La inversión de impacto tiene un papel crucial en un futuro sostenible

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Firma: cedida (LFDE).

TRIBUNA de Luc Olivier, gestor de fondos de impacto, LFDE. Comentario patrocinado por La Financière de l’Echiquier.

En una célebre escena de Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Caroll, la Reina Roja explica a Alicia que en el mundo donde acaba de aterrizar se tiene que correr a toda velocidad simplemente para seguir en el mismo sitio. Esta paradoja de la Reina Roja implica que todas las especies deben evolucionar con rapidez para evitar la depredación y para conseguir mantener su lugar en la biosfera. El ser humano, que se mueve mucho más rápido que el resto de la biosfera, rompe este equilibrio paradójico. Así pues, debemos levantar el pie del acelerador cambiando nuestra forma de pensar y vivir, pero también con ayuda de las soluciones concretas que pueden aportar las empresas.

Como inversores comprometidos desde hace 30 años, estamos convencidos de que las finanzas desempeñan un papel crucial a la hora de crear un ecosistema más sostenible y duradero... y escapar así de la paradoja. Esa es la razón por la cual estamos reforzando nuestro compromiso en favor de la inversión de impacto, que, en nuestra opinión, constituye la nueva frontera de la Inversión Socialmente Responsable (ISR).

Una visión singular y exigente del impacto

Nuestra visión del impacto se fundamenta en tres factores esenciales. En primer lugar, la intención inicial del gestor debe ser lo más clara posible y estar al servicio del impacto de sus inversiones. Para ello es preciso escoger con mimo la metodología y movilizar todos los medios necesarios para llevar a buen puerto este exigente enfoque. Es además primordial instaurar un marco rector sólido en torno al producto.

Otro factor es el de la adicionalidad, que se refiere a la contribución particular y directa del inversor que le lleva a superar la condición de inversor responsable y convertirse en un inversor de impacto, permitiendo a la empresa participada acrecentar su impacto neto positivo. En el caso de LFDE, eso se traduce principalmente en un periodo de permanencia largo en el capital de las empresas en cartera(1). Consideramos que deben dejarse como mínimo tres años para que una empresa pueda poner en marcha su estrategia y materializar su impacto. Durante este periodo, es esencial que las empresas reciban el apoyo del equipo de gestión en su camino hacia un impacto positivo cada vez mayor.

Por último, la medición del impacto de las inversiones y del fondo es un aspecto vital para elevar la transparencia. Por esa razón publicamos un informe anual, con la ayuda de un experto independiente, en el que examinamos el impacto de Echiquier Positive Impact Europe. Esto nos permite garantizar a los clientes que el impacto real generado por el fondo y las empresas en cartera está en consonancia con los objetivos del producto. Asimismo, una parte de la remuneración variable de los gestores puede estar indexada a la consecución de este objetivo de impacto, como ocurre en LFDE.

Desafíos y tendencias

Esta visión sobre las inversiones de impacto cotizadas se aplica a nuestras estrategias de impacto, sobre todo en el fondo Echiquier Positive Impact Europe.

El equipo de gestión selecciona alrededor de 40 compañías cotizadas europeas atendiendo a criterios de exclusión precisos que se complementan con un riguroso análisis extrafinanciero, de impacto y financiero. Más de la mitad de la cartera está compuesta por valores cuyo impacto deriva del uso directo de sus productos y servicios, como por ejemplo la empresa sueca Munters(2), que fabrica sistemas de gestión de la calidad del aire, o los productores de energías renovables Neoen.

Cerca del 30 % del fondo son empresas cuyos productos y servicios permiten a sus clientes aumentar su propio impacto. Es el caso de Cellnex, el operador español de infraestructuras de telecomunicaciones, que optimiza la utilización de la red conectando varios operadores por antena, lo que permite reducir el coste unitario y el consumo de energía. Por último, tenemos empresas cuyo impacto está, en nuestra opinión, siendo subestimado por el mercado, lo que se traduce en una valoración baja, como el operador multiservicios francés Spie.

Esta filosofía de inversión ha demostrado hasta ahora su validez. Así, Echiquier Positive Impact Europe registra unas sólidas rentabilidades a largo plazo: 23,4 % a un año, frente al 31,4 % de su índice de referencia, el MSCI EUROPE NR; 47,3 % a tres años, frente al 30,2 % de su índice; y 86,6 % a cinco años, frente al 52,7 % de su índice(3).

Estamos convencidos de que la inversión de impacto ha llegado para quedarse. Entre las tendencias pujantes que hemos identificado figura el reto climático, una preocupación que por fin está universalizándose. Con su Green Deal, la Unión Europa está desplegando una política climática ambiciosa que debería permitirle convertirse en la primera región «climáticamente neutral» en 2050. Casi el 30 % de nuestra cartera contribuye a este objetivo al estar compuesta por empresas que deberían beneficiarse de estas medidas.

En definitiva, escogiendo con esmero compañías cotizadas cuya actividad busca ofrecer soluciones a los retos del desarrollo sostenible aseguramos que nuestra estrategia está alineada con nuestra visión exigente y prioritaria de generación de impacto positivo para la sociedad y para el planeta.

Fuentes y notas:

1 No obstante, el periodo de inversión no es una restricción.

2 Los valores y sectores citados se mencionan a título ilustrativo. Su presencia en el fondo no está garantizada.

3 Datos a 31.08.2021.

Este documento está dirigido exclusivamente a inversores profesionales. El fondo Echiquier Positive Impact Europe está expuesto principalmente al riesgo de pérdida de capital y al riesgo de renta variable.