El retorno de los fondos

Carlos_Fernandez
Cedida

Desde el verano del 2007, los participantes y profesionales de la industria de fondos de inversión hemos asistido, y asistimos, a un bombardeo continuo de “catastróficas desdichas” (disculpe el recurso fácil Sr. Llinas). Las múltiples posibilidades que ofrecen los fondos, vehículos capaces de invertir en prácticamente cualquier tipo de activo y siguiendo multitud de estrategias diferentes, los convierten en un blanco fácil de las crisis financieras. ¿Por qué?, porque siguiendo con el paralelismo, “combaten en todos los frentes”.

Y si en la industria englobamos los vehículos de inversión colectiva de gestión alternativa: el capital riesgo, los fondos inmobiliarios, los fondos de cobertura, entonces es prácticamente imposible escapar de cualquier mínima alteración en el campo de batalla diario de las finanzas. Cualquier escaramuza fronteriza afectará a algún vehículo con el que trabajemos, que analicemos, que forme parte de nuestra cartera, comercialicemos o simplemente del que tengamos noticia. Pero una cosa es sufrir de vez en cuando alguna baja en nuestros efectivos disponibles y otra vernos inmersos en una suerte de guerra mundial por el crédito. Una guerra por el crédito que succiona los precios de los activos percibidos como arriesgados, cuando se van deshaciendo de forma desordenada para hinchar como globos otros activos reconocidos como seguros. Y claro, tanto en el mundo de los activos ahora percibidos como arriesgados, como en el de los arriesgados, o en el de los seguros e incluso en el de los ahora percibidos como seguros, existe un nicho de mercado en el que podemos descubrir, casi sin escarbar, un fondo de inversión. Pero como el dicho nos recuerda sabiamente, el mal de muchos es el consuelo de los tontos. Y lo que cabe preguntarse es ¿cuáles deben ser las líneas de actuación para hacer que esta industria siga siendo una referencia en la colocación del ahorro y la inversión? Es una pregunta abierta a gestores, gestoras, reguladores y distribuidores.

En el caso de nuestro país es difícil, aunque no imposible, escapar al modelo de redes de distribución bancarias que obviamente no favorecen hoy la figura del fondo de inversión. Entre otras cosas porque les está dando muchos quebraderos de cabeza, pero también porque en estos momentos no es un modelo que se adapte bien a sus necesidades. Del mundo de la “desintermediación” creciente, y la canalización parcial a través de vehículos de inversión colectiva, hemos pasado a una cierta involución, a un conato de “reintermediación”. Esta adaptación estratégica tiene mucho que ver con esa guerra por el crédito. En esa misma línea “involutiva” están los modelos de banca personal y privada que se han reproducido exitosamente en nuestro país. Así que una fuente sana y creciente de asesoramiento en arquitectura abierta puede rendirse también a la apetitosa respuesta de la “reintermediación”.

Sin embargo hay varios ases en la manga de los fondos. En primer lugar su primacía fiscal como productos de ahorro inversión para particulares. En segundo lugar la diversidad de subyacentes y estrategias, y por tanto de combinaciones de rentabilidad y riesgo. En tercer lugar el difícil recurso a la ilusión financiera en el marketing de productos sustitutivos ante una perspectiva de retornos nominales muy bajos. En cuarto lugar la puesta de largo de la figura de las empresas de asesoramiento financiero independiente. Un modelo jurídico que en la actualidad tiene mucho que decir en la comercialización de fondos de inversión en algunos países de nuestro entorno. En quinto lugar la posibilidad no desdeñable de que el mercado inmobiliario español sufra de verdad una trayectoria deflacionaria en los próximos años. En ese sentido los fondos serían tan sólo uno más de los vehículos sustitutivos de la inversión inmobiliaria.

Les dejo con este repóquer, que no son más que cuatro ases y un comodín. Mis colegas del gremio me dirán que podrían enumerarse muchos más ases en la manga de los fondos, y algunos de mayor enjundia. Precisamente por eso creo que todos acogemos con agrado foros como este los que debatir y buscar respuestas a los desafíos que continuamente afronta nuestra industria y nuestra herramienta diaria de trabajo, los fondos de inversión.