Descarbonización, una temática con grandes oportunidades de inversión

Anu Narula_noticia
Firma: cedida (Mirabaud AM).

TRIBUNA de Anu Narula, responsable de Renta Variable Global, Mirabaud AM. Comentario patrocinado por Mirabaud Asset Management.

En Mirabaud Asset Management llevamos más de siete años gestionando carteras de renta variable global desde una aproximación temática. En base a nuestra dilatada experiencia en la selección de valores bottom-up, exigimos que los nombres en los que invertimos tengan exposición a una temática, de tal manera que podamos aprovechar el viento de cola del crecimiento secular. Más allá de los temas, invertimos en compañías de alta calidad, con amplios márgenes, balances sólidos y un elevado flujo de caja libre.

Una de las temáticas que ha ganado un gran protagonismo en nuestra cartera es la descarbonización, dentro de la cual se enmarcan subtemas clave como el hidrógeno, los vehículos eléctricos o los edificios energéticamente eficientes. El hidrógeno es un elemento fundamental en el camino hacia la neutralidad de carbono, un activo estratégico por su capacidad para permitir el almacenamiento y el transporte eficiente de la energía.

Otro sector a tener en cuenta es el de los vehículos eléctricos, en el que la mejora de la calidad y diversidad de oferta ha provocado un cambio significativo en la percepción de los consumidores sobre este segmento de automóviles. Es previsible que su adopción aumente más rápidamente que las expectativas del mercado. Asimismo, un subtema sobre el que nos focalizamos es la eficiencia en la edificación, cuyo crecimiento se verá beneficiado por aspectos normativos que impulsan el sector, como, por ejemplo, la relativa a la adopción de las bombas de calor.  

En definitiva, la descarbonización se ha convertido en uno de los temas más relevantes para los inversores, tanto por el reconocimiento de los riesgos derivados de la transición a una economía baja en carbono como por las enormes oportunidades que ofrecen las estrategias de descarbonización y las tecnologías emergentes.

De acuerdo con la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), la inversión parafinanciar la transición energética necesaria para cumplir el objetivo de calentamiento de 1,5 °C en 2050 alcanza los 131 billones de dólares. El equivalente a cerca del 5% del Producto Interior Bruto (PIB) mundial. IRENA sugiere que, de aquí a 2050, más del 80% de los 131 billones de dólares debe invertirse en tecnologías de transición energética, entre las que se encuentran las relativas a la eficiencia de las energías renovables, a la electrificación, a la red de suministro eléctrico o al hidrógeno, entre otras.

Las actuales estrategias de descarbonización de los gobiernos suponen un compromiso de 98 billones de dólares para 2050, por lo que se requiere un aumento significativo de la inversión privada. Los beneficios financieros globales de la descarbonización superan con creces los costes. Los datos de IRENA apuntan a que, en el escenario de un aumento de la temperatura global de 1,5°C, cada dólar gastado en la transición energética debería producir beneficios sociales y medioambientales valorados entre dos y cinco dólares. En términos acumulativos, el coste adicional de 30 billones de dólares desde ahora hasta 2050 dará lugar a una recuperación de entre 61 y 164 billones de dólares(1).

Invertir para acelerar la transición energética

El camino hacia la transición energética viene impulsado por tendencias a favor de la descarbonización. En primer lugar, ha surgido un consenso en torno a la idea de que una transición energética basada en fuentes de energía renovables y tecnologías eficientes es la única forma de dar al mundo alguna esperanza cumplir con los objetivos sobre calentamiento global del Acuerdo de París.

En segundo lugar, los costes de las tecnologías renovables se han desplomado hasta el punto de que la generación de electricidad de origen fósil ya no es una opción atractiva. Determinadas tecnologías aplicadas a la generación de energía renovable, como la eólica y la solar, empiezan a ser competitivas en cuanto a costes con respecto a las utilizadas para generar energía convencional. Y aunque se espera que los costes de las renovables disminuyan de forma progresiva, es probable que el de la generación térmica siga siendo volátil y muy dependiente de las materias primas, las cuales se están viendo especialmente afectadas por los acontecimientos geopolíticos.

En tercer lugar, en el contexto bélico actual, cada vez son más los gobiernos que se plantean la independencia energética. Así, en respuesta a la invasión de Ucrania por parte de Rusia (el principal proveedor de petróleo, gas natural y combustibles fósiles sólidos de los países de la Unión Europea), los Estados miembros han reaccionado marcándose una hoja de ruta que les permita alcanzar la independencia energética "mucho antes de 2030". Entre otras medidas se incentivará el uso del gas natural licuado (GNL) y el almacenamiento de energía, así como la aceleración de la adopción de las energías renovables.

Aprovechar la temática de la descarbonización

En los últimos años se han producido importantes avances en las tecnologías destinadas a suavizar la transición energética en favor de las renovables, como la movilidad eléctrica, el almacenamiento en baterías, las tecnologías digitales y la inteligencia artificial, entre otras. Estas nuevas tecnologías están ayudando a resolver los retos que presentan las industrias y los sectores de alto consumo energético, como el industrial, el transporte de larga distancia, el marítimo y la aviación.

En un contexto en el que las tecnologías, los mercados y los modelos de negocio están en continua evolución, aquellas compañías capaces de encontrar soluciones innovadoras que puedan desplegarse rápidamente y a escala disfrutarán de una importante ventaja competitiva a largo plazo. Este es el caso de dos de los nombres que se integran en nuestra cartera, Linde PLC y Gaztransport & Technigaz, a la vanguardia en negocios clave en la descarbonización: el hidrógeno y el gas natural licuado (GNL).

El hidrógeno es un elemento clave en la transición hacia la energía limpia. Produce cero emisiones y puede almacenarse y transportarse con una alta densidad energética en forma líquida o gaseosa. También se puede quemar o utilizar en pilas de combustible para generar calor y electricidad. El hidrógeno representará el 12% del uso energético mundial en 2050, y su demanda se disparará a mediados de la década de 2030. Linde es una referencia en este sector. Líder en gases industriales e ingeniería, la compañía emplea a 75.000 personas en todo el mundo y sirve a un grupo diverso de industrias en más de 100 países. El hidrógeno de Linde ayuda a las refinerías de petróleo a fabricar gasóleo de muy bajo contenido en azufre (ULSD), lo que contribuye a mejorar la calidad del aire, y por ende, el medio ambiente y la salud de los ciudadanos.

Linde pretende cuadruplicar sus ventas anuales de hidrógeno en los próximos 10-15 años. También se ha comprometido a invertir 1.000 millones de dólares en iniciativas de descarbonización hasta 2028, patrocinando tecnologías que reduzcan el coste del hidrógeno, la principal barrera de adopción para la mayoría de los países, y planea triplicar su cantidad de producción de hidrógeno limpio durante el mismo periodo.

Dentro del sector del gas natural licuado, ponemos el foco en uno de los nombres con más potencial, Gaztransport & Technigaz, compañía especializada en la contención y el transporte de GNL, y que ofrece servicios de ingeniería, consultoría, formación, apoyo al mantenimiento y diseño técnico. El gas natural y el gas natural licuado desempeñarán un papel destacado en la transición energética y compañías como GTT, con una nutrida cartera de patentes y fuertes inversiones en I-D, gozarán de una posición única en el mismo.

Fuentes:

1 https://www.irena.org/-/media/Files/IRENA/Agency/Publication/2021/Jun/IRENA_World_Energy_Transitions_Outlook_2021.pdf