El sol brilla a lo lejos

foto
Foto cedida

TRIBUNA de Luc D’hooge, head of Emerging markets Bonds, Vontobel Asset Management. Comentario patrocinado por Vontobel AM.

Los mercados emergentes están disfrutando de un “gran rally” de alivio tras las dificultades vividas en agosto. Los inversores están volviendo en masa de nuevo y  por ahora la última semana de septiembre ha sido la que ha atraído más dinero a este activo desde febrero. En general, los fondos en divisa fuerte han experimentado entradas netas por un importe de 1.000 millones de dólares. El mercado primario también se ha despertado con nuevas emisiones por más de 20.000 millones de dólares (sin contar a China), poniendo fin a un letargo de tres meses.

Ni los aranceles que ha impuesto Estados Unidos a China por 200.000 millones de dólares ni las represalias chinas con tarifas de entre el 5 y el 10%, han sido suficientes para erosionar la floreciente confianza en los mercados emergentes. Los dos centros de actividad fueron, de nuevo, Argentina y  Turquía, una vez que los nervios se han calmado tras el duro camino del pasado más reciente. Las noticias positivas proceden de un resultado más constructivo en México donde tras el anuncio de un nuevo tratado NAFTA (rebautizado como “USMCA”), con Canadá uniéndose al acuerdo justo cuando acababa el plazo de final de mes.

Las acciones de Turquía han sido de libro, al subir los tipos a lo grande publicó unas previsiones macroeconómicas a medio plazo realistas y esto apoyó a los bancos. Los bonos soberanos y el crédito reaccionaron positivamente, mientras que la mayor parte de los bonos de los bancos recuperaron las masivas pérdidas de agosto.  

Argentina, finalmente, obtuvo el compromiso del FMI con un paquete de ayuda mejorado de 57.000 millones de dólares y un programa de desembolsos más rápido, lo que ha trasladado las necesidades de financiación en dólares más allá de 2019.

La situación en Argentina es seria, pero esto es normal cuando se implementan ajustes fiscales y por cuenta corriente.  Por lo tanto, es inevitable una significativa desaceleración económica durante un largo periodo de tiempo. El ajuste de la divisa aumentará la inflación y puede tener repercusiones automáticas sobre las subidas salariales que ya se habían acordado, algo que complicará la consecución de los objetivos presupuestarios. La población no estará contenta con esta corrección de la divisa, la inflación y la pérdida de PIB per cápita mientras que los niveles de deuda siguen altos. Las próximas elecciones presidenciales ocurrirán en un año. Esto añade una nueva capa de riesgo político a la mezcla. 

Además, debido a la composición actual del déficit por cuenta corriente de Argentina, el ajuste tardará un tiempo, ya que el balance comercial es relativamente pequeño comparado con la balanza de ingresos.

Detrás de este círculo vicioso, están sucediendo acontecimientos positivos. Por primera vez en algún tiempo las autoridades están actuando de forma ortodoxa, lo que debería dar seguridad a los inversores, ya que están comprometidos con la resolución de los problemas que experimentan.

Un nuevo presupuesto más estricto ayudará a conseguir un superávit fiscal. Es más, con el actual ajuste de la divisa, las importaciones se reducirán, las exportaciones aumentarán y el actual déficit por cuenta corriente mejorará. Esperamos que estos ajustes traigan consigo un doble superávit en 2020. Además, el descubrimiento del gran yacimiento de shale oil en Vaca Muerta podría ser un catalizador para el cambio en el déficit por cuenta corriente ya que las proyecciones más optimistas consideran que Argentina podría convertirse en exportador neto de petróleo en 2020, mejorando de forma significativa la balanza comercial.

Por último, Argentina es casi un país frontera en términos de profundidad y amplitud de sus mercados. Es por eso que la salida siempre es más dolorosa que la entrada ya que existe una baja liquidez y los movimientos de divisas son particularmente exagerados.

Al final, más que pulsar el botón de apagado del interruptor del riesgo, los inversores deberían analizar con cuidado la situación cuando las valoraciones son baratas. Mirando más allá, creemos que la deuda externa es extremadamente barata ahora y vemos un valor significativo en los bonos provinciales.

Estuvimos positivos en los ajetreados mercados de meses anteriores, cuando todo el mundo buscaba refugio y somos positivos ahora que el sol vuelve a aparecer. Así que parafraseando el clásico de los Beatles “Here comes the sun, and I say it’s all right”.