El cambio climático deparará ganadores y perdedores (parte 3)

Robeco cambio climático
Firma: cedidas (Robeco).

TRIBUNA de Ana Claver, CFA, responsable de Iberia, Latam y US Offshore, y Masja Zandbergen, responsable de Integración de ASG, Robeco. Comentario patrocinado por Robeco.

"Las empresas eléctricas europeas tienen unas expectativas únicas de abordar el cambio climático y seguir liderando la transición energética global. Somos optimistas sobre la calidad crediticia del sector", afirma Ihor Okhrimenko, analista de crédito sénior.

El sector eléctrico está a la vanguardia del reto global de proporcionar energía asequible, fiable y baja en carbono para una población en crecimiento, y de afrontar el cambio climático descarbonizando sus procesos de generación de energía. También está listo para aprovechar la evolución de las tecnologías renovables de los últimos años, que ha permitido una rápida reducción del coste normalizado de la producción de energía de fuentes eólica y solar. En 2019, los abundantes flujos de capital financiero, una legislación progresiva y el avance tecnológico lo hicieron posible, sobre todo en Europa. Sin embargo, a escala mundial queda mucho por hacer para luchar contra el cambio climático.

Eléctricas europeas: ejemplo de oportunidad de inversión

En 2019 y 2020, el Pacto Verde Europeo y el Plan del objetivo climático para 2030 supusieron un cambio importante en las ambiciones de la UE sobre el clima. La crisis del COVID-19 ha acelerado aún más está política, ya que las iniciativas de descarbonización se emplearán para apoyar la recuperación económica. La Comisión Europea revisará toda la legislación energética y sobre el clima de la UE para el verano de 2021, con vistas a ajustarla al nuevo plan.

El sector eléctrico europeo es el segundo con mayor nivel de emisiones, medido por emisiones por capital, y le corresponden el 32% de las emisiones industriales de Alcance 1, según el análisis de Robeco de 424 empresas europeas de once sectores. El sector eléctrico emite un kilo de gases de efecto invernadero por cada euro de ingresos y por cada 1,6 euros de valor de empresa. ¿Pueden las eléctricas europeas contribuir a reducir emisiones, aumentar los ingresos y la rentabilidad y mejorar sus valoraciones en la próxima década, liderando simultáneamente la transición energética global y sin ceder terreno ante las Big Oil?

Según la Agencia Internacional de la Energía, en 2030 la UE27 registrará un descenso de sus emisiones del 30% respecto a 1990 siguiendo las políticas adoptadas a mediados de 2020, mientras que su cuota mundial se habrá reducido más de la mitad hasta el 5,7%. El objetivo de descarbonización de la UE recientemente anunciado es ambicioso, y para 2030 pretende reducir en un 55% las emisiones de gases con efecto invernadero, y alcanzar las cero emisiones netas en 2050. Eso supone un importante aumento frente al objetivo anterior de una reducción de “como mínimo el 40%” en el mismo plazo de tiempo.

Duro camino hacia la descarbonización

La UE utilizará distintos medios para lograr dicho objetivo, como aumentar el volumen de energías renovables, fomentar la eficiencia energética y ampliar y respaldar la fijación de precios al carbono. Esta nueva propuesta está en línea con el objetivo del Acuerdo de París de que el aumento de las temperaturas mundiales quede lejos de 2°C, para finales de siglo, sobre el nivel preindustrial. El sector energético, representando principalmente por empresas eléctricas, es el que con diferencia se enfrenta a la trayectoria de descarbonización más difícil.

En 2020, al sector eléctrico europeo le fue relativamente bien, tras haber recuperado parte de la demanda energética perdida con la fuerte reducción de la primavera. De cara a 2021, los balances del sector están saneados, tiene bastante liquidez, sus ratings crediticios son estables y los beneficios se recuperan. Eso es especialmente cierto en el caso de empresas donde las redes de transmisión y las renovables representan un porcentaje elevado, con amplias oportunidades de inversión entre 2021 y 2023.

En qué nos fijamos del crédito de las eléctricas

Somos optimistas sobre las empresas eléctricas que mejoran la calidad de sus activos y reducen su estructura de costes, y que buscan la diversificación de forma activa y eficaz. Esto significa no solo abandonar las actividades de generación de energía nuclear y con combustibles fósiles a favor de las fuentes de energía renovables, como la eólica y la solar, sino también invertir en redes de transmisión, tener estrategias de eficiencia energética en actividades de suministro, revelar las emisiones de Alcance 1, 2 y 3 con unos objetivos de reducción de emisiones creíbles y diversificar geográficamente en mercados emergentes.

Somos optimistas sobre la calidad crediticia del sector. Las principales eléctricas han actualizado sus programas de inversión para priorizar las redes y las renovables, con unas previsiones de apalancamiento de deuda neta/EBITDA que se consideran asumibles.

Por lo que se refiere a las contribuciones a los ODS, nos centramos en emisores eléctricos cuyas actividades reflejen una contribución positiva al ODS 7 (energía limpia y asequible) y al ODS 13 (acción por el clima), discriminando entre determinados KPI positivos y negativos. Estos incluyen la generación con renovables/nuclear en el mix energético, las ventas a mercados emergentes, los planes de expansión nuclear/ del carbón, y la generación de carbono de su actividad. Consideramos que, a largo plazo, las empresas que tengan estas características positivas tendrán un desempeño financiero más fiable y estable.

Desde Robeco seguimos abriendo el camino de la sostenibilidad en la industria global de gestión de activos, y descubriendo que ganadores y perdedores depara el cambio climático.