La sanidad: una edad de oro

Christophe Braun_noticia
Firma: cedida (Capital Group).

TRIBUNA de Christophe Braun, director de Inversiones, Capital Group. Comentario patrocinado por Capital Group.

Tras ser uno de los pocos sectores que ofrecieron a los inversores cierta protección en el primer semestre de 2022, la sanidad mundial podría seguir siendo protagonista en los mercados. No es de extrañar, teniendo en cuenta que la demanda de servicios en el sector tiende a mantenerse al margen de la volatilidad del mercado o del ciclo económico. Por ejemplo, el sector ha superado al conjunto de los índices mundiales de renta variable en todas y cada una de las últimas ocho caídas del mercado de un 15% o más.

El sector sanitario ha sido un ámbito propicio para invertir desde el inicio de la pandemia por diversos motivos. Primero fueron las compañías biofarmacéuticas que desarrollan vacunas y tratamientos para combatir el COVID. Ahora hay otras empresas farmacéuticas más tradicionales que se están beneficiando de su carácter defensivo en un momento de incertidumbre en los mercados. Existen otras cinco razones por las que podemos estar entrando en una edad de oro de la sanidad y las posibles implicaciones para los inversores.

1. Época dorada en el descubrimiento de nuevos fármacos

Asistimos al inicio de una tercera gran ola de innovación en el campo de la biotecnología y el descubrimiento de medicamentos. En la primera ola, las compañías químicas tradicionales reconocieron que podían utilizar las sustancias químicas para tratar ciertas enfermedades. La segunda ola consistió en la aparición de terapias basadas en proteínas que eran más específicas, que aprovechaban el sistema inmunitario para tratar la enfermedad.

La tercera ola podría ser denominada como la era genética de la medicina. Disponemos de los conocimientos derivados de la secuenciación genética realizada en los últimos años y de una gran cantidad de datos que actualmente se pueden procesar a gran velocidad, así como de nuevas intervenciones terapéuticas y tecnologías que permiten actuar de forma más específica en el proceso de la enfermedad. Esto podría, por ejemplo, hacer frente a las principales enfermedades relacionadas con la obesidad, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y la insuficiencia renal.

2. La medicina genética permite avances más rápidos

La inversión en las industrias biotecnológica y farmacéutica ha impulsado la innovación que ha dado lugar a la creación de propiedad intelectual y conocimientos técnicos. Es probable que nos basemos en esto durante los próximos años. Un avance importante es el desarrollo de tecnologías que nos permiten intervenir en los procesos de la enfermedad a nivel de la secuencia genética o blueprint, en una fase más temprana que muchos medicamentos convencionales.

Un ejemplo son las vacunas contra el coronavirus. Por ejemplo, los científicos habrían secuenciado el virus a los pocos días o semanas de identificarlo y, a continuación, trasladaron esa secuencia para obtener varias vacunas y ARNm. Este es un ejemplo de cómo se puede desarrollar un fármaco eficaz en muy poco tiempo mediante la manipulación genética selectiva de un agente patógeno, en contraste con el método anterior de la identificación de terapias basado en la experimentación exhaustiva.

3. Mejores resultados y menores costes

Esta ola de innovación no sólo está presente en el desarrollo de medicamentos, sino también en el lado de los servicios de la atención sanitaria. Ejemplos de ello son empresas como UnitedHealth Group y Humana, pero también empresas emergentes como Agilon. Se basan en modelos que remuneran a los médicos por mantener a sus pacientes sanos y fuera de los centros hospitalarios. Esto eleva al médico de atención primaria desde el último lugar en el escalafón de la atención sanitaria hasta la cima. Estos modelos son un paso importante hacia la consecución de lo que a menudo se describe como el santo grial o el cuádruple objetivo de la atención sanitaria: mejores resultados sanitarios, mayor satisfacción de los pacientes, mayor satisfacción de los médicos y menores costes per cápita.

4. Telemedicina

Otro punto que podría suponer una reducción de los costes sería la adopción generalizada de la telemedicina, las consultas médico-pacientes en línea en lugar de en persona. Esto está disponible desde hace tiempo, pero hasta 2020 su índice de adopción había sido bastante bajo, algo que cambió cuando se produjo la pandemia de COVID-19. Además, los reguladores y los proveedores de atención sanitaria relajaron sus normas para permitir una mayor digitalización en este campo.

Hoy en día, muchos consumidores han tenido su primera experiencia de telesalud. El experto cree que es una tendencia que probablemente perdurará. La combinación de telesalud, diagnóstico a domicilio y suministro de medicamentos permitiría que casi todos los encuentros entre pacientes y médicos se produjeran desde casa. Los dispositivos personales utilizarán los datos para ayudarnos a mejorar nuestra salud. Como ejemplo, muchas mujeres embarazadas tuvieron que pedir un aparato Doppler, una cinta métrica y un manguito de presión arterial por internet y tuvieron varias citas prenatales por internet durante la pandemia.

5. Financiación del propio crecimiento

La aceleración de la innovación podría ofrecer oportunidades de inversión a largo plazo. Muchas grandes empresas farmacéuticas están bien capitalizadas y tienen mucho efectivo en sus balances, lo que les da la oportunidad de financiar su propio crecimiento mediante adquisiciones y otras estrategias. En un momento en el que los tipos de interés están subiendo y el coste del capital está aumentando, dice que es importante tener efectivo en el balance.

Si se identifica un producto o servicio innovador, éste tiene el potencial de impulsar una tesis de inversión durante años. Esto podría dar lugar a beneficios y flujos de caja reales. Varias empresas del sector sanitario tienen el potencial de estar a la cabeza del próximo mercado alcista.