La llamada de la CNMV a la sostenibilidad (III)

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TRIBUNA de Miguel Linares PolainoAna Irlán, fundador y directora de Consultoría en Sostenibilidad de Linares Abogados. 

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha publicado su informe de supervisión de memorias anuales de las cotizadas, donde analiza el llamado Estado de Información No Financiera (EINF), que tanto ESMA como la propia CNMV establecieron como prioridades de supervisión. 

Aunque suene extraño decirlo, hoy estamos en la era de las personas; de conceptos como finanzas sostenibles, urbe-movilidad, economía circular, turismo sostenible, ciberseguridad, los datos como materia prima, diversidad; reinvención del capitalismo; vamos hacia la descarbonización, computación cuántica, hacia una regulación global y multisectorial, el BigTech, la fiscalidad transparente; etc.  

Esto tiene que ver con el modo en que las entidades están cambiando, más allá de las cotizadas (donde la CNMV hace hincapié en su informe), y donde lo que antes era voluntario se convierte hoy en obligatorio.

Es más, COVID-19 no pasará desapercibido tampoco por estos asuntos. Una encuesta llevada a cabo por el Reputation Institute entre enero y marzo en Italia indicaba que un gran número de ciudadanos italianos creen que su empresa está mucho mejor preparada que el Gobierno para enfrentarse a la crisis del coronavirus. ¿Qué quiere decir esto? Sin entrar en el juicio de Italia, esto es, la sociedad está admirando los recursos de las empresas y su capacidad de impacto positivo en la comunidad local; y esto está pasando aquí también, en España. Son nuevas exigencias.

El reto al que las empresas se enfrentan con la crisis del COVID-19 es conciliar resiliencia empresarial con la sostenibilidad, derivada de la responsabilidad social. ¿Y que tiene esto que ver con los EINF? Pues eso, el EINF es un instrumento que inspira a crear beneficios para el entorno local y ayuda a ordenar la “casa”, a plantearse cómo se están haciendo las cosas y a poner en marcha una procedimentalización que garantice la debida diligencia de los asuntos laborales, sociales, medioambientales y de buen gobierno que es, a modo resumen, de lo que va el EINF.

En este sentido, y atendiendo a las exigencias de la CNMV, aquí se indican unas claves que deben desarrollarse durante todo el año para estar bien preparados:

  1. Para formular un EINF primero se debe de elegir el estándar de información no financiera a utilizar (por ejemplo, GRI o IR).
  2. Desarrollar un análisis de materialidad (entendiéndose por información material aquella necesaria para comprender el impacto de las actividades la compañía y que puede cambiar la opinión de un tercero, si la conociera) y creación de un inventario de aspectos ESG (ambientales, sociales y de buen gobierno) materiales para la entidad.
  3. Elaborar políticas (en caso de no haberlas) que regulen las cuestiones y aspectos relevantes identificados, así como asignar responsabilidades para su control y seguimiento.
  4. Identificar los riesgos asociados a las operaciones de la compañía y desarrollo de procedimientos de gestión.
  5. Crear indicadores para los aspectos identificados de manera que pueda medirse el desempeño de la empresa.
  6. Elaborar o implementar un sistema de reporting que permita realizar un seguimiento global de todos estos aspectos.
  7. Contar con un verificador externo.
  8. Tener en cuenta para todo esto los principios fundamentales de: divulgación de información significativa; EINF fiel, equilibrado y comprensible; completo, pero conciso; estratégico y prospectivo; orientado a los grupos de interés (stakeholders); coherente y sistemático.

No obstante, esto solo será posible con un Plan de Sostenibilidad, que es la base de todo. Es la estrategia del modelo de negocio que integra ese impacto positivo para los grupos de interés de la entidad, por lo que también se deberán conocer quiénes son sus stakeholders y saber cuáles son los prioritarios, establecer un modelo de relación con ellos que permita responder a sus necesidades y expectativas y, por tanto, generar esos beneficios para, como se apuntaba anteriormente, la comunidad local.

Más allá, es interesante también pararse a repensar el valor y sentido de la propia misión empresarial. Un primer criterio de acción consiste en detenerse y reflexionar y examinar los principios que la sustentan para tomar decisiones que apoyen la estrategia sostenible. ¿Por qué? A título de ejemplo, en situaciones como esta, una vez acabe la crisis del COVID-19, cabe esperar que los grupos de interés analicen cualquier decisión tomada para comprobar si la empresa actuó de forma consistente con ellos o no. Y así siempre con todo.

Por otro lado, interesa vislumbrar oportunidades como: definir y aplicar de forma consistente el concepto de materialidad en la empresa; mejorar la conectividad de la información financiera y no financiera; e identificar qué información es clave para explicar la creación de valor de la empresa y su sostenibilidad futura.

En resumen, esto va de: materialidad, modelos de impacto, evaluación de modelos sociales y medioambientales, buen gobierno corporativo, informes de cumplimiento e impacto de la regulación sobre esta materia, códigos éticos y de conducta, implantación de sistemas de información no financiera, riesgos ESG en la cadena de suministro y reputacionales, elaboración de planes de acción (recogidos en el Plan de Sostenibilidad), mediciones, políticas de sostenibilidad o RSC, revisión de modelos de reporting, etc.

Vemos entonces que la CNMV considera un imperativo, más allá del cumplimiento normativo, que las empresas atiendan a las necesidades de los grupos de interés.

En conclusión, es el momento de poner en marcha lo necesario para llevar a cabo el sentido de la misión empresarial, la transparencia con los stakeholders y la creación de valor compartido y darlo a conocer. Esto permitirá además cumplir con la Ley y, más que eso, tomar una posición de liderazgo en el mercado ante la transformación sostenible.

 

Primera parte

La llamada de la CNMV a la sostenibilidad (I)

Segunda parte

La llamada de la CNMV a la sostenibilidad (II)