Divisas: ¿un riesgo no deseado o una oportunidad de generar alfa?

Kamil Molendys, Unsplash

En los últimos años, los inversores han recurrido cada vez más a los mercados internacionales a la hora de buscar rentabilidad. Ciertamente, el acceso a un abanico de oportunidades más amplio les ha permitido captar las cambiantes tendencias demográficas y aprovecharse de las oportunidades en los mercados emergentes. Sin embargo, este cambio podría exponer a las carteras a fluctuaciones no deseadas en las divisas extranjeras. Creemos que los inversores deberían reducir estos riesgos no deseados mediante programas de cobertura de divisas. Asimismo, una gestión activa de divisas puede resultar una atractiva fuente de rentabilidad y ofrecer beneficios de diversificación a las carteras.

Cobertura de divisas: reducir riesgos no deseados

Junto con otras muchas clases de activos, la volatilidad de los mercados de divisas aumentó de forma drástica en 2008 y desde entonces ha disminuido, aunque pensamos que esta volatilidad podría continuar por encima de la media histórica en los próximos años. Como resultado, los que invierten en acciones extranjeras sin cobertura podrían verse expuestos a grandes minusvalías si el declive en sus inversiones (en divisa nacional) se amplifica con una depreciación monetaria. Consideramos que una tasa de cobertura entre el 40 y el 80% es suficiente para compensar la mayor parte de la contribución de las divisas al riesgo total de una cartera de renta variable. La contribución de las divisas al riesgo total de una cartera diversificada de bonos extranjeros es considerablemente superior que en una cartera diversificada de renta variable extranjera. Las divisas representan más del 70% del riesgo total en una cartera de bonos extranjeros, independientemente de cuál sea la divisa base del inversor o el horizonte temporal. Por este motivo, consideramos que las carteras de renta fija extranjera deberían estar protegidas al 100% en la mayoría de los casos.

Gestión activa de divisas: la existencia de operadores no económicos crea oportunidades de generar alfa

La gestión activa de divisas se está volviendo muy popular entre los inversores puesto que los mercados de divisas cuentan con características muy atractivas comparados con otras clases de activos. La mayoría de los participantes en los mercados de divisas no buscan beneficios. Con el auge de los viajes internacionales asequibles, el concepto de «operar» con divisas no resulta algo ajeno. Todos aquellos que van de vacaciones al extranjero realizan estas «operaciones» comprando otras divisas con su divisa nacional y obtienen un tipo de cambio basado en la fortaleza relativa de esas divisas ese día. No obstante, en la mayoría de los casos el destino es lo que más pesa en nuestra toma de decisiones, por lo que compramos divisas extranjeras basándonos en cuándo las necesitamos y no en cuándo están más baratos los tipos. Existe una serie de participantes en los mercados de divisas que tampoco se centran en obtener beneficios, como por ejemplo los bancos centrales que persiguen gestionar sus reservas y las empresas que importan y exportan bienes y servicios. Esto contrasta claramente con los mercados de renta variable y bonos, en los que casi todos los participantes buscan ganar dinero.

Otras ventajas para los que invierten activamente en divisas

La profundidad y liquidez de los mercados implica que normalmente se pueden expresar opiniones sin que estas tengan una gran repercusión en el mercado. Además, los costes de las operaciones son mucho menores que en los mercados de valores o bonos, es decir, que no disminuyen demasiado la rentabilidad. Las divisas tienen una correlación baja con otras clases de activos, y no conviene subestimar este aspecto. Como las divisas pueden variar con relativa independencia de los cambios en las bolsas y el mercado de los bonos, los gestores activos pueden generar rentabilidad incluso cuando estos mercados atraviesan situaciones complicadas. Desde el punto de vista del inversor, una asignación a divisas puede actuar como un gran diversificador de cartera.

¿Cómo generan rentabilidad los gestores activos de divisas?

Los gestores de cartera llevan a cabo estudios para averiguar qué divisas están sobrevaloradas y cuáles infravaloradas, de manera similar a cómo un gestor de renta variable se plantea una cartera de valores. Puede que atiendan a una serie de factores que en su opinión deberían hacer subir o bajar los tipos de cambio a corto, medio o largo plazo. La gestión cuantitativa de divisas es el estilo más habitual. Los gestores cuantitativos emplean reglas sistemáticas para determinar si una divisa se apreciará o depreciará frente a otras. Los gestores fundamentales, por otra parte, generalmente usan su criterio para tomar posiciones que permiten un alto nivel de oportunismo para reaccionar ante acontecimientos recientes o inesperados. Existen otras estrategias como invertir en divisas con un tipo de interés más alto financiándose con posiciones en divisas con un tipo de interés inferior (el llamado "carry trade"), y estrategias dinámicas que pretenden limitar la cantidad de pérdidas a la par que intentan participar parcialmente en las subidas de las divisas.

Los mercados emergentes aumentan el número de oportunidades

 

El universo de divisas en el que un gestor puede invertir ha aumentado en todo el mundo. Recientemente se ha producido una tendencia a incorporar divisas de mercados emergentes a una cartera diversificada. Pese a que estos mercados tienden a tener menor liquidez, cuentan con el potencial de generar rentabilidades importantes para los inversores diversificando el riesgo más allá de los mercados desarrollados y generando rendimientos atractivos. En resumen, consideramos que la gestión activa de divisas con un amplio abanico de oportunidades puede resultar una atractiva fuente de rentabilidad y ofrecer ventajas de diversificación a las carteras.