La transición energética ha llegado a un punto de no retorno

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Cedida por Schroders

TRIBUNA de Mark Lacey, gestor especializado en el sector energético, en Schroders. Comentario patrocinado por Schroders.

La energía renovable ha existido desde hace tiempo, pero, la irrupción de la crisis financiera en 2008 paró bruscamente su desarrollo. Hoy, existen tres grandes catalizadores que acelerarán la transición energética con el correspondiente y paulatino abandono de los combustibles fósiles.

En primer lugar, un mayor compromiso de los gobiernos ante el cambio climático. El cambio climático ha estado presente en todas las grandes citas políticas del año. Tanto los activistas medioambientales como científicos reclaman una mayor atención de la opinión pública hacia un problema que, es cada vez más ineludible por la gravedad e inminencia de sus consecuencias. De hecho, en los últimos años hemos presenciado un giro en las políticas globales para reducir el volumen de emisiones de CO2; sin ir más lejos, el Acuerdo de París de 2015 fue un compromiso firme de los países firmantes para limitar el aumento de la temperatura global a 2ºC por encima de los niveles preindustriales. Sin embargo, incluso teniendo en cuenta las políticas y compromisos actuales, el planeta se calentará en torno a los 3°C en los próximos años.

En la actualidad, las energías renovables representan alrededor del 20% de la energía mundial. Esto tiene que aumentar hasta el 85% para cumplir con los objetivos climáticos acordados en París y, lamentablemente, no parece que estemos en camino de alcanzar esta cifra.

Otro de los catalizadores de este cambio de tendencia es el coste de las energías renovables, mucho más competitivo. La buena noticia es que las fuentes de energía renovables han alcanzado la paridad de costes con los combustibles fósiles. De hecho, tal y como se muestra el siguiente gráfico, la energía solar y eólica es hoy tan competitiva como el petróleo y el gas. Lo que esto significa es que optar por la energía renovable ya no es simplemente una cuestión de escoger la opción correcta para el medio ambiente; es también la elección económica más inteligente.

schroders_graficoCada vez con más frecuencia vemos como gobiernos nacionales y regionales buscan ampliar sus capacidades energéticas para abastecer a una población urbana en crecimiento con energías renovables; también empresas como Google, que necesitan grandes cantidades de energía para sus centros de datos, están solicitando energía renovable porque es la fuente más barata y fiable.

Por último, el tercer factor que impulsa este cambio es el aumento de la demanda por parte de los consumidores. Así, por ejemplo, los vehículos eléctricos han experimentado un aumento significativo de las ventas en los últimos dos años. Esto solo se acelerará a un ritmo más rápido a medida que los gobiernos fijen plazos para la eliminación gradual de los automóviles con motor de combustión interna, muchos de los cuales están a solo 10 años de distancia.

A medida que más consumidores hagan el cambio en sus vehículos, en sus hogares, etc., la cantidad de electricidad que se producirá de forma renovable aumentará rápidamente.

En este contexto, creemos que existe una oportunidad de inversión a tener en cuenta. Y esta oportunidad no solo existe en el campo de la generación de energía renovable, sino también en las industrias que se dedican al almacenamiento de energía, su transmisión a los clientes, a la construcción de nuevas infraestructuras como los puntos de carga de vehículos eléctricos o al diseño de contadores inteligentes. Es probable que en los próximos 20 años se produzca un cambio radical en todos estos sectores y, es por esto que nosotros, como inversores, vemos una oportunidad de inversión muy atractiva en este momento. Precisamente, con el objetivo de capturar esta oportunidad, en Schroders contamos con el Schroder ISF* Schroders Climate Change, un fondo temático que lanzamos en 2007 que busca el crecimiento invirtiendo en compañías que se beneficiarán de sus esfuerzos para luchar contra los efectos del cambio climático. En este sentido, invierte en compañías que fabrican componentes para la movilidad eléctrica, empresas de comercio online y servicios en la nube o apuestas que pueden parecer más lógicas, como empresas de energías renovable. Y el Schroder ISF Global Energy Transition, un fondo específico de transición energética que hemos lanzado recientemente y que muestra nuestra firme apuesta con una economía baja en carbono.

*Schroder International Selection Fund se denomina Schroder ISF en este artículo.