Estas son las razones por las que el cambio climático será una de las grandes tendencias de inversión en 2020

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Cedida por Schroders

TRIBUNA de Jessica Ground, responsable de stewardship y ESG en Schroders. Comentario patrocinado por Schroders.

A veces, cuando se trata de escribir artículos de perspectivas, la gente se anima a pensar en lo impensable, a considerar lo nuevo y lo innovador... Sin embargo, a menudo las ideas más destacadas surgen al identificar las tendencias de los últimos 12 meses que tienen visos de continuar. En este sentido, mi predicción para 2020 se basa en el cambio climático, pues hay tres razones principales por las que creo firmemente que pasará de ser un mero tema interesante a tener un impacto real en las inversiones:

- Aumento de la preocupación pública: esto se ve claramente en nuestro Estudio Global de Inversión, un estudio que realizamos cada año y recoge la opinión de inversores institucionales y minoristas. En 2019,  los inversores institucionales eligieron el cambio climático como el tema prioritario, superando a las estrategias corporativas. Mientras tanto, los inversores minoristas dejaron claro que, aunque todos los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU son importantes, la conservación del planeta se considera el más importante. Esto nos lleva a pensar que es cuestión de tiempo que estas preferencias comiencen a impulsar importantes flujos de activos hacia inversiones relacionadas con el clima.

- Incremento de la presión regulatoria: no es solo la esfera pública la que ha puesto de manifiesto los retos que plantea el cambio climático. Los reguladores también están prestando atención a este tema y se espera que  en 2020 el cambio climático entre formalmente en el ámbito de la regulación de las inversiones. Por ejemplo, la Autoridad de Regulación Prudencial del Reino Unido (PRA) ha introducido una prueba de estrés sobre el cambio climático para las aseguradoras y los reguladores europeos pronto seguirán el ejemplo. Además, parte del paquete de financiación de la sostenibilidad de la UE consiste en garantizar que los riesgos y oportunidades medioambientales, sociales y de gobernanza se integren en las estructuras de toma de decisiones en materia de inversión. Con esta presión regulatoria, no es difícil imaginar que el impulso comenzará a hacer que los inversores cambien sus carteras como resultado de ello.

- Mayor demanda de información a las empresas: las compañías están siendo presionadas para que divulguen más información sobre los riesgos y oportunidades relacionados con el cambio climático. Esto puede verse en el aumento del número de organizaciones que apoyan al Grupo de Trabajo sobre Divulgación de Información Financiera relacionada con el Clima (TCFD), que en septiembre ya ascendía a 867. A medida que obtengamos más información, esperamos que los inversores se den cuenta de que los efectos de segundo orden son mucho mayores de lo que habían previsto en un principio.

Como demuestra nuestro análisis sobre el valor del carbono, los beneficios totales de la renta variable mundial podrían verse afectados hasta en un 15% solo por el riesgo de transición hacia una economía baja en carbono. La diferencia entre los ganadores y los perdedores podría ser significativa.

Según nuestros estudios, la transición hacia una economía baja en carbono y resistente al cambio climático podría conllevar cambios significativos en las políticas, la legislación, la tecnología y el mercado. Los sectores afectados van mucho más allá de las industrias extractivas, como el petróleo y gas o el sector minero, extendiéndose a las compañías aéreas, las de materiales de construcción y las reservas industriales.

Sin embargo, los riesgos y oportunidades relacionados con el clima no se limitan a la renta variable. Pensar en el cambio climático en términos de inversión va mucho más allá que la simple exclusión de acciones de empresas relacionadas con combustibles fósiles. De hecho, esperamos que se extienda a las inversiones en deuda y a las carteras de préstamos bancarios. Todo esto crea una oportunidad potencial para la gestión activa.

Puede que muchos piensen que habíamos llegado al punto álgido (Greta Thunberg) y que el cambio climático era una cuestión de 2019. Mi atrevida predicción para 2020 es que solo estamos en la punta del iceberg (que se derrite rápidamente) de la inversión en cambio climático.