Deuda empresarial emergente: pasa el examen

Alain_Nsiona
Foto cedida por Pictet AM

Parecen tiempos difíciles para la deuda de empresas de mercados emergentes, pero la perspectiva para esta clase de activos sigue atractiva. Cuando la compañía china Alibaba emitió por primera vez en noviembre de 2014, dado el nivel de la demanda, puedo haber colocado siete veces 8.000 millones de dólares. Para algunos fue evidencia de los avances del mundo emergente.  Para otros era un signo de que una burbuja se estaba formando.  Más recientemente los escépticos han aumentado con la fortaleza del dólar y el aumento de tipos interés en EE.UU., lo que puede hacer aumentar los costes de sus deudas. Sin embargo la Reserva Federal no tiene prisa en el ajuste.

El caso es que los diferenciales de rentabilidad a vencimiento ya son más de dos veces los de la deuda de empresa de similar calificación crediticia, grado de inversión, de EE.UU., suficiente compensación para el riesgo asumido.

Una preocupación adicional es la velocidad con que las empresas de América Latina y Asia han cargado sus balances con deuda en dólares. Desde 2000 el volumen de pasivos en dólares en mercados emergentes ha aumentado hasta 1,7 billones de dólares, en parte con mayor endeudamiento empresarial.  Sin embargo la suposición de que los prestatarios del el mundo emergente caerán víctima del desajuste de pasivos en dólares e ingresos y activos en moneda local es una sobre simplificación. Unas monedas locales débiles no significan automáticamente una finanzas precarias. Incluso un gran número de estas empresas se benefician del aumento del tipo de cambio del dólar. Las de origen asiático, que conforman una proporción grande de la deuda empresarial de emergentes, están especialmente bien situadas. Las investigaciones recientes muestran que mientras 22% de su deuda está en dólares, pero también 21% de sus ingresos. Además las empresas que operan en minería, azúcar, carne, pulpa y papel generan ingresos en dólares, pero tienen costes en gran parte en moneda local.  Para estas empresas un dólar en aumento puede generar mayores márgenes de beneficio. Pero incluso en aquellas cuyos ingresos son principalmente en moneda local no necesariamente tienen que más dificultad para pagar sus deudas. Muchas tienen calificación crediticia grado de inversión, así que operan de manera conservadora y transparente, con políticas de cobertura de divisa. Además, un gran número de empresas en que invertimos son capaces de pasar los mayores costes de su deuda a sus clientes sin sufrir caídas en las ventas.

Los pesimistas también señalan las rebajas de calificación crediticia y la morosidad. Pero la evidencia no es universalmente negativa. Los impagos y reducciones de calificaciones han aumentado, pero están concentrados en países e industrias expuestas a los débiles precios de las materias (Brasil, Rusia y sector energético). Por otra parte la mayoría de recortes de calificaciones son atribuibles a sus prestatarios soberanos o cuasi-soberanos. Muchas empresas rusas han sido degradadas simplemente porque la deuda Rusia se ha reducido a bono basura. Lo mismo ocurre con las empresas brasileñas, algunas de las cuales han sufrido con los problemas del gigante petrolero Petrobras.  De todas formas es positivo el regreso de los prestatarios rusos al mercado primario.

Cabe destacar que los prestatarios empresariales de mercados emergentes tienen un ratio de apalancamiento bruto menor que el de sus homólogos de EE.UU. En parte por estas razones es previsible que las que tasas de impago hayan permanecido en 3,9% en 2015. 

También juega a favor de la clase de activos la estabilidad de su base de inversores pues, a diferencia de otra clase de activos de renta fija, dos tercios los inversores son institucionales, fondos soberanos, de pensión o compañías de seguros. Ello ya ha proporcionado estabilidad en períodos de turbulencia, como cuando la Reserva Federal anunció el fin del programa de expansión cuantitativa, en primavera y verano de 2013.