High yield, buena opción en un contexto de volatilidad

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El 2015 ha empezado como terminó 2014, con mucha volatilidad. Y así seguirá. Pero, en realidad, viendo los niveles en que estamos ahora mismo, nos sentimos bastante optimistas de cara a futuro. En este contexto global volátil pero, previsiblemente, positivo, cinco son los factores que más influirán en la economía mundial durante el año que acabamos de iniciar:

Estados Unidos: la Reserva Federal aumentará los tipos una, quizás dos veces este año. El precio del petróleo seguirá a la baja y esto servirá como medida de estímulo para la economía estadounidense. La curva del tesoro estadounidense se encuentra en niveles reducidos y cotiza más en valor relativo frente al bono alemán en lugar de ser un reflejo de los fundamentales que, actualmente, están en niveles razonables.

La deflación: sigue siendo un riesgo clave en algunos países, una señal de la fragilidad de la economía global en su conjunto. Los mercados no han llegado a una conclusión sobre los riesgos y beneficios de la caída del precio del petróleo, de ahí que se hayan disparado los bonos de tesoro y que el mercado, en general, se haya mantenido inestable. En términos estrictos, el repunte de los bonos del Estado nos indicaría que existe un problema real y que hay escasa confianza en la recuperación de EE.UU, y menos en la de la economía global. Nosotros no lo vemos así: creemos la recuperación de Estados Unidos está muy arraigada y seguimos apostando por el high yield norteamericano. Los precios se han ajustado y la relación entre su riesgo y sus ganancias ha mejorado mucho respecto a 2014.

Petróleo: se trata, básicamente, de una cuestión de oferta y demanda. Desde una visión simplista, la demanda ha bajado en el primer trimestre y la oferta ha aumentado moderadamente. A medida que bajen los precios, se reducirá la capacidad y, en algún momento, la demanda aumentará de forma natural. Una vez se estabilicen los precios habremos de ver cómo estos comienzan a subir de nuevo, a menos que la recuperación económica mundial acabe cuando apenas haya visto la luz. Entre tanto, la OPEP sigue de brazos cruzados e impera  la ley del mínimo esfuerzo, ante todo a la vista de la reducción en las previsiones de precios de S&P y de algunos de los principales bancos de inversión. En el fondo, nadie sabe cuál es el precio justo.

China: el crecimiento chino está cayendo por debajo del 7% y seguirá esta tendencia en 2015. El compromiso del partido con el pueblo es tal que éste no puede permitirse un aterrizaje forzoso debido al inevitable malestar social que provocaría. Aparecerán cada vez más deudas insostenibles, especialmente en el mercado inmobiliario. Sin embargo, de cara a ofrecer suficientes medidas de estímulo para mitigar cualquier problema, China podrá recurrir a sus reservas -gigantes- y al control sobre los bancos que conceden los préstamos. Pocas sorpresas negativas, así, en 2015.

QE europeo: El anuncio del BCE, muy por encima de la expectativas más positivas de mercado, es un paso decisivo y fuerte que valoramos muy positivamente porque aumentará el flujo de dinero en las economías y debería activar el crédito con el fin de empujar la inflación hasta niveles cercanos -pero por debajo- del 2%. Desde nuestro punto de vista, el impacto sobre los mercados de renta variable es positivo en dos sentidos: de un lado, el QE europeo presionará aún más los tipos de gobierno a la baja, lo que impulsará la valoración de los activos; de otro, la expectativa de que el programa active el crédito en la Eurozona mejora la expectativa de crecimiento del área, lo que impacta nuevamente de forma positiva la valoración de la compañías

Con todos estos factores en el horizonte, y aunque la volatilidad siempre puede generar miedo, a grandes rasgos, el entorno actual de bajo crecimiento y baja inflación sigue siendo bueno para los bonos e incluso podría haber aún potencial interesante en los bonos de tesoro norteamericano. Desde una perspectiva más cortoplacista, las cosas no van bien, pero también hay que tener en cuenta el estímulo que supone la caída -de un 60 %- del precio del petróleo, sobre todo si consideramos que el consumo es el factor que más influye en el crecimiento del PIB.

2015, para Mirabaud, se perfila como un año interesante. Apostamos por high yield y seguimos pensando que los fundamentales serán positivos, especialmente en Estados Unidos. En Europa, preferimos los bonos high yield y de grado de inversión de mayor calidad. Habrá volatilidad, pero creemos que los bonos high yield seguirán ofreciendo una buena rentabilidad. Todavía encontramos bonos de muy buenas compañías cotizando con descuentos interesantes; la clave será los precios de entrada.