Un family office y una empresa de capital riesgo son entidades dedicadas a la gestión de inversiones, pero tienen objetivos distintos y operan de manera diferente. Pablo Gómez y Romain Ribello, de Cedrus & Partners, exploran las diferencias entre ambas figuras.
COLABORACIÓN de Pablo Gómez, Alternatives Investment Advisor, y Romain Ribello, Country Head de Iberia de Cedrus & Partners.
La estructura de family office nació para ofrecer servicios 360 de apoyo a las familias y personas con altos patrimonios en la gestión de sus activos. El family office se creó tradicionalmente para consolidar bajo un mismo techo funciones como la asesoría jurídica, la contabilidad, los impuestos de sucesiones y la planificación sucesoria, financiera y de seguros de vida, la filantropía y la gestión de activos. A partir de cierto nivel de activos, esta consolidación de servicios dedicados exclusivamente a una o pocas familias cobra sentido desde el punto de vista comercial (Multi-FO).
El family office en su forma básica gestiona el patrimonio de los propietarios y asigna los activos en consecuencia. Su principal objetivo es gestionar y preservar el capital, alineando las masas patrimoniales con la misión y valores de la familia.
Por otro lado, una entidad de capital riesgo representa un conjunto de fondos dedicados a la inversión de capital riesgo en empresas en fase inicial de crecimiento o en desarrollo. El propósito principal es buscar, analizar, filtrar y seleccionar los mejores proyectos para invertir en su capital. A diferencia de la estructura de family office, el patrimonio o capital aportado está conformado por distintos tipos de inversores, ya sean fundaciones, asociaciones, instituciones e individuos de alto patrimonio. Por lo general, juegan un rol pasivo y no participan activamente en la gestión diaria, el funcionamiento y la selección de las inversiones. Su participación brinda una función de financiación pura.
Principal diferencia: el capital
Tanto el family office como la empresa de capital riesgo son entidades dedicadas a la gestión de inversiones, pero tienen objetivos distintos y operan de manera diferente. La mayor diferencia entre ellos es el capital.
Una empresa tradicional de capital riesgo crea un fondo con varios socios comanditarios (LP), formados por fundaciones, instituciones, fondos de pensiones o HNWI, los cuales contribuyen al fondo. Este capital se destina para adquirir una participación mayoritaria en una empresa y aumentar su crecimiento durante un periodo de tiempo predeterminado. Los fondos de capital riesgo suelen tener un perfil de rentabilidad tradicional de tres a siete años, plazo en el que los inversores esperan recuperar su capital.
Un family office aporta capital paciente o sin un horizonte temporal definido. En el Single-FO suele constituir una única fuente de capital aportado por el fundador y otros familiares. Con esta mayor flexibilidad, el family office suelen tener la paciencia necesaria para realizar inversiones de tipo evergreen, a la espera de que surja la oportunidad adecuada o se restablezcan unas condiciones económicas sólidas y favorables, estructurando así el periodo de tenencia para que se ajuste a su visión de la inversión a corto o largo plazo.
Tanto un fondo de capital riesgo como un family office pueden evaluar tecnológicas en fase inicial o empresas más maduras. ¿Qué organización obtendrá probablemente un mayor rendimiento de su inversión? Merece la pena analizar el origen y las diferencias estructurales entre cada entidad.
Decisiones de inversión
Las decisiones de inversión pueden no seguir necesariamente un mandato estricto como el de las sociedades de capital riesgo. En muchos casos, el family office simplemente sigue las directrices de sus fundadores. Por lo tanto, su estructura de inversión y toma de decisiones pueden ser más sencillas y mucho menos formales que las de las entidades private equity (PE) o venture capital (VC), ya que, por lo general, la oficina familiar invierte el capital de sus propietarios. Evidentemente, el nivel de formalidad de la inversión varía en base a la sofisticación de cada family office.
Los fondos de capital riesgo operan con un horizonte temporal limitado en el que invertir sus fondos y devolver los beneficios a sus inversores. Por lo general, miden su rendimiento en función de la rentabilidad del capital de los inversores y socios en un período de tiempo acotado. Existe una clara correlación entre track record cosechado de los GPs y el grado de éxito en la captación de fondos futuros. A mayor rendimiento, mayor capacidad de reunir capital y suscripción de fondos.
El family office en cambio se centrn menos en un horizonte temporal específico y priman una alineación de estrategia y consecución de objetivos. Es posible que no estén sometidos a plazos tan estrictos de rendimiento financiero, ya que no cuentan con la presión de conseguir capital para levantar próximos fondos.
Una de las principales ventajas de PE / VC frente al family office tradicional es la especialización del equipo y sus procesos para buscar y analizar altos volúmenes de oportunidades de inversión anual para acabar seleccionando la mejor seleccionar las mejores. En muchos casos, el family office cuenta con conocimientos específicos, información o una relación sólida con una startup o empresa que constituye la base de una coinversión con family offices con los que tienen relaciones preexistentes. Las relaciones entre oficinas familiares sirven para diversificar el riesgo y obtener potencialmente un mejor poder de negociación frente a la empresa y otros inversores.
No resulta difícil encontrar Single-FOs que partan con amplia experiencia y trayectoria en el segmento de inversión seleccionado. Es mucho más sencillo y natural para un family office explorar la inversión directa de VC o PE en una empresa que opere en un sector con el que el fundador esté familiarizado para poder desplegar su expertise operativo y aportar un valor añadido.
Aunque la inversión directa de los family offices en empresas de índole tecnológicas e incipientes o de mayor desarrollo está en aumento, sigue representando una fracción muy reducida del volumen total de capital riesgo desplegado en el mercado, mayormente abarcado por fondos de VC y PE.