Invertir con propósito en tiempos de COVID-19 y más allá

Miguel Luzarraga, AllianceBernstein
Firma: cedida (AllianceBernstein).

TRIBUNA de Miguel Luzárraga, responsable de Ventas para Iberia, AllianceBernstein. Comentario patrocinado por AllianceBernstein.

A medida que el mundo continúa recuperándose de la pandemia de COVID-19, la recuperación se está desarrollando en tiempo real, presentando patrones cambiantes de oportunidad y riesgo. Nuestra opinión es que este panorama único eventualmente se transformará en uno más familiar: un mundo con menores rentabilidades sujeto a riesgos a la baja que amenazan con penalizar los planes de inversión cuidadosamente establecidos previamente.

Este desafío requiere la creación de carteras que puedan ofrecer unas rentabilidades más favorables de tal manera que posicione mejor a los inversores para perseguir sus objetivos a largo plazo, incluido el crecimiento estable y los ingresos eficientes. Un objetivo que crece en popularidad es el de invertir con propósito: garantizar que las inversiones exhiban buenos comportamientos ambientales, sociales y de gobernanza (ESG), e incluso centrarse en inversiones para promover causas alineadas con ESG. Desde 2015, los fondos de renta variable ESG han experimentado entradas acumuladas de 256.000 millones de dólares, mientras que los fondos de renta variable en activos no ESG han experimentado salidas de 2,6 billones de dólares, según los datos de Emerging Portfolio Fund Research Global y Bernstein Research.

Por qué la integración ESG es crítica

Debido a que las consideraciones ESG y la calidad de la gestión están tan estrechamente entrelazadas con las consideraciones financieras, es difícil invertir de manera responsable a través de exclusiones generales a gran escala de emisores o segmentos, o a través de una selección pasiva basada en métricas cuantitativas. Las consideraciones ESG son, de hecho, consideraciones financieras y a menudo pueden surgir rápidamente. Por lo tanto, tal como lo vemos, deben integrarse con el análisis fundamental tradicional.

Un ejemplo de ello es una empresa que es un gran emisor de carbono, lo que trae exposición a costosos impuestos al carbono y posiblemente mayores costes operativos por las actualizaciones de equipos legalmente obligatorias. Es un error, en nuestra opinión, abordar las ramificaciones financieras y ESG de forma independiente. Por lo tanto, ya sea que los inversores estén analizando a un emisor para una inversión en un fondo de crecimiento de gran capitalización o para una estrategia de bonos de alto rendimiento, el ESG no puede tratarse por separado del proceso de inversión, y debe informarse mediante un compromiso directo con los emisores.

Más allá de la integración ESG: soluciones orientadas a un propósito

Cada vez más inversores van más allá de la integración ESG a nivel de emisor hacia soluciones orientadas a un propósito. Estas estrategias ofrecen diversas formas de acceder a la beta de renta variable, con opciones de mercados y enfoques para refinar universos alineados con propósitos específicos. Las estrategias sostenibles, que buscan invertir en emisores que puedan satisfacer las necesidades presentes sin comprometer el bienestar futuro, son una de esas soluciones.

Una forma de abordar el aspecto de la sostenibilidad es buscar un crecimiento duradero a través de emisores cuyos productos y servicios se alinean con temas a largo plazo, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Los ODS, introducidos en 2015, son una visión aspiracional de cómo podría ser el mundo para 2030, y consideran el papel que debe desempeñar el sector privado para llegar allí.

Al utilizar los ODS y las metas relacionadas como marco para identificar productos y servicios que abordarán los desafíos del mundo, los inversores pueden crear un universo de emisores que apoyen objetivos dignos. A través de un análisis en profundidad, es posible reunir una cartera de compañías de calidad que están ayudando a hacer del mundo un lugar mejor, además de proporcionar oportunidades diferenciadas para el crecimiento sostenible.

Las soluciones de impacto, otra categoría impulsada por un propósito, pueden permitir a los inversores canalizar dinero en valores que tienen impactos sociales o ambientales medibles en temas como el agua potable y la deforestación. Los mercados de bonos, como por ejemplo, los bonos municipales estadounidenses, ofrecen abundantes oportunidades de inversión de impacto, porque muchas emisiones de estos bonos  suscriben proyectos destinados a reducir las disparidades sociales . De hecho, hasta el 35% del mercado de bonos municipales de EE.UU. de 3,9 billones de dólares podría ofrecer oportunidades de impacto.

No hay talla única para todos en la inversión posCOVID-19

Ya sea que se trate de invertir con un propósito, un crecimiento estable o ingresos eficientes, o, lo más probable, una combinación de los tres, hay muchos elementos y fórmulas a disposición de los inversores. Al diseñar una estrategia con una mejor rentabilidad, las carteras no tienen que ser de talla única.

Al invertir con fines específicos, por ejemplo, además de integrar ESG, los inversores deben aclarar por adelantado no solo el propósito o los fines específicos a los que se dirigen, sino también lo que constituye el éxito. También es importante comprender cómo la aplicación de reglas basadas en un propósito altera la beta de la cartera. Si los inversores pueden obtener la cartera correcta, creemos que estarán mucho mejor posicionados para encontrar mejores resultados.