El reto de obtener rentabilidades en renta fija en un entorno de bajos rendimientos

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Foto cedida

En el actual entorno de bajos tipos de interés generar rendimientos atractivos para los inversores en los mercados de bonos es un gran desafío. Y aunque existe un amplio número de sectores dentro de la renta fija que ofrecen buenas oportunidades, la elección de los bonos sigue siendo fundamental.
Por ejemplo, actualmente hay valor en la zona euro, ya que el BCE, a diferencia de sus homólogos en Estados Unidos o en Inglaterra donde el fin de las medidas de impulso a la economía parece estar más cerca, deberá mantener su política monetaria flexible durante un largo tiempo. En concreto, hay oportunidades de inversión en los bonos soberanos de los países periféricos, ya que en general los fundamentales de todos los países de la zona euro han mejorado y, además, cuentan con el apoyo del BCE.

También hay recorrido en los bonos de alto rendimiento debido a que la compañías de la zona euro se están beneficiando de la mejora de las previsiones y cuentan con unas bajas tasas de impago. Y, por supuesto, tampoco hay que olvidar los bonos de entidades financieras. Esta clase de activo se mantiene a flote en un entorno regulatorio cambiante, un hecho francamente positivo, ya que conduce a que el capital de estas instituciones sea mayor y de mejor calidad.

No obstante, como en cualquier inversión, hay que recordar que la diversificación es clave para tratar de minimizar los riesgos. Por ello, una buena apuesta para una pequeña parte de la cartera pueden ser los bonos convertibles europeos debido a que las perspectivas para los mercados de renta variable de la zona euro son bastantes positivas. La renta fija de mercados emergentes también se erige como otra buena opción, ya que a día de hoy ofrece buenas rentabilidades.

Y, por supuesto, más allá de la asignación de activos, otra de las claves del éxito de una buena inversión reside en la capacidad del gestor para adaptarse a las cambiantes condiciones del mercado a través de un enfoque proactivo y flexible. Por ejemplo, actualmente es básico gestionar la duración de la cartera teniendo en cuenta un posible escenario de subidas de tipos de interés y lo que ello acarrearía en los mercados. Por tanto, se debe proteger los activos y gestionar la cartera sin perder de vista esta circunstancia, entre otras posibles.

En resumen, dado el incierto y volátil escenario macroeconómico actual, la clave de una buena inversión en renta fija radica básicamente en tres factores sin los cuales se hace complicado obtener buenos rendimientos: selección cuidadosa de los bonos, diversificación, y gestión activa y flexible de la cartera.