India: las expectativas son altas, pero fundadas

Prashant_Kothari__gestor_senior_acciones_de_India__II_
Foto cedida

Las acciones de India empiezan a parecer algo caras a 16 veces beneficios esperados en un año, justo por encima de su media a largo plazo. Pero la reforma del primer ministro Narendra Modi, tras la mayor victoria electoral en tres décadas, promete elevar el potencial de crecimiento de esta economía largo plazo. Además, los márgenes empresariales pueden aumentar desde mínimos históricos actuales. De manera que esperamos un mercado alcista estructural para estas acciones los próximos cinco años, probablemente con rentabilidad de doble dígito.

Los indicadores pintan a corto plazo un cuadro lejos de ser de color de rosa, pues los márgenes empresariales están en mínimo récord y la inversión abatida. Además el alza de los precios del petróleo y una cosecha menor por los efectos de El Niño son una amenaza en una economía que aún se enfrenta a una alta inflación. La India es el cuarto consumidor de petróleo el mundo, que supone tercio de la factura de las importaciones. Así que es clave para el gobierno de Modi liberalizar los precios del combustible y reformar el subsidio de los alimentos para controlar los precios, respecto a lo cual los directivos están muy esperanzados.

En concreto el gobierno de Modi ya trabaja en varios frentes, con prioridad por reducir el déficit fiscal y reducir la burocracia. Su gobierno está tratando de ser amistoso no sólo con las empresas sino también con los ciudadanos. Por ejemplo, pide a los ministerios que simplifiquen los formularios a ciudadanos y empresas, mientras ha designado un equipo especial para estudiar formas de reducir el dinero negro. Modi también está presionando para que se implante una cultura de trabajo empresarial y advertido a los burócratas que proporcionen resultados si quieren permanecer en su trabajo. A ello se añade un probable recorte de subsidios a los combustibles y alimentos, mientras un impuesto sobre bienes y servicios puede conocerse en el próximo presupuesto de julio. Adicionalmente las tarifas de pasajeros de ferrocarril, políticamente sensibles, ya se han incrementado 14%, lo que indica pasos para reducir la brecha presupuestaria y restaurar la salud económica.

De manera que hay signos de que se está tocando fondo: la producción industrial ya aumentó en abril y la inflación de mayo ha sido la menor en tres meses. Alguna empresa de cemento que he visitado tiene planes para aumentar de inversión ante la esperanza de un rápido crecimiento de la demanda y alguna otra de bienes de equipo industrial prevé más pedidos.

También hay que tener en cuenta que hay valor relativo, pues las empresas de India han generado históricamente mejor rentabilidad sobre el capital que el resto de emergentes y su economía puede crecer más rápidamente. A corto plazo las financieras, más sensibles al cambio económico y ciclo de inversión, se pueden beneficiar primero. Algunos bancos ya esperan que los proyectos que financiaron y estaban en el limbo salgan finalmente adelante con las reformas. Además los sectores industriales y de consumo discrecional también se pueden beneficiar. Sin embargo las energéticas son poco atractivas debido a altas valoraciones y las de telecomunicaciones tendrán que superar la intensificación de la competencia.

Asimsimo, hay factores estructurales favorables,. Así, entre las principales países emergentes, es el único donde la población trabajadora puede seguir creciendo hasta 2040. Los hogares, que disponen de activos financieros por valor de seis billones de dólares, con el crecimiento económico, pueden alejarse de los activos no productivos como oro y tierra para aumentar su participación en las acciones, actualmente sólo del 2%. Esto puede impulsar el crecimiento a largo plazo.  En este sentido el Fondo Monetario Internacional  espera un crecimiento de 6,4% en 2015, tras 5,4% en 2014, cercano al tendencial. Mientras el aumento de reservas en moneda extranjera –314.000 millones de dólares en mayo, máximo de dos años y medio año– ayuda a minimizar la volatilidad generada por la reducción de estímulo monetario de la Reserva Federal.