Javier Hoyos, director de Gobernanza Corporativa de Riesgos de ABANCA Gestión de Activos, explica en el gráfico de la semana qué pueden aportar las compañías quaility y dividend en un mercado cada vez más fragmentado.
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Un tema recurrente en la renta variable es que vivimos en un mundo de valoraciones caras, especialmente si nos referimos a la bolsa de EE.UU. Un PER forward para 2025 de 22 veces es un múltiplo exigente. Inmediatamente surge la cuestión de cómo navegar los años venideros en un mercado al que definimos como caro. Un análisis más profundo nos va a permitir relativizar la afirmación de que el mercado está caro.
La renta variable ha experimentado profundas transformaciones en los últimos 30 años. La primera de ellas es la propia dimensión del mercado. Desde 1996, el número de compañías listadas en los EE.UU. se ha reducido a prácticamente la mitad. Si observamos que en el mismo periodo el número de compañías privadas presentes en el universo del PE se ha multiplicado por más de 5, no cabe duda que el atractivo del mercado privado frente al público ha jugado un papel importante. Así pues, podemos decir que actualmente el mercado de renta variable listado es bastante más pequeño que lo que acostumbraba a ser.
Una segunda transformación es el auge de los ETF. Hay más ETF que compañías componentes, lo que resulta paradójico. Menos compañías presentes en más ETF implica flujos compradores independientes de la evolución o valoración de la compañía.
La tercera transformación es la enorme dispersión entre valoraciones, que ha supuesto la aparición de determinadas compañías tecnológicas. Historiadores como Kindleberger nos hablaban de burbujas o manías en la historia, pero que una compañía valga más que mercados enteros es un fenómeno no visto con anterioridad.
Como resumen, un mayor flujo de dinero ha perseguido un menor número de valores, y entre ellos algunos han alterado significativamente los múltiplos de mercado. Cabe pues deducir que más que a un mercado caro nos enfrentamos a un mercado que es más “reducido” en cuanto a componentes y es muy fragmentado en cuanto a valoraciones. La pregunta inicial sobre cómo navegar este mercado en el futuro se responde con mayor discriminación entre compañías para buscar relaciones rentabilidad-riesgo sostenibles.
John Mauldin ha dedicado varios números de su newsletter Thoughts from the Frontline a esta cuestión: qué tipos de compañías pueden presentar a largo plazo mayor probabilidad de retornos sostenibles, dejando a un lado los múltiplos tan exigentes que sólo la perfección de ejecución puede evitar el ajuste de valoraciones, dejando a otro los múltiplos excesivamente bajos que pueden llevar aparejadas incapacidad de inversión de capital e incluso un riesgo relativamente alto de desaparición, y teniendo en cuenta que nos adentramos en un mundo de mayor incertidumbre geopolítica. La respuesta: las compañías que combinan los factores de inversión “quality” y “dividend”.
Mauldin cita un estudio de Ned Davis Research y Hartford Funds en el que se demuestra que las compañías clasificadas como “Dividend Growers & Initiators” mostraron en el periodo desde 1973-2021 la mayor tasa anualizada de retorno (+10,68%) con la menor volatilidad (16,02%) respecto a otras clasificadas de acuerdo a su política de dividendos. Resultados similares pueden observarse en los estudios de Wellington Management y Lord Abbett. Estos estudios muestran un plazo temporal suficientemente largo, con expansiones, recesiones y eventos de gran volatilidad. Un fondo que invierta en estas compañías añade a su gestión del riesgo la robustez y resiliencia de su modelo de gestión a lo largo del ciclo
Fuente: Thoughts from the Frontline- THe Changing Nature of the Stock Market?, John Mauldin
Sobre el autor
Javier Hoyos es Licenciado en CCEE y Empresariales, Universidad de Deusto. Fue Director de Inversiones y Director General de Credit Agricole Bankoa Gestión hasta 2023 y es Director de Gobernanza Corporativa de Riesgos de ABANCA Gestión de Activos desde 2023 hasta la actualidad.