La sostenibilidad es rentable, ¿lo sigue siendo este año 2019?

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Cedida por BBVA

TRIBUNA de Alberto Estévez, responsable de fondos ISR en BBVA AM. Comentario patrocinado por BBVA Asset Management.

Se han producido tres hitos fundamentales a la hora de analizar las inversiones en renta variable. El primero fue el libro The Intelligent Investor”de Benjamin Graham del año 1949 que decía que había que comprar compañías baratas. El segundo el inversor más influyente de todos los tiempos y cuarta persona más rica del mundo (Warren Buffet) resaltó que no solo las compañías tenían que ser baratas sino también de calidad. Y en los últimos años hay un tercer hito muy importante que ha venido a cambiar la manera en que analizamos y gestionamos nuestras inversiones: la sostenibilidad.  Nuestro proceso inversor hace eso: seleccionar compañías baratas de calidad y sostenibles.

En BBVA Asset Management tenemos una firme convicción de que los criterios ISR nos permiten no solo contribuir a un mundo más sostenible sino también mejorar el perfil de rentabilidad-riesgo de nuestras carteras y tomar decisiones de inversiones de inversión más completas.

Hay una frase que me gusta mucho de Jim Barksdale, exCEO de Netscape, que se puede aplicar perfectamente en el objetivo de este artículo: “Si tenemos datos, analicemos los datos. Si solo tenemos opiniones, utilicemos la mía”. Por ello vamos con los datos objetivos y ejemplos prácticos de cómo el análisis ASG se ha traducido en rentabilidad.

Uno de los mayores desastres medioambientales es la acumulación de plásticos en los mares y océanos. Si juntáramos todo ese plástico se podrían tener por cada metro de costa cinco bolsas llenas de basura llenas de plásticos. Este atracón de plástico amenaza los intentos de cumplir con el acuerdo climático de París. Esto significa que para 2050 el plástico será responsable de hasta el 13% del presupuesto de carbono total, equivalente a 615 centrales eléctricas de carbón. Para contribuir al reciclaje de plásticos invertimos en Tomra, una compañía que se dedica a principalmente a las máquinas de vending con una facilidad de reciclaje en la misma máquina de las botellas de plástico. Solo el 14% del plástico es reciclado mientras que del acero reciclamos el 90%. La regulación de la Unión Europea, Austria, Inglaterra y Escocia ya ha ido por ese camino de evitar uso de plástico y favorecer su reciclaje. Tiene el liderazgo tecnológico en su segmento con altas barreras de entradas, posición dominante con 75% cuota de mercado, buena generación de flujo de caja. Crecimientos de ventas del 10% históricos y 14 % de margen. Invierten hasta un 9% en I+D y tienen un sistema innovador y pionero de reconocimiento en 360 grados de los envases. Además, es una compañía de impacto: la emisión de gases de efecto invernadero evitada equivale a las emisiones anuales de dos millones de automóviles, cada uno conduciendo 10.000 kilómetros. Tomra lleva un 49% de rentabilidad en lo que llevamos de año.

Nibe contribuye a la lucha contra el cambio climático mediante energías renovables (energía geotermal). Con el calor del subsuelo del jardín conseguimos tener calefacción y aire acondicionado en toda la casa. La amortización de comprar el sistema es muy rápida y consigues una eficiencia energética mucho mayor para tu casa. Puede llegar a reducir el consumo de energía en hasta un 80%, además, produce muchas menos emisiones de CO2 que un sistema de calefacción tradicional basado en combustibles fósiles. Su parte de soluciones para negocios medioambientales es el 70% de la compañías, tiene una posición de mercado grande en un mercado muy fragmentado, un buen gobierno corporativo, generación de caja y una muy sólida historia de crecimiento principalmente mediante unas operaciones muy bien realizadas de M&A. Nibe ha subido un 40% en el año.

En este entorno de ciclo avanzado de la economía y valoraciones no atractivas en la renta variable nos gustan mucho también las compañías que suelen tener mejores rentabilidades cuando el mercado tiene caídas o se producen entornos de ralentización económica. Aún en entornos de crisis vamos a necesitar tanto agua como gestión de nuestros residuos. Esto lo cumplen American Water Works en el sector de agua y Waste Management en la gestión de residuos. Las dos han contribuido con una rentabilidad del +21% comparado con un +9% del mercado desde que las hemos comprado. El uso del agua en sector industrial se estima que va a multiplicarse por dos y el de agricultura por tres hasta 2050. También con el incremento de la urbanización va a ser muy relevante. Todavía queda mucho recorrido para hacer más outsourcing de la gestión de las infraestructuras a las compañías privadas (de un 15% actual a un 21% estimado en los próximos años).

En cuanto a la gestión de residuos Waste Management es una compañía ejemplo de la economía circular. Recoge los residuos en un camión, los arroja a un vertedero de más de 30 metros de profundidad y en el fondo de ese vertedero se genera un gas que se traslada por unas tuberías para generar electricidad.

Por último, no solo se analizan con criterios ISR la renta variable sino también bonos gubernamentales y corporativos con la irrupción de los bonos verdes. Por ejemplo, recientemente hemos comprado el primer bono soberano AAA de la zona euro considerado Green bond. Holanda se financió con una emisión de 6.000 millones de euros que va a estar dedicada principalmente a energías renovables (eólica y solar), eficiencia energética, infraestructuras de agua y transporte sostenible. Tuvo mucha demanda con un libro cuatros veces sobresuscrito y un muy buen comportamiento en las primeras cinco semanas de cotización con una rentabilidad de un 6.2% (muy por encima de un bono AAA comparable de un 4,8%)

Por lo tanto, al incorporar criterios ISR, tanto en la elección de valores de renta fija como de renta variable, estamos tomando decisiones de inversión más completas que nos ayudan en nuestro objetivo de generar resultados consistentes en el largo plazo.