China abre más canales de inversión al mundo

CianBurke
Foto cedida

Cualquier inversor de cartera estaría encantado ante la oportunidad de comprar en una economía que ha crecido vertiginosamente durante más de tres décadas. Buenas noticias: China está convirtiendo a sus mercados financieros en más accesibles. El PIB del país ha aumentado al menos en un 6% cada año desde 1977, el crecimiento ininterrumpido más largo de la historia. Actualmente, China es la segunda mayor economía del mundo, y si se mide utilizando la paridad del poder adquisitivo, la producción económica de China ya ha superado a la de EE.UU.

A medida que una economía evoluciona, también lo hacen sus mercados financieros. El mercado de bonos chino ha pasado de ser prácticamente inexistente a ser el tercer mercado mayor del mundo. Como país, tiene el segundo mayor mercado de valores por volumen de operaciones y el tercero más grande por capitalización. Pero los mercados financieros chinos son una anomalía: a pesar de su enorme tamaño, han estado fuera del alcance de los inversores globales.

Durante años, las  restricciones de capital han aislado sus mercados financieros. La inversión de cartera exterior (inversión interna en valores extranjeros) sólo supuso el 3% del PIB en China, en comparación con el 49% de EE.UU. El contraste es todavía más destacado en la inversión de cartera extranjera (inversión extranjera en títulos nacionales), sólo supone el 4 % del PIB en comparación con el 86 % en EE.UU.

China se está abriendo de forma gradual. Actualmente hay dos esquemas que rigen la inversión de cartera extranjera: “Inversores Institucionales Extranjeros Cualificados” (más conocido como QFII), e “Inversores Institucionales Extranjeros Cualificados en Renminbi” (más conocido como RQFII). Como el nombre sugiere, ambos programas se limitan a inversores institucionales, y no a inversores minoristas.

De los dos, el QFII es el que tiene una historia más larga. Se lanzó en 2003 para permitir a los inversores institucionales extranjeros invertir en los mercados financieros de China. Aquellos inversores que obtienen el permiso deben convertir sus divisas en renminbi onshore antes de que puedan comenzar a invertir. La cuota inicial de la inversión agregada era 4.000 millones de dólares americanos. Desde entonces, ha aumentado hasta los 150.000 millones de dólares americanos.

Por su parte, el RQFII es similar al QFII pero opera en renminbi. Aquellos inversores institucionales que obtienen la autorización deben utilizar el renminbi offshore para invertir en los mercados financieros de China. El programa se inició en Hong Kong en el año 2011, comenzando con una cuota de inversión inicial de 20.000 millones de renminbi que desde entonces se ha elevado a 270.000 millones de renminbi.

El RQFII también se ha ampliado para cubrir otros países. En 2013, Reino Unido obtuvo una cuota de 80.000 millones de renminbi, mientras que Singapur obtuvo 50.000 millones de renminbi. A principios de año, Francia, Alemania y Corea obtuvieron cada uno 80.000 millones. Y recientemente, Qatar obtuvo 50.000 millones y Canadá 80.000 millones. Hoy en día, la cuota global total asciende a 720.000 millones de renminbi.

El tamaño de China implica que cualquier relajación de las restricciones de capital tendrá importancia para todos, y los reguladores han adoptado un enfoque cauteloso y metódico en su apertura al mundo. Shanghái - Hong -Kong Stock Connect, puesto en marcha el pasado 17 de noviembre, es el último programa de China para reducir los controles de capital y sigue el mismo camino.

Anunciado en abril por el primer ministro chino, Li Keqiang, Stock Connect marca un hito en la integración financiera de China con el mundo. Por primera vez, los inversores locales -tanto institucionales como minoristas- podrán negociar directamente valores extranjeros, mientras que los inversores de fuera de China - tanto institucionales como minoristas - tendrán acceso directo al mercado de valores de China.

Inicialmente, el programa sólo incluye las bolsas de valores de Shanghái y Hong Kong, y los dos canales – Shangai northbound y Hong Kong southbound - están sujetos a una cuota diaria y agregada. Pero si nos basamos en la historia, las cuotas se incrementarán y el programa se ampliará. El potencial del Stock Connect es asombroso. A través de Hong Kong, puede modificar la dinámica de los mercados financieros globales.

Los inversores de cartera internacionales han tenido un acceso limitado al crecimiento de China, y las ganas son notables. El volumen de la bolsa de Hong Kong ha aumentado considerablemente desde el anuncio de Stock Connect, en parte porque los inversores están anticipando que las entradas destacadas harán subir los precios de las acciones una vez que el tren esté en marcha. También creemos que habrá demanda por parte de los inversores en índices internacionales. Cuando la bolsa de Shanghái se vuelva completamente accesible, será cuestión de tiempo que las acciones de tipo A, aquellas que cotizan en las bolsas chinas, se incluyan en los índices de mercados emergentes, como el FTSE y MSCI, una medida que impulsará demanda adicional por parte de  los fondos cotizados.

La apertura financiera de China al mundo no sólo permite el acceso a los enormes ahorros del país, sino que también dará lugar a una base de inversores diversificada y global más estable. Más compañías internacionales podrían optar por cotizar en Hong Kong y, en el futuro, las salidas a bolsa en China pueden llegar a convertirse en asuntos mundiales.

En relación con otros sistemas financieros, China todavía no puede describirse como abierto. Pero los muros de separación se están derrumbando. Al eliminar gradualmente sus controles de capital, China está permitiendo a los inversores internacionales invertir en su crecimiento que es una historia de éxito increíble.