Javier García Díaz, responsable de Ventas en Iberia, explica la importancia de este target de clientes en la industria y el importante papel de los ETF en su crecimiento. Comentario patrocinado por BlackRock.
TRIBUNA de Javier García Díaz, responsable de Ventas en Iberia, BlackRock. Comentario patrocinado por BlackRock.
En Europa hay 113 millones de inversores, de los que 11 millones están en España. La cifra puede sonar elevada, pero representa menos de un tercio de la población adulta (28%). También los hay que dirán que un 28% es un porcentaje destacable; y no les falta razón, pero la comparativa con otros países de nuestro entorno nos desvela que se queda corto si queremos que España se mida de tú a tú con otras sociedades financieramente maduras.
Así las cosas, más de la mitad de los suecos adultos (60%) tienen productos de inversión. En Finlandia, Noruega, Suiza o Dinamarca, este porcentaje se sitúa entre el 45 y el 50 por ciento, mientras que en Alemania, Austria y Francia, se se sitúan en o cerca del 40%. Francia e Italia, con un 29% en ambos casos, se acercan bastante a la realidad española.
¿Y cómo se puede cerrar esa brecha en España? La respuesta la dan los propios españoles: incorporando a las mujeres y a los jóvenes a la industria de inversión. Los datos demuestran que vamos por el buen camino, tal y como se desprende del estudio People & Money que BlackRock acaba de presentar. Este documento refleja un crecimiento del 16% desde 2022 en el número de mujeres adultas inversoras, mientras que el incremento para el segmento de hombres se ha estancado tras registrar un uno por ciento para el mismo periodo.
La creciente participación de la mujer en la industria ha sido clave la para la inclusión de más de 690.000 inversores en España desde 2022, cifra que ha situado a España en la cuarta posición en el ranking de países europeos que han incorporado más adultos inversores a su mercado. Asimismo, los jóvenes han contribuido a impulsar el crecimiento de la industria de inversión en España. El crecimiento en inversores de entre 25 y 34 años ha alcanzado el 17%, un punto porcentual menos que el registrado por los inversores de entre 35 y 44 años. Este crecimiento contrasta con el 4% registrado por los inversores de entre 45 y 54 años o el dos por ciento de los mayores de 55.
Hasta aquí, vemos que el impulso de las mujeres y de los jóvenes es fundamental para explicar el crecimiento de la industria de inversión en España, pero también es importante centrar la atención en qué frena a los no inversores para dar el paso. El 62% de ellos achaca su situación a la falta de dinero, mientras que el 27% reconoce tener miedo a las pérdidas. La falta de conocimiento financiero es otro elemento de disuasión, ya que el 27% de este colectivo admite no tener conocimientos financieros suficientes para saber en qué invertir. Es llamativo que tan solo un 8% de ellos señala que no sabe cuáles son los beneficios de la inversión, por lo que la falta de decisión se debe casi más a una cuestión práctica que teórica.
Es aquí donde entran en escena los ETF, unos vehículos que, gracias a sus condiciones, son el puente perfecto para acercar a los ahorradores al objetivo de que sean inversores. De hecho, los ETF son el producto de inversión que más está creciendo en España, en donde ya están presentes en la cartera de más de un millón y medio de inversores (lo que representa un 13% del total de inversores). Es más, se espera que otros 700.000 inversores españoles empiecen a invertir en ETF en los próximos doce meses, de los que 200.000 no tienen ahora mismo ninguna inversión, por lo que estos productos demuestran el gran papel que van a jugar en un mercado que, solo en España, incorporará a más de 1,2 millones de personas en el próximo año.