Hidrógeno: retos y oportunidades

Vafa Ahmadi_noticia
Foto cedida (Amundi)

TRIBUNA de Vafa Ahmadi, director de Renta Variable Temática, CPR AM (centro de gestión temática de Amundi). Comentario patrocinado por Amundi.

Una fuente de energía que no produce gases de efecto invernadero permite a los coches alcanzar 700 kilómetros con un solo depósito y proporciona la energía para que los aviones vuelen. Tal es la promesa del hidrógeno, un potencial  difícil de ignorar. Actualmente, el sector del hidrógeno está ganando en estructura y alcance global, creando una perspectiva real de futuras oportunidades.

Conocido por sus aplicaciones industriales, como la fabricación de fertilizantes o la reducción del contenido de azufre del petróleo crudo, el interés actual por el hidrógeno tiene que ver con su potencial como combustible. Al fin y al cabo, la misma cantidad proporciona 2,5 veces más energía que la gasolina, gracias a un proceso de combustión donde la única emisión de residuos es el agua. ¿Será el hidrógeno la fuente de energía verde definitiva? No tan rápido… muchos de los procesos actuales para la producción de hidrógeno son en realidad inadecuados para la agenda de sostenibilidad.

El potencial del hidrógeno

Su verdadera promesa como fuente de energía radica en el hecho de que el hidrógeno puede ser utilizado de muchas maneras: inyectado en la red de gas natural, solución de almacenamiento de energía renovable y, sobre todo, para su uso en pilas de combustible que puedan alimentar vehículos eléctricos (automóviles, carretillas elevadoras, autobuses, etc.), pequeños aparatos eléctricos o el suministro de electricidad de zonas remotas.

El crecimiento de los proyectos basados en el hidrógeno está impulsado por una variedad de factores, según Daniel Hissel, profesor de la Universidad Franche-Comté y subdirector de la Federación Francesa de Investigación del Hidrógeno (FRH2), que forma parte del Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS). “Desde el punto de vista tecnológico, el rendimiento ha aumentado enormemente, los costes han disminuido y se han ampliado las vidas de los productos de hidrógeno”.

Al mismo tiempo, este progreso tecnológico ha sido acompañado por un nuevo paradigma social, el estado de medio ambiente. “Las preocupaciones sobre cuestiones sociales y ambientales nos están obligando a eliminar el carbono de la ecuación de la movilidad y el hidrógeno es una forma de hacerlo”.

Una tendencia mundial

Para dar cabida al hidrógeno en la futura combinación energética, tanto gobiernos como compañías industriales están realizando inversiones. En septiembre de 2020, Francia anunció un plan de 7.200 millones de euros para convertirse en un actor importante en el sector para 2030. En los últimos años, otros países también han apostado por el hidrógeno como fuente de energía, creando nuevos centros de competencia. Un ejemplo es China, que se ha fijado objetivos ambiciosos para promover los vehículos impulsados por hidrógeno, con el objetivo de tener más de un millón en las carreteras para 2028.  Europa también apoya el hidrógeno para su estrategia de descarbonización, con la adopción liderada por Francia, Alemania, Noruega y Portugal.

Un gran desafío: la descarbonización del hidrógeno

El progreso tecnológico, la conciencia ambiental, el respaldo que necesitan los actores privados y públicos… todo parece estar listo para que el hidrógeno se demuestre como un combustible sostenible y responsable. Sin embargo, aún quedan por resolver una serie de cuestiones antes de que pueda desarrollarse adecuadamente, incluidos los problemas de almacenamiento y, lo que es aún más importante, de producción.

El hidrógeno puede ser el 90% de la masa total del universo, pero es casi inexistente a nivel molecular en la Tierra y tiene que ser extraído de otros componentes, normalmente hidrocarburos. “Hoy en día, la producción de hidrógeno no es ni verde ni limpia: el 95% proviene de recursos fósiles”, destaca Daniel Hissel. “Sin embargo, los programas europeos tienen como objetivo producirlo a partir de energía renovable o fuentes descarbonizadas, creando lo que se conoce como hidrógeno verde o hidrógeno azul”.

Una de las soluciones posibles es mejorar el proceso de electrólisis (donde el hidrógeno se extrae del agua) utilizando un entorno de alta temperatura, lo que reduce el costo de producción del hidrógeno libre de carbono.

Como solución de inversión, Amundi acaba de lanzar, junto con su centro experto en gestión temática CPR AM, el CPR Invest- Hydrogen, un innovador fondo de inversión en renta variable global temática de gestión activa dedicada a la cadena de valor del hidrógeno. El objetivo del fondo es batir a los mercados de renta variable globales a largo plazo (un mínimo de cinco años) invirtiendo en compañías de renta variable internacional involucradas en cualquier sector de la economía del hidrógeno.


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