El atractivo de la deuda externa de mercados emergentes

En nuestra opinión, el catalizador cercano de la volatilidad reciente claramente ha sido el miedo que rodea a los mercados de deuda soberana de la zona euro, impulsado por el deterioro de la dinámica crediticia de Grecia y otros emisores soberanos de la periferia, que culminó en un espectacular paquete de estabilización constituido por el BCE, el FMI y la UE de unos 750.000 millones de euros, alrededor del 8% del PIB europeo y, por lo tanto, considerablemente por encima de todas las previsiones.

Mientras la preocupación por los niveles de deuda de varios países de renta alta centra la atención en los fundamentales de la deuda soberana, los países emergentes destacan por sus balances mucho más sólidos que los de sus homólogos más ricos del mundo desarrollado.

Los gobiernos de mercados emergentes han utilizado el fuerte crecimiento del periodo anterior a la crisis para reducir los niveles de deuda pública, mejorar los perfiles de vencimiento de la deuda, reducir la dependencia de la deuda en moneda extranjera y aumentar las reservas internacionales. Estas economías también mostraron una mayor resistencia durante la crisis y están a la cabeza de la recuperación, con una menor deuda de los sectores público y privado y unas perspectivas de crecimiento más sólidas que sus homólogas del mundo desarrollado. Vale la pena destacar que el crecimiento del producto interior bruto de los mercados emergentes globales ha superado al del mundo desarrollado, incluso en mercados bajistas. Desde 1992, la economía emergente media ha crecido un 130% frente al 38% de la economía media del G7.

Así pues, analicemos más detenidamente los motivos clave de la resistencia de los mercados emergentes y por qué han salido de la crisis con una posición relativamente fuerte. En primer lugar, los países más afectados durante la crisis fueron los que tenían unos niveles más altos de penetración del crédito. Sin embargo, el nivel general de penetración del crédito en los mercados emergentes no ha aumentado tanto como en el mundo desarrollado. En segundo lugar, durante la crisis, el problema de deuda del sector privado del mundo desarrollado se transfirió al sector público vía rescates y financiación mediante déficit. Aunque algunos mercados emergentes aplicaron políticas fiscales contra-cíclicas, los déficits de los mercados emergentes son mucho menores y es probable que sean más temporales que en el mundo desarrollado.

Así pues, en general, esperamos que los sólidos fundamentales crediticios y los diferenciales de crecimiento – impulsados por los niveles de deuda más bajos – sean el motor clave de la entrada de capital en los mercados emergentes y alimenten la rentabilidad superior de los activos de mercados emergentes en 2010 y años posteriores. Al analizar el mundo emergente, podemos dividir las oportunidades entre dos decisiones distintas de asignación de activos.

En primer lugar, la deuda externa de los mercados emergentes, también conocida como deuda en moneda fuerte, es deuda de mercados emergentes denominada, en su mayor parte, en dólares. Dado que la deuda externa de los mercados emergentes cotiza en función de su diferencial con respecto a los bonos del Tesoro de EE.UU., se considera un producto de ‘crédito’. Si analizamos la asignación de activos general de un inversor, la deuda externa debe considerarse como parte de su asignación global a crédito. Si analizamos el impacto de la política de tipos de interés sobre la rentabilidad, la deuda externa de mercados emergentes no se ve directamente afectada por la política monetaria interna (local), sino por la de la Reserva Federal de EE.UU. A largo plazo, los diferenciales de la deuda externa de los mercados emergentes se corresponden principalmente con la capacidad y voluntad de cada país de pagar su deuda, que depende de la solidez de su balance soberano, su estabilidad y sus perspectivas de crecimiento.

En segundo lugar, la deuda de los mercados emergentes en moneda local es deuda denominada en la divisa local del país. La deuda de los mercados emergentes en moneda local se ve afectada por la política monetaria interna (local) y las perspectivas de tipos de interés. Las valoraciones de las divisas se corresponden con la percepción por los inversores del riesgo del país, sus perspectivas de crecimiento y su balanza de pagos. Cuando los bancos centrales de los mercados emergentes comiencen a eliminar su política monetaria acomodaticia, los tipos de los bonos en moneda local de los mercados emergentes podrían subir, perjudicando desproporcionadamente a los bonos en moneda local de duración más larga.

Para los próximos 12 meses, el equipo de Deuda de Mercados Emergentes de BlackRock considera que existe espacio para una mayor revalorización de las divisas locales de los mercados emergentes. Sin embargo, en las carteras de los inversores existe espacio para ambos tipos de deuda de mercados emergentes, ya que cada uno ofrece una ventaja diferente. La deuda externa de los mercados emergentes se está afianzando como una clase de activo de calidad, y casi la mitad del índice JP Morgan EMBI Global tiene grado de inversión. En el marco de la asignación estratégica a largo plazo, los inversores deben tomar en consideración la deuda externa de los mercados emergentes como método para diversificar su asignación global a crédito.