¿Debería la banca empezar a temer el crecimiento de las empresas zombis?

Diego Aires, Federica Troiano y Fernando Rojas
Diego Aires, Federica Troiano y Fernando Rojas, consultores de Afi. Foto: Cedida (Afi)

TRIBUNA de Diego Aires, Federica Troiano y Fernando Rojas, consultores de Afi.

La política monetaria es una de las grandes herramientas de política económica que ha cobrado mayor protagonismo desde la crisis financiera de 2008 y la posterior crisis del euro. Y es que, desde dichos episodios de crisis, y como consecuencia de las bajas tasas de inflación, las políticas monetarias implementadas por el Banco Central Europeo (BCE) han sido expansivas, encaminadas a dotar de liquidez a la economía. En última instancia, este fenómeno se ha plasmado en un exceso de liquidez sin precedentes y en la existencia de unas condiciones financieras muy laxas.

Al margen del efecto positivo de estas políticas sobre la inversión y la economía real, cabe destacar que este escenario de exceso de liquidez ha promovido, en cierta medida, la existencia de empresas que son capaces de sobrevivir gracias a las "artificialmente" favorables condiciones de financiación y que no serían viables en un escenario de condiciones "normales· Son las denominadas empresas zombis y, actualmente, un temor que va cogiendo más fuerza es que los ambiciosos programas de ayudas en materia de política monetaria, fiscal y regulatoria, puestos en marcha para mitigar los efectos negativos de la pandemia en la economía y el mercado de trabajo (tal y como, hasta ahora, parece ser el caso), puedan alimentar la zombificación empresarial.

Prueba de que este asunto comienza a estar en el debate de las autoridades es la publicación de mayo del Financial Stability Review (FSR), en donde se dedica un apartado especial a la definición y cuantificación de las empresas zombis en Europa, realizando un análisis de su importancia relativa en Europa, y de cómo se han podido beneficiar de las medidas extraordinarias de apoyo financiero. Tal y como se comentó en párrafos anteriores, las empresas zombis se pueden definir como aquellas empresas que no son viables en condiciones normales de actividad, lo que se materializa en registrar pérdidas, elevados niveles de deuda y estar desinvirtiendo, pero que sobreviven gracias a unas condiciones financieras especialmente favorables.

Según las estimaciones del BCE, el peso de las empresas zombis en la zona euro ha alcanzado su techo en 2013, reduciéndose este peso muy poco en los años posteriores. Se constata a partir de estos análisis que, en el periodo 2014-2019, de clara recuperación económica en la zona euro caracterizada por un exceso de liquidez y tipos de interés negativos, apenas se redujo el peso de las empresas zombis, y esto lleva al BCE a resaltar el riesgo de que condiciones financieras muy favorables estén alimentando el mantenimiento artificial de dicho tipo de empresas. Y, si ese es el caso, existe un riesgo evidente de que las medidas financieras extraordinarias desplegadas frente a la pandemia hayan podido aumentar de forma significativa ese efecto alimentador de empresas zombis.

Por otra parte, también la propia OECD[1] concluía en un estudio reciente que las empresas zombis están usualmente más asociadas con bancos "débiles", lo que sugiere que parte del problema podría estar incorporando la “indulgencia” por parte del sistema bancario, probablemente más centrado en políticas orientadas a la captación de clientela en momentos de bonanza económica, con procesos de scoring más laxos, fomentado por el máximo interés de que continúe fluyendo el crédito a la economía real. Si ese fuera el caso, se estaría realizando una asignación menos eficiente de recursos en detrimento de las empresas más productivas.


Fuente: Financial Stability Review, mayo de 2021

Más allá de los efectos sobre la asignación de recursos, el riesgo es que la presencia de facilidades financieras excepcionales, en las que han podido sobrevivir numerosas empresas zombis, se pueda traducir en elevado riesgo de crédito para aquellos bancos que han relajado sus estándares de concesión en el marco de dichas facilidades. En este sentido, el propio BCE señala que las condiciones de concesión durante la pandemia no han discriminado suficientemente entre empresas zombis y no zombis, o al menos no en la magnitud que sería apropiada al diferente riesgo de crédito entre unas empresas y otras, tal como se recoge en siguiente gráfico.

Fuente: Financial Stability Review, mayo de 2021

Aunque no creemos que la zombificación represente todavía un problema serio en Europa debido al reducido número de empresas que están en dicha situación, parece extraerse de los análisis del BCE que las medidas extraordinarias puestas en marcha durante la pandemia han podido alimentar, en cierta medida, el crecimiento de esta tipología de empresas en Europa. Y este crecimiento podría tener un impacto importante en el crecimiento de la morosidad bancaria, y el consecuente incremento de provisiones, deteriorando la ya exigua rentabilidad.

Y es en dicho contexto donde cobra especial relevancia el papel de los bancos (y el Código de Buenas Prácticas) en la gestión de las ayudas de largo alcance y en el desarrollo de metodologías de análisis de riesgo que permita diferenciar empresas zombis de las realmente viables en una perspectiva de medio y largo plazo.


[1] Andrews, D. and F. Petroulakis (2017), "Breaking the Shackles: Zombie Firms, Weak Banks and Depressed Restructuring in Europe", OECD Economics Department Working Papers, No. 1433, OECD Publishing, Paris.