Cinco razones por las que la transición energética supone una oportunidad en el entorno actual

Firma: cedida (Schroders).

TRIBUNA de Alexander Monk, analista global de Renovables, y Mark Lacey, gestor de Metales Preciosos y Energía Global, Schroders. Comentario patrocinado por Schroders.

El mundo entero ha tomado conciencia de lo necesaria que es la transición a un sistema energético limpio para conseguir frenar el aumento de las temperaturas. Sin embargo, las actuales presiones inflacionistas que están ejerciendo presión sobre los mercados de renta variable mundiales están afectando a la renta variable de la transición energética más que a la mayoría, con muchos de sus subsectores justo en el ojo del huracán. Aunque estas amenazas a corto plazo son dolorosas, no deberían restar importancia a la oportunidad de inversión a largo plazo.

Los cuellos de botella en la cadena de suministro mundial, el aumento de los costes de los insumos, la preocupación por el estado de la recuperación económica y la amenaza de la subida de los tipos de interés han creado un entorno muy difícil para todos los sectores globales. Y, especialmente, para los activos vinculados a la transición energética. Sin embargo, analizamos cinco razones que demuestran que estos activos siguen presentando oportunidades de inversión a largo plazo:

1. Los retos son de corto plazo

Aunque pensamos que las actuales dificultades en la cadena de suministro podrían durar hasta muy avanzado el próximo año, al final, se suavizarán. En este sentido, el aumento de los costes de las materias primas y del transporte provocará una reacción por el lado de la oferta, que mitigará las presiones sobre los costes de los bienes y servicios. Además, los flujos de inversión hacia un sistema de energías cero neto siguen siendo increíblemente sólidos, lo que crea margen para una importante recuperación de los pedidos y un aumento de la rentabilidad una vez que las dificultades a corto plazo disminuyan.

2. Las oportunidades a largo plazo permanecen intactas

Las oportunidades de inversión a largo plazo en la transición energética siguen vigentes y se consolidan a medida que mejora la situación económica, se acelera la demanda y aumenta el apoyo político. Como inversores a largo plazo enfocados en la transición energética, consideramos que los retos a corto plazo son una oportunidad de compra, sobre todo teniendo en cuenta el potencial de revalorización de ese sector.

3. La competitividad de las energías renovables sigue siendo muy sólida

En la actualidad, el coste para desarrollar proyectos eólicos y solares ha aumentado al ritmo de la inflación. Pero estas subidas son insignificantes si se comparan con el aumento del coste de las materias primas de los activos energéticos convencionales (por ejemplo, el carbón y el gas) y los costes por las emisiones de carbono que los operadores de estos activos tienen que pagar para producir. Además, las energías renovables mejorarán su competitividad a medida que salgan al mercado nuevos productos innovadores. Históricamente, los paneles solares y las turbinas eólicas han visto como sus costes mejoraban un 28% y un 11% por año respectivamente.

4. La demanda subyacente también sigue siendo muy sólida

La demanda de energía renovable por parte de las empresas sigue creciendo, sobre todo a medida que aumenta el número de compañías que se comprometen a alcanzar objetivos de cero emisiones. También la demanda de soluciones de energía solar residencial y de almacenamiento sigue siendo increíblemente elevada, conforme aumenta la preocupación por la seguridad energética y se hacen más evidentes los beneficios económicos. Y, además, se ha producido un notable repunte de la demanda de vehículos eléctricos a nivel global con los consumidores optando por la vía sostenible.

5. El apoyo político avanza a pasos agigantados

Aunque los paquetes de infraestructuras del presidente Biden están paralizados en el Congreso, lo más probable es que se aprueben con alguna modificación. Junto con el apoyo de la Unión Europea (UE) y los objetivos cada vez más ambiciosos establecidos por el Presidente Xi en China, el apoyo político a la transición energética sigue aumentando.

Sin duda, la transición energética será uno de los temas que marcará las próximas décadas y las oportunidades de inversión que esta temática ofrece son enormes. Por ejemplo, a través del fondo Schroder ISF Global Energy Transition se puede obtener exposición a empresas globales que contribuyen a esta transición. La cartera de este fondo está compuesta por una selección de compañías de regiones y sectores diversos enfocadas en lograr los objetivos en materia de acción climática, pues consideramos que estas empresas están mejor situadas para poder ofrecer un crecimiento superior junto a rentabilidades atractivas a largo plazo.