El ETF es ya el vehículo preferido de muchos inversores y ahorradores en todo el mundo

Inigo_Bilbao_Goyoaga_05_2016
Iñigo Bilbao

TRIBUNA de Íñigo Bilbao Goyoaga, manager partner de Estudios Bursátiles SL y experto en Instituciones de Inversión Colectiva.

Los datos aportados por Refinitiv a nivel global son contundentes. Los ETF tuvieron unas entradas de dinero durante el primer semestre de 2021 que fueron más del doble de las que hubo el mismo periodo de 2020.  Alcanzaron los 639,8 billones de dólares (76% en renta variable y 24% en renta fija). En este mismo periodo, las suscripciones en Fondos alcanzaron los 922 billones de dólares con tan solo un 2% de incremento.

Por regiones el apetito por los ETF es ya muy relevante en EEUU con el 73% de dichas entradas de dinero, mientras que Europa y Asia tenían el 16,6% y 5,9% respectivamente.  Podemos por lo tanto decir al ver estas cifras, que el ETF es ya el vehículo de inversión referido por muchísimos norteamericanos.

Los motivos por los que 2021 haya sido el año en que sobresaliese este anunciado despegue, se encuentran en el atractivo que ofrece la renta variable ante un escenario continuado de tipos de interés ultra bajos, así como por el buen comportamiento que mostraron los ETF ante la tensión y alta volatilidad vivida con la llegada de la pandemia, que alejó las dudas que quedaban sobre las bondades del producto a los gestores profesionales todavía reticentes.

No hay que olvidar que los ETF, comparado con los fondos de inversión, se adquieren y se venden como si de un título valor se tratase con fácil accesibilidad, conociéndose su precio de compra o venta en cuestión de minutos, comparado con los fondos de inversión en los cuales no conocemos su NAV de adquisición o venta hasta el día siguiente. Este es el motivo, junto con su bajo coste y la capacidad que ofrece de diversificar entre varios títulos, diferentes regiones y sectores en una sola transacción, por el que muchos gestores  profesionales van a preferir este vehículo en el futuro para muchas de sus transacciones.

En el caso de los ahorradores privados la preferencia mostrada por el ETF reside más en las ventajas fiscales que tiene en alguna jurisdicción como la norteamericana, que se suma a su bajo coste, tras haber comprobado durante las últimas dos décadas, que a largo plazo gran parte de los gestores activos no superan los resultados de la gestión pasiva.

Existe una operativa en la que todavía los ahorradores pueden preferir el fondo frente al  ETF. Me refiero al caso concreto de que un ahorrador decida hacer aportaciones periódicas automáticas a un fondo o cesta de fondos. En esos casos le puede seguir resultando más atractivo el fondo indexado frente al ETF, debido a sus menores costes operativos en operaciones pequeñas.  

En España fiscalmente es ligeramente más ventajoso para el ahorrador privado el fondo frente al ETF a la hora de realizar plusvalías cuando se invierte a través de cestas de fondos o mandatos discrecionales. Dichas cestas se pueden modificar dependiendo del riesgo que quiera tomar el inversor, por lo que los ahorradores optaran en muchos casos por fondos indiciados a la hora de invertir, para diferir temporalmente el pago de posibles plusvalías. 

Sin embargo, en el caso de los profesionales de las gestoras que gestionan tanto fondos como fondos de fondos, dicha diferenciación en el tratamiento fiscal tiene poca relevancia. Por este motivo en mi opinión, el ETF va a tener un gran potencial y recorrido en España en los próximos cinco años. 

Resumiendo, la transparencia que ofrecen los ETF a nivel global, tanto en conocimiento inmediato de su precio como en el contenido de sus posiciones (algunos gestores activos de fondos son reacios a desvelar sus carteras salvo con un decalaje de varios meses), es una potente fuente de disrupción en la industria que hará que este vehículo sea el preferido por muchos inversores y ahorradores en situaciones concretas de mercado, y en el futuro esto pudiera extenderse también a la gestión activa.