El bosque

carmignac
Foto cedida

Cuanto más tiempo pasa trabajando en este sector menos entiendo cómo funciona; hace tan sólo tres meses era complicado encontrar inversores que quisieran depositar su dinero en algo que no fuera deuda gubernamental, si era posible a día y con una calidad crediticia próxima a AAA. Por aquel entonces estábamos sumidos en un crack mundial que iba a dejar a la altura del betún al del 29, el sector financiero internacional en bloque se encontraba al borde del colapso y la FED y el BCE hablando de salvar al enfermo del estado de coma, casi irreversible, en el que se encontraba.

Pues bien, tan solo tres meses después, todo eso parece haberse volatilizado. Como si de un truco de magia del mismísimo Tamariz se tratara ha vuelto el apetito por el riesgo y hemos pasado del “cash” más seguro posible a las inversiones en China, India, Latinoamérica, etc… No estoy diciendo que estas regiones, y otras muchas mas, no tengan potencial de revalorización a largo plazo, todo lo contrario, creo que el que tenga dinero y tiempo va a ver como crece su patrimonio si invierte en bolsa en los niveles actuales, es mas, cada vez que alguien me ha pedido opinión mi consejo siempre ha sido el mismo, a comprar hay que ir en rebajas, pero con cabeza.

No podemos dejar que los árboles nos impidan ver el bosque, y éste sigue hoy por hoy lleno de bichos feos, muy feos. El claro que se nos ha abierto en los mercados durante el último trimestre no puede eclipsar los datos macro a uno y otro lado del atlántico: el precio de la vivienda en EEUU desplomado un 32% desde máximos, las tasas de morosidad de la banca disparadas, las cifras de desempleo batiendo records, tasas de crecimiento negativas en las principales economías, el consumo bajo mínimos, la liquidez escasa, y así podríamos continuar con un largo etc. No es precisamente un panorama alentador como para lanzarse a comprar a lo loco, y si es verdad que estamos ante una de las mayores crisis financieras de la historia, me cuesta mucho trabajo pensar que esto se haya acabado ya, que lo que tenemos por delante es un mercado alcista en busca de los máximos de 2007.

Es verdad que los bancos centrales han tomado medidas para paliar esta situación y que además, las han tomado rápido, pero no es menos cierto que cada vez quedan menos cosas por hacer, que la política monetaria está agotada y que la fiscal tarda tiempo en dar sus frutos. Ojala me equivoque y el tan ansiado rally alcista no haya hecho más que comenzar, pero yo por si acaso miraría detrás de los árboles no vaya ser que nos salga alguno de los bichos del bosque.