El valor de la gestión activa en renta fija en tiempos de alta volatilidad

Antonio Alhamar Fernandez Gion_noticia
Firma: cedida (BBVA AM).

TRIBUNA de Antonio Alhamar Fernández Gión, responsable del equipo de Gestión de Renta Fija, BBVA AM. Comentario patrocinado por BBVA Asset Management.

El último año y medio, sobre todo lo que llevamos de 2022, ha sido el peor periodo desde hace muchos años para la renta fija. La abrupta subida de las inflaciones en todo el mundo, en parte provocadas por el cierre de las economías durante la pandemia, agravada por la invasión de Ucrania y probablemente favorecida por unas políticas sumamente laxas por parte de los principales Bancos Centrales, ha provocado un endurecimiento de las políticas de estos últimos y un fuerte ajuste de las curvas de tipos de interés a nivel global.

Las pérdidas en cualquier índice de renta fija durante este periodo son enormes, sobre todo para este tipo de activo. En momentos como este es difícil poner en valor la gestión de los fondos de renta fija, ya que incluso aunque algunos mejoren de forma destacada la rentabilidad de los índices, está sigue siendo negativa y los clientes no llegan a apreciar el valor añadido de la gestión activa. Sin embargo, posiblemente sea buen momento para destacar las ventajas que aporta este tipo de gestión a la inversión colectiva.

La gestión activa es clave en momentos de alta volatilidad de mercado, nos permite anticipar el posicionamiento de los fondos a los movimientos de mercado, sobre todo en periodos tan direccionales como los que hemos vivido el último año y medio. Por supuesto lo difícil siempre es anticiparlo, pero las estrategias cortas de duración, de aplanamiento de curvas y sobre todo largas de inflación han ayudado en gran medida a un mejor comportamiento de los fondos.

Otro aspecto clave de la gestión es la diversificación de las carteras, cuando hablamos de diversificación de carteras no solo hablamos de tipos de activos que incluimos en los fondos (bonos de gobiernos, bonos supranacionales, bonos de crédito, con tipos de interés fijos o variables, bonos ligados a la inflación y derivados financieros), sino también del tipo de estrategias de valor relativo que tomamos para aumentar la rentabilidad de los fondos, como por ejemplo apuestas direccionales que incrementan o disminuyen la duración, apuestas de curva, apuesta de unos países contra otros, ya sea en la misma divisa o en diferentes.

En BBVA Asset Management gestionamos las carteras de una forma muy activa, con una alta rotación todos los años y adaptando continuamente el posicionamiento a la visión que tenemos de mercado, todo ello llevado a cabo bajo un estricto control de riesgos. El equipo de riesgos se encarga de controlar los niveles de riesgo marcados por los folletos de los fondos, ya sea nivel de Var, apalancamiento, exposición por país, por divisa, por criterios ESG entre otros.

En la parte de gestión nos regimos por un presupuesto de riesgo que asignamos a los distintos tipos estrategias, este presupuesto se basa en asignar la parte del tracking error que queremos que produzca cada tipo de estrategia. Este presupuesto de riesgo es diferente para cada tipo de fondo, en función de su política de inversión. Las estrategias que usamos son seis: duración, curva, cross country, sector allocation, core portfolio y divisa. El core portfolio es el riesgo que tomamos al replicar un índice con bonos seleccionados en lugar de con todos sus constituyentes, el resto de estrategias son apuestas tácticas que realizamos aparte.

Creo que la volatilidad actual del mercado ha venido para acompañarnos un tiempo largo por los siguientes motivos: La inflación está siendo muy difícil de predecir y lo seguirá siendo a medio plazo.  Los Bancos Centrales, por primera vez en mucho tiempo, tienen la complicada tesitura de priorizar sus objetivos: en el caso de la Fed, inflación o crecimiento; en el caso del BCE, inflación o fragmentación, sin olvidar también el crecimiento, y todo esto les hará menos previsibles. Por último, la liquidez del mercado se ha visto reducida drásticamente en prácticamente todos los instrumentos de mercado, probablemente por un exceso de regulación. Con este escenario seguimos convencidos de que la gestión activa será la elección correcta.