Íñigo Bilbao Goyoaga, Managing Partner de Estudios Bursátiles SL, reflexiona acerca de los activos incorporados en otra divisa.
COLABORACIÓN de Íñigo Bilbao Goyoaga, Managing Partner de Estudios Bursátiles SL, experto en Fondos, ETF e Inversión Colectiva.
Las carteras obtienen una mayor diversificación al incorporar activos globales en una proporción adecuada. A partir de cierta cantidad, incorporan más riesgo y es desaconsejable. Los activos globales incorporados componentes de riesgo, el del activo subyacente y el de la divisa.
La divisa es un activo complejo, difícil de seguir y acertar. Es un activo para expertos. Influyen en él variables como las decisiones de los bancos centrales, cambios en la tasa de inflación, la relación de la balanza de pagos o los flujos de los mercados de capitales. A su vez, dichas variables afectan en una proporción y forma diferente, según la divisa y país del que se trate.
Dada la volatilidad que aporta el riesgo de divisa a la cartera, suele ser conveniente y se aconseja al inversor comprar fondos y ETF que cubran la divisa. Es conveniente saber que no suele existir una fórmula exacta que cubra 100% el riesgo de divisa. Se suele dejar en manos de profesionales expertos, los cuales realizan una cobertura aproximada. Las herramientas más utilizadas suelen ser contratos forward a un mes con rebalanceos a fin de mes. También se utilizan opciones forex.
Cómo funciona
La cobertura de divisa tiene coste. Es como comprar un seguro. Generalmente los fondos con y sin cobertura cobran la misma comisión de gestión, quedando diluido el coste de la cobertura de divisa en la comisión de gestión aplicada. En los ETF y fondos indexados, al tener una comisión de gestión más ajustada, hay gestoras que aplican comisiones de gestión diferentes, dependiendo que se compre una acción con divisa cubierta o sin cubrir. La acción cubierta puede ser incluso cinco puntos básicos más cara.
Se puede producir un efecto miope que no permite distinguir la diferencia entre cubrir la divisa en un fondo o ETF monetario o de renta fija, frente a otro de renta variable. El impacto de la divisa es crucial en un fondo monetario y relevante en uno de renta fija. Al tratarse de activos conservadores, las potenciales ganancias se estiman limitadas, comparado con la estimación de rendimiento esperado en la renta variable.
Cuestión crucial en monetarios y renta fija
Es desaconsejable no cubrir la divisa en un fondo o ETF monetario o de renta fija. El impacto de un efecto negativo en el mejor de los casos, puede acabar comiéndose parte del retorno que se esperaba obtener, al ser éste ajustado. La probabilidad de tener pérdidas aumenta al quedar expuestos al riesgo divisa. No debemos olvidar que el principal objetivo de incluir renta fija en la cartera 60/40, es proteger frente a las potenciales correcciones de la renta variable en épocas de turbulencia.
En el caso de que el coste de cubrir la divisa se coma cualquier potencial beneficio de la inversión, es preferible no invertir. Esto ocurrió en ciertas ocasiones a la hora de comprar renta fija global, en la época en que los bancos centrales optaron por ofrecer tipos de interés ultra bajos o negativos.
Podemos concluir que debemos tratar de evitar que un efecto miope no permita ver el riesgo que la divisa aporta en un fondo o ETF de renta fija. Incluso si la comisión de gestión es más cara, sobre todo en los ETF y fondos indexados donde las comisiones son más ceñidas, es conveniente elegir la acción cubierta.
En la renta variable, aunque el impacto de la divisa es incierto, puede ser manejable si el inversor es dinámico o agresivo y comprende el riesgo que asume. El inversor puede disponer de mayor margen de decisión. El inversor puede optar por cubrir 100% el riesgo, cubrirlo parcialmente o no cubrirlo. Esta última opción es para clientes expertos que conozcan los riesgos que esta decisión conlleva y las potenciales pérdidas en las que puede incurrir. Los fondos y ETF globales de renta variable que cubren el riesgo de divisa, incorporan menor volatilidad a la cartera.