El cuarto cuadrante, el dólar y el otoño de 1931

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Es difícil desentrañar los distintos hilos que se entrelazan en los mercados financieros, especialmente cuando los escenarios sobre los que trabajamos superan lo probabilístico y empiezan a caer con frecuencia en lo que Taleb llama el cuarto cuadrante (fenómenos de gran impacto, desdeñados por su baja probabilidad estadística). Más aún cuando en nuestras cabezas se debaten ahora sueños de prosperidad contra los ecos de las similitudes de la crisis subprime y la de los años 30.

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