Alfonso García Yubero, director de estrategia en Santander Private Banking Gestión explica en el gráfico de la semana cuatro indicadores que sirven para testar el estado financiero de la primera economía del mundo, y su implicación en la política de tipos de la Fed.
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Uno de los principales objetivos de estrategas y analistas es tratar de establecer escenarios sobre los siguientes pasos que realizarán los principales bancos centrales. Los "artesanos" de la política monetaria evalúan el estado de diferentes variables, para, con los resultados de su análisis, y en función del objetivo deseado, fijar los tipos de interés por encima o por debajo del nivel considerado como neutral, aquel que, de manera simplificada, ni erosiona el crecimiento ni estimula la inflación.
Una de esas variables sometidas a análisis, y que permite a las autoridades monetarias (a partir de ahora, nos referiremos en exclusiva al caso de la Reserva Federal- Fed-) medir el impacto de sus políticas, es lo que se conoce como condiciones financieras.
¿Qué nos dicen los índices de condiciones financieras?
Existen multitud de índices que miden las condiciones financieras en EE.UU., siendo los más relevantes:
el índice FCI-G, elaborado por la Fed;
el FCI, elaborado por Goldman Sachs;
el FCI de Bloomberg; y
el FCI de la Fed de Chicago.
Analizando sus peculiaridades, observamos que los dos primeros están más influidos por el nivel de los tipos de interés del mercado de renta fija y las valoraciones de la renta variable, mientras que los índices de Bloomberg y de la Fed de Chicago son más sensibles a indicadores de volatilidad y al nivel de los diferenciales de crédito.
En consecuencia, los índices del primer grupo ilustrarían mejor la respuesta del mercado ante la evolución acumulada de los datos macroeconómicos y, por tanto, podrían predecir mejor el impacto de estas condiciones en el crecimiento futuro (a uno o a tres años, en función del indicador seleccionado), mientras que el segundo grupo es más sensible a movimientos bruscos, por lo que sería más útil para predecir choques puntuales en el crecimiento o en el mercado laboral.
¿En qué punto nos encontramos?
Si observamos el estado actual de ambos grupos de índices, comprobamos, que, durante la segunda mitad de este año, se ha producido una amplia suavización de las condiciones financieras. Así, el índice de condiciones financieras de la Fed a un año vista entró en terreno de relajación en el mes de julio, lo que implicaría que la actividad estadounidense gozaría de vientos de cola durante los próximos doce meses. Por su parte, el índice de Bloomberg se sitúa en niveles cercanos a los observados a comienzos de año, "aflojando" desde los máximos anuales vistos el pasado mes de octubre, tras cinco meses de tensionamiento (aunque manteniéndose siempre en niveles acomodaticios). Endurecimiento de las condiciones financieras que vino explicado, en primer lugar, por el repunte de la volatilidad de finales de julio y principios de agosto, tras unos inquietantes registros de empleo en EE.UU., y, después, por el incremento de las rentabilidades de los tramos más largos del papel soberano americano acontecido entre los meses de septiembre y octubre.
Conclusión
Esta relajación de las condiciones financieras en agregado sería uno de los motivos que ha llevado al mercado a ajustar sus previsiones de bajadas para los tipos de interés de referencia en EE.UU .(fed funds) de cara a 2025, pasando de descontar un tipo terminal del 2,8% a prever un 3,7% en la actualidad. Movimiento lógico, puesto que, en un entorno más acomodaticio en clave de condiciones financieras, la Fed tendría menos motivos para acelerar sus recortes de tipos.
El horizonte parece, por tanto, despejado en términos de restricción financiera a medio plazo. Sin embargo, una excesiva relajación puede ser síntoma de sobrevaloración de algunos componentes del mercado. Por ello, analizar los diferentes índices expuestos por separado permitiría también identificar de forma más precisa aquellos segmentos más "recalentados".
Análisis, que, por supuesto, no debe ceñirse a estas variables, sino combinarse con un estudio multifactorial de indicadores fundamentales y técnicos del entorno macroeconómico y de las diferentes clases de activos.
Sobre el autor
Alfonso García Yubero es Director de Estrategia en Santander Private Banking Gestión, SGIIC y cuenta con 25 años de experiencia en el mercado financiero en diferentes entidades (Banco Santander, Banco Urquijo, BBVA UK). Es licenciado y Master en Finanzas por CUNEF. Certified International Investment Analyst (CIIA) y Certified ESG Analyst (CESGA). Docente en diferentes programas de formación en universidades y escuelas de negocios.