con el riesgo y el proceso de inversión.

Estamos en contacto con nuestros clientes de todo el mundo para pedirles que también compartan con nosotros sus percepciones e ideas. Nuestro objetivo es compartir lo que aprendamos con nuestros clientes de inversión de todo el mundo y hemos lanzado nuestra serie de simposios mundiales para producir ideas vitales.

A lo largo del tiempo, el mundo continuará presentando muchas incertidumbres, pero tenemos la esperanza de poder proporcionar soluciones prácticas a los problemas de construir carteras más duraderas para los inversores actuales.