Invierta hoy para cambiar el mañana: la importancia de la ESG para la inversión en renta variable

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Cedida por Aberdeen Standard Investments

TRIBUNA de Álvaro Antón Luna, country head, head of Distribution Iberia, Aberdeen Standard Investments. Comentario patrocinado por Aberdeen Standard Investments.

¿Por qué le damos tanta importancia a la ESG? Porque creemos que nos ayuda a tomar mejores decisiones de inversión a largo plazo para nuestros clientes. Integrar los criterios ESG en nuestros procesos de análisis y toma de decisiones nos permite entender mejor los riesgos y las oportunidades de una inversión.

Por eso, además de los parámetros financieros de una empresa, analizamos diversos factores ESG como, por ejemplo, cuánta energía consume, cómo gestiona sus residuos, el grado de diversidad de su Consejo de Administración, cómo trata a sus empleados y su enfoque de gobierno corporativo. También intentamos comprender el contexto social, político y regulatorio en el que opera cada empresa, algo esencial en un mundo en el que las relaciones y las cadenas de suministro están integradas a nivel mundial.

El activismo accionarial (engagement) es la piedra angular de este proceso e implica dialogar con las empresas, los reguladores, los clientes, los académicos y otros actores con el objetivo de tener una visión lo más completa posible. Aunque no somos inversores activistas, creemos en la inversión activa y, por lo tanto, colaboramos activamente con las empresas para reforzar lo que votamos en la Junta General de Accionistas y para compartir con el equipo directivo nuestra opinión sobre la estrategia, la ejecución y otros aspectos. Todo este proceso nos permite tomar decisiones más informadas sobre una determinada inversión.

¿Cómo afecta esto a sus inversiones?

Hasta ahora, había sido difícil establecer un vínculo directo entre las buenas prácticas en materia de ESG y la rentabilidad financiera. Sin embargo, los últimos datos resultan alentadores. En septiembre, un estudio de BAML reveló que los índices ESG europeos han superado a los índices no ESG en lo que va de año. Por otra parte, las 50 posiciones más populares (o sobreponderadas) de los fondos ESG han generado aproximadamente un 20% más de rentabilidad que las 50 menos populares (infraponderadas).

También se ha demostrado que los fondos ESG presentan un menor riesgo bajista (es decir, la probabilidad de que el precio de un activo caiga). Tras comparar el comportamiento de casi 11.000 fondos ESG con los fondos tradicionales, Morningstar ha concluido que los fondos que incorporan criterios ESG no solo ofrecen rentabilidades similares a las de los fondos tradicionales, sino que, además, presentan una menor desviación a la baja (un 20 % inferior). Estos fondos también muestran un comportamiento más estable en periodos de fuerte volatilidad del mercado.

Esto tiene sentido, las empresas que obtienen buenas calificaciones ESG tienden, por definición, a estar mejor gestionadas y contar con un gobierno corporativo más robusto que las empresas que lo hacen peor en materia de ESG. Para los inversores, el escrutinio adicional que conlleva la integración de los factores ESG en el proceso de inversión genera un sesgo natural hacia empresas de mayor calidad. Estas empresas suelen caracterizarse por contar con modelos de negocio sostenibles, una fuerte cultura corporativa y balances sólidos. Dicho de otro modo, se trata del tipo de negocios que suelen capear mejor las crisis del mercado.

¿Y de cara al futuro?

Incluso antes de la crisis del COVID-19, los inversores eran muy conscientes de la importancia de las cuestiones ESG. El Informe de Riesgos Globales del Foro Económico Mundial representa un excelente barómetro en este sentido. Hace una década, la principal preocupación de los inversores y responsables políticos eran los riesgos económicos. En el informe de 2020, las cuestiones ligadas al medioambiente destacan entre las 10 que más preocupan a los inversores. De hecho, las tres primeras son los fenómenos meteorológicos extremos, fracasar en la lucha contra el cambio climático y los desastres naturales.

Es fácil entender por qué. Los efectos devastadores del cambio climático son cada vez más evidentes, desde los incendios forestales que han asolado California hasta las fuertes inundaciones sufridas en el sur de Europa. Famosos activistas, como Greta Thunberg, le han dado mucha visibilidad a estas cuestiones, lo que ha llevado a los reguladores y responsables políticos a tomar medidas.

En este sentido, destaca el Pacto Verde Europeo anunciado recientemente por la Unión Europea, cuyo valor asciende a un billón de euros y con el que el Viejo Continente se ha comprometido a ser neutro en carbono en 2050 y a reducir en un 40 % las emisiones para 2030. El objetivo es mejorar la calidad de vida gracias a un aire más limpio, a una mejor salud y a un vibrante mundo natural, sin que ello lastre la prosperidad.

¿Cómo funcionará en la práctica?

Alcanzar este ambicioso objetivo requerirá un elevado grado de innovación en todos los sectores, desde la generación de energía renovable y la captura de CO2 hasta la construcción de edificios sostenibles y la fabricación de coches eléctricos. La buena noticia es que el sector empresarial europeo está preparado para asumir este reto.

Por ejemplo, en el sector de la construcción encontramos a Kingspan, cuyos revestimientos y soluciones de aislamiento se utilizan para construir edificios de alto rendimiento que consumen menos energía y reducen las emisiones de carbono y la generación de aguas residuales. De hecho, entre 1993 y 2018, el uso de sus aislamientos generó un ahorro total de energía equivalente a 110 millones de barriles de petróleo o a 20 millones de coches circulando. Y parece que los inversores están convencidos: en septiembre, Kingspan captó 750 millones de euros mediante una colocación privada destinada exclusivamente a proyectos relacionados con el clima y el medioambiente.

Otra empresa que destaca es Ørsted, la mayor productora de energía eólica marina en Europa, que decidió vender sus activos de gas y petróleo y abandonar el carbón (en 2023) para dedicarse únicamente a las renovables. La empresa planea multiplicar casi por cinco su capacidad de generación eólica marina, hasta alcanzar los 11 GW en 2025. Con estas iniciativas, creemos que Ørsted se sitúa muy por delante de sus competidores a la hora de transformarse en un negocio totalmente centrado en la energía renovable.

En Alemania está Knorr-Bremse, líder mundial en la fabricación de sistemas de frenado para trenes y camiones. La empresa tiene una cuota de mercado dominante en un sector que creemos que se beneficiará de la transición hacia medios de transporte más respetuosos con el medioambiente. Además, se ha comprometido a integrar el diseño ecológico en su proceso de desarrollo de productos, tanto para el segmento ferroviario como el de carretera.

Conclusión

Empezamos este artículo preguntándonos cómo le afectan las cuestiones ESG a usted y a sus inversiones. Como hemos explicado, creemos que la integración de los criterios ESG nos permite tomar buenas decisiones de inversión a largo plazo por usted, ya que nos ayuda a conocer mejor las empresas en las que invertimos. Esto incluye a las empresas líderes europeas que podrían contribuir de forma decisiva a la oportunidad única que se presenta ante nosotros: construir un mundo más justo y sostenible. Y podemos hacer todo esto mientras le ayudamos a lograr sus objetivos financieros. Así que la respuesta a esa pregunta inicial es "mucho".

Nota
Las empresas han sido seleccionadas únicamente con fines ilustrativos para mostrar el estilo de gestión de las inversiones descrito en este documento y no suponen una recomendación de inversión ni ofrecen una indicación de rentabilidades futuras. Capital en riesgo.