TRIBUNA de Salvador Román, gerente de Responsabilidad Social de Aenor.
Las nuevas exigencias en las prácticas bancarias, los cambios del entorno financiero y regulatorio y una mayor madurez en los criterios y requisitos de los inversores requieren productos de inversión que incorporen criterios adicionales y más exigentes a los criterios económicos en la selección de inversiones.
Adicionalmente, la repercusión y los impactos negativos de noticias sobre fondos de pensiones gestionados por un controvertido producto financiero en un país de baja tributación y donde no se reside o sobre las ya tristemente conocidas preferentes afectan a la imagen y reputación de estos productos y a la de las entidades gestoras. Además, ocasionan sanciones y multas al tiempo que minan y dañan la confianza de los potenciales clientes inversores.
Cada vez más, se pone de manifiesto la necesidad de adoptar en mayor medida políticas de inversión basadas en una mayor transparencia, una mayor presencia de valores éticos y de buen gobierno y una mejor y más amplia gestión del riesgo (operativos, de control en las inversiones, reputacionales y de imagen, financieros, etc.) en el diseño y gestión de los productos de inversión.
Con la participación de un grupo de los mejores expertos nacionales en este campo, de todas las partes implicadas y fruto del consenso, Aenor, como entidad legalmente responsable del desarrollo de las normas técnicas en España, ha publicado la norma UNE 165001 sobre Productos Financieros Socialmente Responsables o ISR (Inversión Socialmente Responsable). Esta norma recoge las mejores prácticas internacionales, incorpora una serie de requisitos y busca mejorar el conocimiento y la confianza en este tipo de productos a través de la transparencia y la independencia, incorporando criterios ESG (Environmetal, Social and Governance) en la definición y gestión de este tipo de productos financieros.
Es importante remarcar que la ISR, además de incorporar los criterios ESG, tiene como objetivo mejorar la rentabilidad y disminuir los riegos de la inversión (al igual que la inversión tradicional). Estados Unidos y Canadá lideran la inversión ISR en el mundo y, en Francia, gracias al compromiso del sector público (el sistema de Seguridad Social de los funcionarios franceses tiene en cuenta criterios ESG en su gestión), las inversiones en ISR suponen más del 5 % de total de activos gestionados
La norma establece una serie de requisitos generales que deben cumplir los productos que quieran ser considerados como ISR. Algunos de ellos son: nombre e ideario del producto, comité ISR (con mayoría de miembros independientes), un filtro ISR y otros requisitos que garanticen el cumplimiento de criterios ISR, el ejercicio de los derechos de voto y la mejora de la transparencia en la gestión. Por ejemplo, se debe excluir la inversión en paraísos fiscales, garantizar la trazabilidad del 100% de las inversiones, valorar especialmente la inversión en activos no cotizados o supervisar la existencia de conflictos de interés, entre otros aspectos.
Además, incorpora una serie de requisitos específicos en función del tipo de producto financiero del que se trate (fondos de inversión, fondos de pensiones personales y de empleo, seguros de vida ahorro y sociedades y fondos de capital riesgo).
Entre otros beneficios, el cumplimiento de los requisitos de norma supone:
1) Trasmitir confianza, transparencia e independencia (comité ISR) ante inversores, asesores de voto, órganos de gobierno y accionistas de las entidades financieras.
2) Asegurar que se consideran valores sociales, ambientales y de buen gobierno en la creación y gestión de productos financieros de inversión.
3) Ayudar y mejorar el control de los riesgos de las empresas y actividades en las que se invierte.
4) Implantación de una norma diseñada por todas las partes interesadas en ISR.
En definitiva, la Norma UNE 165001 aportará transparencia, buen gobierno, confianza en la inversión socialmente responsable en nuestro país y diferenciación ante la competencia, apostando por la mejora continua.