La crisis de la zona euro proyecta su sombra sobre Asia

Caroline_KeenNEWTON_2012
Imagen cedida

A comienzos de 2012, identificamos tres riesgos clave para los mercados de Asia-Pacífico, en particular la crisis de la deuda soberana en Europa, un posible aumento de los precios del petróleo debido a las tensiones en Medio Oriente y las potenciales ramificaciones de la ralentización económica en China. Pensamos que estos tres riesgos siguen presentes, aunque la situación está evolucionando permanentemente.

El precio del petróleo ha bajado respecto a sus máximos recientes de 125 dólares por barril, lo cual es un alivio para los países importadores en Asia, como Tailandia o India. Sin embargo, largos periodos de precios altos del crudo serían desestabilizadores para el crecimiento global, así que debemos estar muy atentos. Dentro de nuestras carteras compensamos este riesgo posicionándonos en empresas de materias primas relacionadas con la energía, como Woodside Petroleum en Australia. También buscamos compañías con capacidad de fijación de precios que puedan transmitir costos superiores.

Riesgo de contagio de la zona euro
En Europa, los acontecimientos han sido claramente negativos para Asia, tanto en términos de sentimiento de mercado, como en el hecho de que Europa sigue siendo el principal socio comercial de Asia. No pensamos que la situación va a resolverse por sí misma a corto plazo y, por tanto, preferimos centrar nuestra cartera en acciones de compañías expuestas al crecimiento doméstico en sus respectivos países, o al comercio interior asiático, más que en compañías exportadoras con base en Asia.

El consumo es un tema de inversión importante para nosotros en toda Asia, y  la empresa de juegos y ocio Sands China de Macao es un ejemplo de una compañía cuyos ingresos están creciendo claramente gracias a la demanda subyacente de los consumidores chinos.

Finalmente, sería un descuido no mencionar a China entre los posibles riesgos para la región, ya que su influencia es enorme. En estos momentos, vemos que la economía está entrando en una fase de transición, pasando de un modelo basado en el rápido crecimiento de la inversión a otro más sostenible basado en el consumo. Al ocurrir esto, es de esperar que la economía se ralentice, y estamos observando atentamente las señales.

Sectores como el desarrollo inmobiliario, la construcción y la producción de acero ya lo han acusado y evitamos invertir en ellos. Los datos económicos más recientes de China han sido bastante estables, sin señales aún de recesión. Por otra parte, no vemos interés por parte del Gobierno en un programa agresivo de relajación monetaria, y las restricciones a la construcción aún se mantienen. Por tanto, preferimos centrarnos en aquellas compañías que pueden incrementar sus ingresos a lo largo del ciclo económico en sectores relacionados con el consumidor.