Guante Blanco con la depre post-vacacional

Kamil Molendys, Unsplash

La depre post-vacacional existe. En caso de duda, NO consulte con su farmacéutico. Basta con preguntarle a un amigo cuál es el motivo de sus insidiosos cambios de humor llegada la hora de la rutina.

En nuestro país, la “vuelta al cole” suele ir acompañada de una masa de almas decaídas. Según los expertos, 1 de cada 3 españoles forma parte de este perezoso y cabizbajo colectivo. Yo les confieso que soy una de ellos. No puedo evitar desmoronarme al cambiar la delicada arena de Formentera por el tórrido asfalto de Madrid; jadeante y maratoniano ya desde principios de septiembre. Si usted no padece este mal indiscriminado, puede abandonar la lectura de este artículo sin que le pese la conciencia(a no ser que opte por una lectura preventiva). Si, por el contrario, pasa por este trance año tras año, quédese conmigo e intentemos dar con la fórmula para combatirlo.

Imaginemos por un momento que los mismos expertos que nos facilitaron las estadísticas anteriores nos desaconsejaran abandonar las costumbres adquiridas en vacaciones. Muchos de ustedes estarán pensando que no es posible: no puedo uno echarse la siesta por sistema, tampoco andar al mismo ritmo que en agosto, ni pasarse las noches en las terrazas o ser testigo del amanecer sin haber cerrado los ojos la noche anterior. Y están en lo cierto. Sí que podríamos, sin embargo, hacer un guiño a algunos de los hábitos estivales en lugar de darles un sonoro portazo. No me malinterpreten; no se trata de intentar veranear hasta el verano siguiente, pero sí de evitar esperar resignados e impasibles la caída de las primeras hojas de otoño…

Cuando llega el período estival, el blanco y su candidez dejan de ser objeto único de interés de la pasarela Adlib (Ibiza) para encandilar a la mayor parte de nuestros diseñadores. Jóvenes y maduros, conceptuales y románticos, todos los creadores caen rendidos ante el hechizo balear y el sosiego del blanco. Y es que las vacaciones relajan a quienes hacen y consumen moda. De ahí que abandonemos los artificios y el barroquismo en favor de lo simple, lo vaporoso, lo liviano y, en definitiva, el blanco.

Imaginemos ahora que los que nos incitan a NO abandonar ciertos usos y abusos vacacionales no son los psicólogos ni los médicos de cabecera sino los gurús de la moda. Pues bien, olvídense de este ejercicio de ficción porque las pasarelas ya se han pronunciado…y nos han dicho convencidas que este otoño NO debemos renunciar al veraniego blanco.

Acabado el verano, olvídense del trapicheo forzoso que nos lleva a esconder el blanco para dar protagonismo al gris perla, el camel o los chocolates. Thakoon, Chanel, Gianfranco Ferré, Versace, Giambatista Valli, Paul &Joe y Yamamoto son sólo algunos de los que se han declarado devotos del blanco inmaculado al finalizar las vacaciones.

Conscientes de que un “total look” nuclear puede resultar excesivo en otoño, Céline, Diesel Black Gold y Stella MacCartney nos proponen fórmulas bicolores. Del clásico “Black and White” a binomios menos confrontados como el “blanco+ tonos nude y/o colores plomizos”, son muchas las opciones para que este año nuestra camisa blanca de batalla no esté sola en el armario.

La receta es tan clara como lo es el color en sí mismo: Guante blanco con la depre post-vacacional.

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