Cómo estamos y qué hacer con las inversiones

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Joel Filipe (Unsplash)

Continúan las fuertes tensiones en los mercados que están provocando caídas en renta variable, aumento de los diferenciales de los bonos corporativos y elevación de precios de los CDS y los diferenciales con el bono alemán de la deuda soberana de los países periféricos de la Eurozona.

El plan de rescate de Irlanda no ha servido para tranquilizar a los mercados y lejos de ello se está especulando contra Portugal y España.

En la actualidad está pesando sobre el mercado tres aspectos fundamentales:

* Las repercusiones sobre el crecimiento mundial que puede tener el enfriamiento de la economía china, cuya inflación se ha ido a un indeseable 4,4% y que ha llevado a las autoridades a tomar medidas para restringir el crédito.

* El ataque de Corea del Norte a Corea del Sur, que aunque genera un riesgo geopolítico pero parece que ni siquiera ha afectado seriamente a la bolsa de Seul.

* Los países periféricos de la UE: A día de ayer no se habían concretado las condiciones de la ayuda a Irlanda, sólo se determinó que ascenderían a 85.000 millones de euros. El gobierno sólo tendrá el apoyo de los verdes para aprobar los presupuestos, después tendrá que convocar elecciones, y todavía no se saben las medidas para reducir el déficit público en 15.000 millones en 4 años. S&P rebajó el rating de Irlanda a “A” con perspectiva negativa. Portugal anunció un aumento del déficit público que sigue aumentando porque el aumento del 4,6% de los ingresos no cubre el 2,8% del incremento del gasto. Además este año alcanzará el objetivo del 7,3% del déficit por factores extraordinarios, con lo que son necesarias medidas adicionales.

En el lado positivo se anunció una reducción del déficit público del Estado español del 47%, con lo que se están cumpliendo los objetivos. A pesar de ello en la subasta de Letras de ayer el tipo a tres meses pasó del 0,951% al 1,743% y a seis meses del 1,285% al 2,111%.

También positivo, el FMI anunció que Grecia recibirá el tercer tramo de la ayuda de 9.000 millones de euros de la UE y de 2.500 millones de euros del FMI, aunque deberá adoptar medidas estructurales adicionales para cumplir a medio plazo los requisitos de la ayuda.

En esta ocasión se trata de un movimiento que provocaría una fortísima inestabilidad en la zona Euro ya que España es demasiado grande para que pueda caer y consideramos que se pondrán todos los medios para que esto no ocurra.

Nos reiteramos en que el desarrollo normal sería que las ayudas previstas por la UE y el FMI den tiempo para que produzcan su efecto las medidas de reducción del déficit público que los países periféricos están adoptando.

Y en que el peor de los escenarios, impago de la deuda por países periféricos, el efecto sería la bancarrota del sistema financiero europeo, que tendría un efecto dominó al sistema financiero mundial y la posible desaparición del Euro.

Implicaciones y recomendación

Lo más llamativo en España es la evolución del Bono, se puede aprovechar esta situación para aumentar la duración. Vemos bien comprar bonos españoles a 10 años por encima del 5%, pero concentraríamos más la exposición en los bonos a 3-4 años que están rentando 3,75% y 4% respectivamente.

Se ha producido la bajada que considerábamos necesaria para aumentar las posiciones en renta variable.

No cambiamos el esquema básico: invertir en empresas de alta calidad, exportadoras que estén participando en el proceso de crecimiento de los países emergentes o directamente en fondos emergentes, buscar empresas que se beneficien del crecimiento de los países de centro Europa. (Alemania, Francia), la situación actual también nos ratifica en la idea de infraponderar en el sector financiero en general.

No obstante, en España, tras la especial caída compraríamos empresas como Telefónica, Mapfre y Repsol y de forma muy especulativa Santander y BBVA ya que si se produce un rebote serán los bancos los que más reaccionen (aunque de fondo seguimos pensando que hay que estar infraponderados en bancos españoles)

En cuanto a divisas consideramos que a corto plazo se puede producir un fortalecimiento del euro, aunque estructuralmente recomendamos mantener las inversiones en dólares.